Países como Dinamarca o Austria han reabierto sus centros educativos con medidas que les han permitido evitar los rebrotes dentro de las aulas. Reducción del número de alumnos por aula, clases híbridas, monitorización del estado de salud o mascarillas obligatorias son algunas de las pautas impuestas para conseguirlo.
La ministra de Educación,
Isabel Celaá, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunciaron
ayer las medidas acordadas con las Comunidades Autónomas para
garantizar una vuelta segura a las aulas: la mascarilla será obligatoria a
partir de los seis años, aunque exista la distancia de seguridad recomendada
(1,5 metros), y las clases serán 100% presenciales en Educación Infantil,
Primaria y hasta 2º curso de ESO. Además, los estudiantes deberán lavarse las
manos al menos cinco veces al día y todos los centros deberán tener un
responsable para el coronavirus que se encargue de revisar que se cumplen todos
los protocolos y de gestionar toda la documentación sobre el tema.
Por otro lado, los espacios
tendrán que ser ventilados antes y después de cada clase y se incrementará la
limpieza en las instalaciones del centro, sobre todo en zonas como baños y
otras de uso frecuente. Illa y Celaá aseguraron que se realizará una prueba de
temperatura a cada alumno y docente que entre a la escuela.
¿Qué tienen en común estas
medidas con las adoptadas por otros países de nuestro entorno?
Dinamarca
Fue el primer país europeo en
reabrir las escuelas: lo hizo a mediados del pasado mes de abril, en plena
pandemia. Y su plan fue un éxito gracias a distintas medidas que permitieron
que el país escandinavo no sufriera ningún rebrote: grupos de 10 a 12
estudiantes por docente; desinfección constante de juguetes y puntos de contacto
como inodoros, grifos o pomos; obligación de lavarse las manos como mínimo cada
dos horas; y mantener el contacto sólo con compañeros que pertenezcan a su
mismo grupo son algunas de ellas.
Austria
Ha decidido clasificar las
escuelas por un sistema de colores basado en el número de infecciones en el
centro. En este procedimiento, el verde significa que se puede dar clase de
forma regular, mientras que el amarillo indica que será necesario utilizar
mascarilla fuera del aula, en los pasillos e instalaciones del centro.
Asimismo, el tono anaranjado representa el sistema híbrido en el que se
combinarán las clases presenciales con las virtuales. Por último, el nivel rojo
advierte que la escuela deberá cerrar y funcionar a distancia hasta que el
número de contagios disminuya.
A este sistema le acompañan los
test aleatorios y constantes (cada tres semanas) en los centros; de hecho, se
está planteando una alternativa menos agresiva que los PCR (hisopo introducido
en nariz y garganta) y que consiste en hacer gárgaras. Los profesores que
pertenezcan al grupo de riesgo tendrán la posibilidad de impartir la enseñanza
a distancia, mientras que los demás recibirán una mascarilla FFP2 y una
inyección de vacuna contra la gripe.
Alemania
Los centros educativos alemanes
abrieron sus puertas la pasada semana, pero esta vez por grupos reducidos y con
la mascarilla como accesorio obligatorio para entrar al colegio. El país
germano también ha apostado por reabrir los centros educativos de forma
escalonada por territorios y con horarios diferentes de entrada para evitar
aglomeraciones y, por ende, contagios. Los estudiantes de niveles educativos
más bajos (Infantil o Primaria) sólo podrán mantener un contacto estrecho
(jugar, intercambiar palabras…) con los compañeros del mismo grupo. Todos los
alumnos, sin importar la edad, deberán lavarse las manos constantemente y los
centros tendrán que contar con los sistemas de ventilación necesarios para
disminuir los riesgos.
