Una reciente encuesta, realizada por Opinion Matters y Kaspersky Lab
preguntó a más de mil niños europeos de entre 10 y 15 años sobre sus costumbres
en la red. El resultado es, como mínimo, preocupante: el 78% de jóvenes
españoles admiten tener miedo cuando están conectados, principalmente debido al
acoso de adultos.
La investigación no hace más que confirmar la tesis del libro presentado
ayer en Madrid: «Los nativos digitales no existen». El texto es una
enciclopedia en su término original: un círculo de la instrucción, una mesa
redonda para la educación. Coordinado por Javier Pedreira, alias «Wicho» (uno
de los «padres» del blog de ciencia y tecnología «Microsiervos») y por la
periodista Susana Lluna, cuenta con la colaboración de Nuria Oliver (doctora
por el MIT y experta en inteligencia artificial), la pedagoga Anna Blázquez o
Andy Stalman, también conocido como Mr. Branding, una de las mayores
autoridades en el mundo de la publicidad, entre otros.
A lo largo de casi 300 páginas el libro explica claramente la falaz idea
de que los nacidos a partir de 1990 no son nativos digitales, sino que, al
igual que los mayores, son inmigrantes y deben aprender ciertas normas
para no naufragar mientras navegan. O corren el riesgo de hundirse.
«Si a los adolescentes – explica Pedreira en conversación telefónica– se
les saca del chat y las redes sociales, no son capaces de hacer una búsqueda
avanzada en Google, no son capaces de discriminar criterios en YouTube, tienen
carencias en cuanto a seguridad. Por eso decimos que no son nativos, necesitan
tanta instrucción como nosotros. Para ellos la tecnología forma parte de su
vida, pero eso no quiere decir que no necesiten formación».
El libro, responde con claridad a las dudas de los que nacimos antes que
Internet y tenemos hijos más jóvenes que Google: ¿Qué consecuencias legales
puede tener la actividad de mis hijos en las redes sociales?, ¿cuánto saben, de
verdad, sobre Internet? o si sirven de algo los controles parentales.
«Se les está dejando solos ante algo que no controlan, añade Pedreira.
El problema de los jóvenes es que no han adquirido una serie de competencias
que, cuando vayan a buscar trabajo, se les van a exigir. Igual que los idiomas.
Si un universitario va a su primera entrevista y no sabe usar herramientas como
compartir archivos, por ejemplo Google Docs, fallará. Ésas son las nuevas
habilidades que les van a demandar. Otra cosa que no suelen tener en cuenta es
la huella digital que dejan: cuando el jefe de Recursos Humanos de una empresa
los busque en la red, puede encontrar algo que ellos no querrían que se vea a
la hora de encontrar un trabajo».
Otro objetivo del libro es despertar nuestra conciencia respecto a la
importancia de enseñar valores. Un ejemplo es el acoso, algo que si bien ocurre
en Internet, es mucho más frecuente en la calle. Del mismo modo que los padres
intentan inculcar valores en su vida diaria, también es necesario hacerlo en su
vida digital: qué información no deberían publicar, cuáles son los delitos que
pueden cometer, cómo detectar comportamientos extraños, sobre todo de
desconocidos. «Se trata de darles una serie de herramientas – confirma Pedreira
– para que saquen el mayor partido posible de la tecnología de cara al futuro.
Y eso es algo en lo que la educación también debería participar».
Los nativos digitales no existen, es una realidad, no un título. Los
jóvenes no saben ubicarse más allá de la pequeña superficie que han comenzado a
rascar, pero a la hora de sacar provecho de todo el potencial, tanto de
internet como de la informática, son apenas recién llegados que precisan
nuestro consejo y guía. Mientras ellos deben aprender a usar las herramientas,
nosotros, como padres, tenemos la misión de aprender a acompañarlos. Los hemos
lanzado a la piscina esperando que naden y rara vez nos mojamos con ellos. Ya
va siendo hora de tirarse de cabeza.
Centro de seguridad
Coincidiendo con la presentación de «Los nativos digitales no existen»,
ayer también comenzó a funcionar el Centro de Seguridad en Internet para el
Menor, una iniciativa dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda
Digital y del Ministerio de Interior creada en el seno del Instituto Nacional
de Ciberseguridad (Incibe).
Su objetivo es proteger al colectivo más vulnerable en la red y crear
una vigilancia específica contra los ataques dirigidos desde Internet a la
infancia y a la adolescencia.
A través de su página web (www.is4kids.es) contará con psicólogos,
pedagogos y expertos en ciberseguridad con los que se podrá hablar directamente
por teléfono.
El sitio estará conectado con Policía Nacional y Guardia Civil para
facilitar la denuncia de actividades delictivas y contenidos abusivos que
afecten a los menores en la red.
Este centro se une a otros similares en todos los estados miembros de la
Unión Europea y también en Islandia, Rusia, Serbia y Noruega. Sin duda se trata
de un centro necesario para proteger a los menores, pero no es un salvavidas
que nos exime como padres, de navegar con ellos. O al menos enseñarles.
Autor: JUAN SCALITER
Fuente de la
noticia: http://www.larazon.es/tecnologia/no-hay-nativos-sino-zombis-digitales-LG14472854
No hay comentarios:
Publicar un comentario