La educación importa y con el virus también, aunque
las dificultas son grandes. Pensemos en cuerpos y espacios, mentes y dinero.
Añadamos ideología.
Hay muchos retos y dilemas en esta “nueva
normalidad” educativa interrumpida por la Covid-19 desde todos los puntos de
vista: logístico, presupuestario, plan de estudios y la intervención del estado
por la educación universal como bien social.
Estamos en una escuela de Primaria, en concreto,
grabamos esta videocrónica en la clase de “las arañas” del Sr. Shucker en Holy Trinity
CoE Primary School, en Stratford-upon-Avon,
■ Cuerpos y espacios: ¿cómo metemos a los alumnos
seleccionados en estas aulas disponibles? Tiene que haber dos metros entre uno
y otro. Separamos los pupitres. Se mantiene el modelo doble, presencial y
digital o virtual, ¿pero por cuánto tiempo? ¿Usamos mascarillas o no? 8-10
niños por clase: ¿metemos más? Cada niño tiene sus materiales que no puede
compartir.
■ Movilidad restringida. Cada grupo en su aula, o
“burbuja,” que este colegio llama “reino,” tiene un profesor fijo, que no es
necesariamente el ordinario. Los grupos (niños y adultos) no se pueden mezclar.
Si uno muestra síntomas de la Covid-19, la burbuja entera se tiene que ir a sus
casas por catorce días. La apertura parcial sólo tiene tres cursos de siete y
sólo vienen al colegio dos días a la semana. Los restantes asisten a las
lecciones virtuales con apoyo de padres por ser menores de edad. Hay niños que
no han vuelto al colegio desde marzo.
Nuevas
normas de seguridad y prevención en la escuela inglesa. (Fernando Gómez Herrero
/ FGH)
Me consta que hay tutorías individuales y que el
colegio realiza esfuerzos ímprobos con los estudiantes y las familias más vulnerables.
¿Quién planea y coordina estas lecciones? ¿Quién corrige? ¿Cómo se evalúa?
¿Cómo se atiende la transición de un curso a otro en esta situación tan
anómala?
La mitad de estudiantes asiste ahora a las clases,
pero sólo un par de días a la semana”
Los números totales del colegio son grandes, unos
400 niños, con sus 800 padres, 50 profesores, más la delegación educativa y la ciudad de Stratford con todas sus peculiaridades y
exigencias.
Coordinar todo esto es complicado. Con el virus,
más. Hay que prestar mucha atención a la logística de las pautas y normativas,
sobre todo con los menores de edad.
El colegio nunca cerró. Estuvo abierto desde el
comienzo de la Covid para los hijos de los trabajadores llamados cruciales.
Éstos forman una burbuja aparte que incluye todos los años lectivos y con
profesores flotantes.
Hay rotaciones de profesorado, secretariado,
mantenimiento y limpieza. Las entradas y salidas del centro se hacen de forma
escalonada.
Ha habido un primer intento fallido forzado por el
gobierno que quiso una apertura total para mayo y junio, cuando la cifra de
muertos por el virus era todavía elevada”
Hubo una fuerte presión en la gestión de los
colegios para habilitar esta vuelta, que se hizo inviable. Nos veremos en
setiembre.
■ Dinero: ¿dónde está? Una década de recortes ha
dejado las arcas vacías. ¿Qué hacer si se necesitan suplencias? Me consta que
este colegio está coordinando con un hotel cercano para habilitar más espacios.
¿Cómo pagar esto? ¿Cómo hacer si se necesita un sicólogo o dos? ¿Intentamos
recuperar el tiempo perdido: ponemos tutores? ¿Se puede compaginar bien la
pedagogía presencial y la virtual, y por cuánto tiempo, con niños pequeños?
¿Son los adolescentes mejores?
Me consta que este colegio ha montado plataformas
en Facebook, incluso su propio canal televisivo, como extras educativos.
¿Estamos todos felices en Zoom?
■ Planes de estudio. Ya con estos repartos de
algunos cursos en las aulas disponibles, ¿cómo mantenemos la calma e impartimos
las lecciones? ¿Cómo distribuimos las materias? ¿Cómo hacemos la corrección?
¿La evaluación? De momento, los inspectores no hacen sus inspecciones.
Habrá que abrazar la flexibilidad en todos los
órdenes si queremos que esto no sufra, ya que no sabemos cómo se va a comportar
el virus en los próximos días, semanas, meses o tal vez años.
De momento, hay series de rotaciones de todos los
niveles escolares con desigual actividad presencial y digital. ¿Por cuánto
tiempo? ¿Cómo cuidamos a los alumnos ausentes? ¿Qué criterios usamos para dar
prioridad a qué aspectos sobre otros?
El miércoles es el día de la limpieza a fondo. Hay
menor asistencia, sólo los hijos de los trabajadores indispensables”
El sistema educativo del Reino Unido está
fuertemente centralizado, si bien las cuatro naciones (Gales, Escocia e Irlanda
del Norte) tienen competencias educativas desde la época de Tony Blair.
Hay, por lo tanto, desigualdades y diferencias de
todo tipo y ha habido desobediencias del gobierno central, sobre todo en
regiones inglesas laboristas, por ejemplo, Liverpool o Manchester.