Francia
El país francófono ha optado por
implantar diferentes medidas para regresar a las aulas el próximo 1 de
septiembre. Por ejemplo, ha establecido el uso de mascarilla gratuita y
obligatoria para los estudiantes mayores de 11 años y todos los adultos que
frecuenten en las instalaciones de los centros educativos (trabajadores,
familiares…. Además, aunque en principio las; clases serán 100% presenciales y
sin distancia de seguridad en espacios cerrados, se organizará de forma que el
alumnado pueda mantener el mayor alejamiento posible y las aulas y los
materiales se limpiarán y ventilarán cada 3 horas. Tampoco habrá restricción en
las relaciones entre alumnos de distintas clases ni grupos en el transporte
escolar. Además, el papel de los padres y familiares de los estudiantes será
clave: deberán comprobar que los niños y jóvenes no tengan más de 38ºC de
fiebre; si es así, no podrán asistir a los centros educativos.
Portugal
Las escuelas portuguesas
retomarán su actividad a partir del 14 de septiembre con una entrada escalonada
entre el 14 y el 17 del mismo mes. Las decisiones tomadas por el gobierno de
Portugal se basan, sobre todo, en ampliar el calendario académico reduciendo,
de este modo, algunas vacaciones como las de Semana Santa; contratar más de
2.000 profesores que puedan reforzar las asignaturas impartidas el curso
pasado; y el uso obligatorio de la mascarilla. También se organizarán los
horarios para evitar cualquier tipo de aglomeración. Entre los planes
presentados por el Ministerio de Educación portugués en julio cabe destacar
que, aunque su prioridad es conseguir una docencia 100% presencial, no se
descarta una educación híbrida que combine las clases online con las
físicas.
Italia
Fue el primer país europeo en
cerrar las escuelas y, junto a Portugal, abrirá las puertas de los centros a
partir del 14 de septiembre. Cada escuela contará con un protocolo basado en el
apoyo psicológico tanto para el alumnado como para los docentes y una comisión
anti-covid. Italia ha decidido invertir en 150.000 contratos temporales y
permanentes que aseguren una vuelta al cole en el mundo eficaz y segura. Las
medidas que se exigen en esta nueva normativa recalcan que si los espacios no
pueden contar con una distancia de seguridad mínima de un metro, el alumnado
deberá llevar la mascarilla de forma obligatoria. También contará con la
alternativa de las clases virtuales, aunque su objetivo principal es llevar a
cabo una presencialidad sin riesgos.
En el resto del mundo…
En China han asignado como medida
principal la desinfección de todos los espacios, así como el uso obligatorio de
la mascarilla, pruebas de ácido nucléico y controles de temperatura, entre
otras medidas. Además, tanto docentes como estudiantes deberán notificar a
través de una aplicación con código QR su buen estado de salud; de lo contrario
no podrán acudir a clases.
Entretanto, Uruguay ha acordado
llevar a cabo la asistencia presencial opcional. Durante el cierre de los
centros escolares se acondicionaron todas las aulas y espacios comunes para
garantizar una distancia de 1,5 metros entre los estudiantes y las condiciones
de higiene necesarias para prevenir los contagios y los rebrotes dentro de las
escuelas. Tras la reapertura, el alumnado se fue incorporando de forma gradual.
Los grupos están divididos de forma que parte del alumnado asista de forma
física al aula, mientras los otros continuarán el aprendizaje desde casa; ambos
grupos irán rotando. Los centros deberán contar con geles hidroalcohólicos, sistemas
de ventilación adecuados y desinfección en los espacios y materiales
escolares.
Tailandia, a pesar de llevar más
de dos meses libre de Coronavirus (según las autoridades del país), ha obligado
a controlar la temperatura diariamente y a mantener la distancia de seguridad
entre el alumnado de mínimo 1 metro y medio. Además, el país del sudeste
asiático ha integrado distintas piezas de plástico para separar los pupitres
del aula. Otra de las medidas es que cada alumno tendrá que entregar un informe
rutinario sobre en qué lugares ha estado después del horario escolar.
Dunia A. Amar
Periodista y redactora
Fuente
https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/vuelta-al-cole-en-el-mundo-gestion/
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