martes, 22 de junio de 2010

La corrupción

LA CORRUPCIÓN: ese comején que no duerme

Este artículo fue escrito por Luis Miguel Saravia C., Educador, Lima – Perú, pero ¿Sólo es válido para Perú?, ¿Es posible hacer un simple cambio de país? Creo que vale también para Argentina, y muchos otros países del área.


En una quincena signada por noticias policiales y relaciones interregionales pasó desapercibido un detalle referido a las palabras de la Defensoría del Pueblo, recogidas en una Nota de Prensa, que debe preocuparnos: "Defensoría del Pueblo sostiene que lucha contra la corrupción pasa por no callar, porque el silencio oscurece la realidad y beneficia al corrupto. Callar significa pasar de costado frente al soborno, dejarse intimidar por los corruptos, creer que el negociado es casi una condición de cualquier operación en las actividades políticas, económicas o jurídicas (Nota de Prensa /OCII/DP/Nº 132/2010). También expresó que "el silencio ciudadano equivale a impunidad y la impunidad multiplica efectos perniciosos de la corrupción al permitir que sus ilícitas operaciones continúen extendiéndose". Continúa expresando "Si doblegan nuestro ánimo o colonizan nuestra mente con falsos valores, todo estará perdido. Mientras eso no ocurra, nuestra apuesta por el compromiso individual y la acción colectiva, debe ser el soporte principal de la lucha contra la corrupción."


Consideramos estas palabras claras y directas para definir una lacra que está como un comején en nuestra sociedad, en instituciones oficiales y privadas que generan comportamientos ante los cuales, autoridades y ciudadanos se ponen de costado o hacen la vista gorda, para no verla, sin embargo nadie puede decir "quien esté libre de corrupción, que tire la primera piedra", pues una caminada de ellas les caerá, de seguro. Triste manera de convivir con una lacra que está enquistada desde los remotos tiempos de la conquista cuando en afán mercantilista, los colonizadores, pagaban dádivas por conseguir favores, prebendas. Desde entonces esta hidra se ha reproducido de manera perniciosa atravesando nuestra sociedad, nuestra historia, nuestra vida cotidiana. De presidente a ciudadano común y corriente hablan de la corrupción y la denuncian, pero por lo bajo la auspician y la permiten. ¿Habrá un grado para medir corrupción? ¿Cómo se le calcula? ¿Por quién corrompe y su posición social o por el monto pecuniario para pagar un  favor? ¿Nos hemos acostumbrado a un discurso lampedusiano de querer cambiarlo todo, desde las palabras, para que en el fondo todo quede igual? Así nos conformamos y no tenemos capacidad de  reacción frente al dicho "no importa que robe, pero hace obras", relacionado con el condenado presidente Fujimori. El comején ha corroído todo, dejando sólo la apariencia de que todo está bien, sin embargo todo es diferente.


No es de mente puritana el hablar sobre el tema. Todo lo contrario, quien lo hace se arriesga al vituperio y a quien se le quita valor cuando se pregunta ¿qué pruebas tiene? Lamentablemente en nuestra cultura ciudadana, mentes flexibles son permisivas a este comportamiento. Una ciudadanía democrática, ética, requiere nuestro país si quiere verdaderamente formar una nación en donde los valores sean la inspiración de políticas públicas, sociales, económicas.


En nuestra administración pública y también en la privada existen "hilos invisibles" que denotan una estructura de comportamientos y con códigos comunicacionales que la hace flexible, se mueve de un lugar a otro y cuando un corrupto de la cadena es descubierto y denunciado, otros asumen las responsabilidades. Cuando se descubre un forado en la estructura orgánica, es porque la estructura del sector ya está comprometida desde adentro. Por ello frente al combate de la corrupción que se vuelve palabra que se la lleva el viento y no convicción y compromiso, este comején se vuelve un blanco móvil, que aparece por todas partes, aquí, allá, a veces ni se ve, pero se siente su presencia.

El comején es definido por el diccionario de la Academia Española como el nombre que se le da a diversas especies de insectos roedores de madera y papel. Son una verdadera plaga.


En el sector Educación es preocupante lo que el documento elaborado por la Defensoría del Pueblo y su Programa de Ética Pública y Prevención de la Corrupción expresa:

En el caso del sector Educación, el estudio muestra que las quejas más recurrentes se refieren al "condicionamiento de la matrícula por cobros indebidos", a las "exigencias para adquirir materiales educativos en beneficio de terceros" y a las "preferencias en concursos de selección de personal docente para beneficiar a terceros". (Nota de Prensa N°132/OCII /DP/2010).