Si la norma ha sido congruente o no, convincente o
no, cambiante, dubitativa o kafkiana, la acompañan muchas excepciones y las hay
para todos los gustos.
Fernando Gómez Herrero, lector corresponsal de La
Vanguardia, en plena videocrónica. (Fernando Gómez Herrero / FGH)
Y, finalmente, no nos olvidemos del nivel
ideológico, que es peliagudo. El periódico The Observer (21 de junio) llama la
alarma con la crisis de sanidad mental infantil sin precedentes que viene. Y
lanza “un manifiesto para los niños.” Pone ocho exigencias o peticiones,
tirando siempre de las arcas estatales:
■ 1/ subvención de todas las guarderías, porque de
lo contrario van a la bancarrota;
■ 2/ planes detallados para que la apertura en
setiembre sea convincente, después de la pifia de mayo y junio;
■ 3/ que haya campamentos de verano y un buen
sistema de tutorías para setiembre, ¿y para unos o para todos?, ¿para ahora o
para el curso entrante?;
■ 4/ que haya uno o dos sicólogos por colegio por
esta misma crisis de salud mental, infantil y adolescente, que se avecina;
■ 5/ el periódico se atreve a subir a la educación
superior y sugiere nada más y nada menos que un recorte de las tasas
universitarias;
■ 6/ que haya algo así como un servicio social
remunerado para los jóvenes, y apelan al sentido cívico, una especie de
formación profesional;
■ 7/ ayudas extras para los niños y las familias
más vulnerables;
■ y 8/ instan a un compromiso gubernamental por
igual con la educación universitaria y la formación profesional de los jóvenes
de 18 años para arriba.
The Observer critica la gestión poco convincente
del gobierno y no elogia tampoco a la oposición. Quiere proteger la educación y
la formación profesional desde las guarderías hasta los 18-25 años (la
educación obligatoria llega a los 16 años y la entrada a la universidad es
normalmente a los 18).
¿Vendrá todo este dinero del Estado ahora mismo
apretado por la Covid? No olvidemos que el Brexit agrava la situación ya
perniciosa”
Es concepción socialdemócrata ver la educación como
un bien social de cobertura universal dentro del formato nacional. La primaria
y secundaria son gratuitas en el Reino Unido. Y ve esta concepción al Polifemo
del Estado como el buen pastor protector y proveedor, también como factor
ordenador ineludible.
¿Y si el ojo de Polifemo londinense no lo ve todo?
¿Y si no cumple? ¿Damos contratas? ¿Privatizamos? ¿Qué hará el virus con las
desigualdades existentes? ¿Y si la misma idea de bien social en contexto
educativo ya no es obvia, y se “americaniza” (por ejemplo, se privatiza)?
La Covid ya desata dilemas ideológicos. Loable
esfuerzo por parte de The Observer. No va a ser nada fácil. Nos vemos en
setiembre.
El testimonio
Joanne Herrero
Joanne es la directora del colegio Holy Trinity Church
of England de Stratford vinculado a la Iglesia homónima relacionada
con William Shakespeare.
— “Hola, soy Jo, la directora del colegio. Hemos
abierto el colegio desde el principio del confinamiento, incluso durante las
vacaciones. Al principio, lo hicimos sólo para los hijos de los trabajadores
llamados esenciales (hospitales, bancos, etc.)”.
“Ahora tenemos más niños, tres años escolares, unos
180 niños de un total de 400. Hay grandes dificultades. Tenemos unos 8 por aula
y hay unos 60 por año académico. Necesito muchos colegas, sólo para cubrir un
año lectivo y son tres años. Y necesitaremos más”.
“Uso el edificio del colegio a tope con sólo tres
cursos y los alumnos de aquellos que trabajan en trabajos imprescindibles
[estipulados como tal por el gobierno]”.
No tengo el personal suficiente y ha habido todo
tipo de presiones en primaria [y secundaria]”
Joanne
Herrero ofreciendo su testimonio. (Fernando Gómez Herrero / FGH)
Las normas actuales no nos permiten aceptar a más
cursos”
“El edificio simplemente no da para más. Y las
normativas cambian todo el tiempo y son diferentes para Inglaterra, Gales,
Escocia e Irlanda del Norte”.
“Ha habido 41 cambios [en las últimas semanas]. Nos
obligan a informar una y otra vez a los padres y a los colegas y hay
nerviosismo y confusión a menudo”.
“A pesar de todas estas dificultades, da gusto ver
a los niños de vuelta al colegio y confiamos que podamos volver a la normalidad
en setiembre, siempre que el nivel de contagio siga a la baja.”
El Daily Telegraph, periódico volcado con Boris
Johnson, anuncia en portada el relajamiento del distanciamiento social en los
colegios, la creación de burbujas más grandes… Quedan otras muchas cuestiones
pendientes.
Nuevas
normas de seguridad y prevención en la escuela inglesa. (Fernando Gómez Herrero
/ FGH)
El ministro de educación, Gavin Williamson, al que
se le conoce el gusto truculento de la “tarántula en la
oficina” suena en la posible remodelación del gobierno para después del
verano.
Fuente e imagen tomadas de: https://www.lavanguardia.com/participacion/lectores-corresponsales/20200628/481985117394/analisis-testomonios-nueva-normalidad-apertura-escuela-inglaterra-setiembre-covid-19.html
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