La cultura educativa y escolar nos habla desde antiguo de este mal que corroe  la ética de profesionales y funcionarios que se dejan llevar por la corriente y convierten la acción de corromper, en una "ayudita", un "dar la mano", en "brindar una oportunidad" y van generando una dependencia entre quienes tienen "poder" (por más minúsculo que sea el cargo que desempeñen hasta los más encumbrados). Este es el ambiente y el agua en que el comején de la corrupción nace, crece, se desarrolla y pervive contaminando todo. "… las medidas para contrarrestar la corrupción chocan a veces con intereses creados, que se resisten activamente a los cambios, eluden las decisiones y a veces obstruyen el proceso." (HALLAK, Jaques & POISON, Muriel. Escuelas corruptas, universidades corruptas ¿Qué hacer? UNESCO/iiep, 2010)


La oficina defensorial da cuenta que en el estudio piloto de las quejas referidas a actos contra la ética pública presentada entre enero de 2005 y julio de 2008, presenta un total de 2719 casos denunciados en las oficinas defensoriales de Apurimac, Arequipa, Ayacucho, Cusco y Lambayeque. En la mayoría de los casos, 1026,  está involucrado el sector Educación. ¿Y qué viene ocurriendo desde agosto de 2008 hasta la actualidad? Al listado de quejas recurrentes habrá que añadir las licitaciones para la reparación de las escuelas, la reconstrucción de escuelas en las zonas del departamento de Ica y parte de Huancavelica donde ocurrió el terremoto?  ¿Qué ha hecho la procuraduría del Ministerio de Educación? ¿"Échale tierra y tápalo", como la letra de la guaracha?




¿Qué hacer con esta realidad que soporta discursos, palabras de buenas intenciones? ¿Qué hacer para que no se siga ideando justificaciones  con tinte de legalidad? ¿Cómo romper esta conciencia laxa que se ha incubado en la sociedad y se hace patente en educación? Al maestro, al padre de familia se le esquilma, sin embargo para protegerse debe denunciar primero con pruebas, no basta la palabra. Hoy se habla de decencia (moda que ha llegado hasta el trabajo), en lugar de honestidad. Lo decente dice de limpieza, pero tiene también otra connotación social (familia decente para diferenciarla/contraponerla a la familia de pequeños recursos y por lo tanto de dudosa reputación). Lo honesto está referido a una cualidad de la calidad humana que tiene como fundamento la sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y de justicia. Juego de palabras, dirán algunos, pero se trata de utilizarlas en su debido  y verdadero significado.


Hallak y Poison apuntan "… la educación ética es fundamental para prevenir la corrupción, porque promueve actitudes de intolerancia frente a ella en las generaciones venideras. Sin embargo, una educación de este tipo difícilmente podrá ser eficaz por sí sola, si la gestión del sector educativo se mueve en un sector carente de ética." (HALLAK, Jaques & POISON, Muriel Ut supra). El reto que tenemos los docentes es grande pues sólo una educación ética de los alumnos puede ayudar a romper el círculo vicioso de la corrupción. No basta consignarlo en directivas, en normas, si quienes los deben desarrollar no están imbuidos del verdadero sentido de una educación ética que es consustancial a una educación democrática, a una educación en valores, a una educación solidaria, a una educación que respeta la diversidad.


La normatividad que se elabore para el desarrollo de la educación, así como reclamamos deben hacerse pensando en que somos un país diverso, debe preocuparse por diseñar estrategias para combatir la corrupción. Esta lucha no puede ser aislada, ni reducida a campañas estacionarias, ni permanentes; debe trasuntar los procesos que el sector educación  -funcionarios y docentes- promuevan. Esto llevará a un cambio de actitudes y comportamientos. Sin embargo ¿Cómo explicar por ejemplo un titular  que informa "Aprueba Ley que lo exime de un control más riguroso sobre el uso de recursos públicos. Congreso se niega a ser auditado por Contraloría. Fuerzas Armadas, Policía Nacional y sectores de Salud y Educación también son excluidos? (PERU 21. Lima, 18 de junio de 2010). Esta ley que fue presentada por la Contraloría ante el Congreso, tuvo ese añadido en el texto original que excluye ese control más riguroso a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el servicio diplomático, personal médico y trabajadores de la salud y de la carrera magisterial y por supuesto al Congreso. La exclusión de estas entidades que manejan al 40% del Presupuesto General de la República, en concreto deja las puertas abiertas y el terreno para que el comején siga conviviendo impunemente. ¿Así nuestras autoridades muy orondas hablan de combate a la corrupción y modismo como "tolerancia cero" contra la corrupción? Si tienen el atrevimiento de hacer leyes a la medida para preservar intereses ¿cómo confiar en sus palabras?


En  una sociedad en donde discurre nuestra vida ciudadana, que está regida por el mercado y por la divulgación de noticias sin ningún reparo en la población, es necesario que se pase de una vez a la acción, a la decisión de recuperar una vida ciudadana sin doblez, sin sobornos. En este sentido debe hacerse pedagogía para que exista el control social obligando a la autoridad a rendir cuentas. La tarea y desafío que se tiene es pensar y formular una política educativa referida a la educación en la ética y en la ética en la educación. Lo contrario es lamentarnos per sécula de algo que no fuimos capaces de promover y de cumplir.



Al finalizar la presentación del estudio al cual nos hemos referido, la Defensora recibió un mensaje de un grupo de niños en el cual piden a los adultos "hagamos del Perú un país en el que nosotros podamos vivir un futuro con valores; sin mentiras, ni coimas, sin trampas. Con verdad, limpieza, paz, justicia, desarrollo y derechos para todos." Así sea. (19.06.10)


 

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