“El poeta cara a cara con la luna fuma su
margarita emocionante bebe su dosis de palabras ajenas vuela con sus pinceles
de rocío rasca su violincito pederasta. Hasta que se destroza los hocicos en el
áspero muro de un cuartel”.
(Roque Dalton, América Latina).
1.- Dice Friedrich von Hayek que
“fue la evolución de la propiedad, de los contratos, de la libertad con
respecto a lo que pertenece a cada uno, lo que se transformó en lo que yo llamo
civilización”, porque “gradualmente, se fue reconociendo como derecho que cada
individuo tiene sus dominios privados que puede usar para alcanzar sus propios
propósitos”. Es por ello, agrega, que “en relación al altruismo y la
solidaridad estamos obligados a olvidarlos para dar paso al desarrollo de la
civilización”. Porque “todo lo que podemos llamar individualismo es
abandonar a la obligación de compartir”.
Inicio esta conversación sobre educación y derechos
humanos con esta cita, porque es ésta la filosofía subyacente en nuestra
cultura y en el sistema educacional. No se puede hablar de educación y de
derechos humanos sin considerar el contexto histórico y cultural en el que nos
desenvolvemos. Y para que no nos demos cuenta de lo erróneo de lo que
hacemos como educadores, nos encadenan con técnicas pedagógicas en el interior
de la sala de clases, como si las aulas escolares no estuvieran en este mundo.
Lo ratifica José Ortega y Gasset, al
afirmar que “la escuela, como institución normal de un país, depende mucho más
del aire en que íntegramente flota, que del aire pedagógico, artificialmente
producido dentro de sus muros”.
2.- La educación es formación de la conciencia
ética es el título de la exposición. El título es la noción más precisa de educación.
Al hablar de educación y de ética, se concluye que la educación es ética, es
decir, es reflexión filosófica, esto es, racional, sobre la búsquedadel
bien. El bien es universal. Luego, se infiere que si la educación
es formación de conciencia ética, porque cada acto se proyecta en los
otros, se debe partir del supuesto de que el hombre es un ser social. Es
nuestro supuesto como educadores cristianos. Pero la noción de
hombre dominante es la de individuo que compite con los demás por la propiedad
en medio del mercado.
Nosotros concebimos a la educación como conciencia ética y,
en consecuencia, es educación de DDHH.
Estamos nadando contra la corriente.
3.- Educación es conciencia, porque es necesario
darnos cuenta de los acontecimientos históricos, de su genealogía, de su
proyección y de su significado.
Es ética, porque es una reflexión filosófica sobre
el proceso formativo, discerniendo respecto de su bondad o maldad. Más
directamente: si humaniza o deshumaniza.
Si humaniza, la educación se implica con los DDHH porque estos
son valores básicos de una sociedad democrática, esto es, de una
sociedad impregnada de igualdad y de participación.
4.- Se atribuye a Sócrates el
origen de la ética. Para él, el bien es el conocimiento. El mal es
la ignorancia. Para hacer el bien, es necesario conocer. Allí está
la misión del educador: estimular al discípulo hasta que reconozca la
ignorancia y saque a la luz la verdad que se encuentra en la interioridad de
cada persona. Por tanto, el medio para alcanzar la verdad, lo que es y no
lo que aparenta ser, es la educación. Esto es formación de la
conciencia y no una instrumentalización de las personas.
5.- Platón afirma que el bien está
en la esencia, en la Idea. El mal está en lo sensible. La Idea o
esencia o alma o razón o espíritu, esto es, lo no sensible, lo que no es
cuantificable, lo que no se debe tratar como objeto, lo gratuito, lo que no
tiene valor mercantil, es el bien. Luego, la educación como
objeto de mercado no es educación. El lucro en la educación no debe tener
cabida.
6.- Aristóteles dice que el bien
es la felicidad, es decir, aquello a lo que tiende todo hombre. La
felicidad es pensar bien y actuar bien. Como el bien es de los hombres y
los hombres son seres sociales, el bien se manifiesta en la economía, la
política y el derecho.
Los pensadores clásicos nos ayudan a discernir sobre la realidad
contemporánea.
7.- El concepto de hombre como ser social se rompió
en la modernidad. Entonces surgió la idea de individuo, desde
el Yo pienso de Descartes, extendiéndose con el
calvinismo y la idea de predestinación.
De allí nace el capitalismo, la ciencia positiva,
la idea de progreso, la industrialización, el sistema financiero, hasta
la actual globalización.
Es lo que han difundido von Hayek, Milton
Friedman y que la Facultad de Economía de la Pontificia
Universidad Católica de Chile ha impuesto como dogma de fe en
detrimento y contraposición de la fe cristiana que dice postular.
8.- Por esta ideología, en todos los países de América Latina los
profesores hemos sido implacablemente perseguidos por ser considerados
“elementos subversivos”. Miles de entre nosotros han sido encarcelados,
torturados, relegados, exiliados, vejados, vigilados, violados, ejecutados,
degollados, hechos desaparecer. Ayotzinapa es uno de
los ejemplos del último período. Las oligarquías se han
esmerado en ello y sus lacayos no han omitido momento alguno para tratarnos
como inferiores, para denostarnos, humillarnos, criticarnos, burlarse
públicamente de la situación opresiva que padecemos, culpándonos del bajo nivel
escolar.
9.- No se toma en cuenta que los organismos
internacionales han destinado a la educación como la principal reproductora de
la desigualdad. Para ello, nos han obligado a abandonar la reflexión
filosófica cambiándola por un modelo economicista bajo el rótulo de
despolitización, “encastillándonos” en la sala de clases, al margen de la
creación de cultura y de la historia, lo que es acompañado por una
proliferación de cursos de especializaciones técnicas,
innumerables asesorías pedagógicas descontextualizadas y de la
permanente amenaza de cesantía y de tratos arbitrarios.
De esto son cómplices y autores materiales los
expertos, los especialistas, los académicos, los burócratas, los consultores,
los asesores, los investigadores. Son cómplices de la intencionada
destrucción de la educación pública, que conlleva la pérdida de sentido de la
vida de las presentes y futuras generaciones.
Así se ha impuesto
la globalización: rompiendo la ética.
10.- Con la globalización neoliberal se produce una
ruptura del éthos de la sociedad occidental y hoy también de la sociedad
mundial. No hay ética. No hay conciencia ética en nuestra
cultura. Por tanto, no hay educación y tampoco hay DDHH.
Estamos creyendo que educamos en mundo que en
realidad ya no existe.
11.- La violencia, el terrorismo, la criminalidad,
la droga, la corrupción, no son los problemas de fondo, sino sólo indicadores
de un problema más radical y más profundo: la ruptura del éthos, de la
conciencia ética que posibilita la convivencia social.
Las respuestas del sistema son más
cárceles, más leyes represivas, más policías y militares en las calles.
Por eso los discursos de las iglesias y de los educadores no tienen efecto: porque
no se dirigen a las raíces de los problemas.
12.- Las sociedades más afectadas con la crisis ética son las que
han adoptado con mayor entusiasmo el modelo de sociedad de USA y
del Primer Mundo. El llamado “crecimiento económico”, las modernizaciones, los
ajustes, no solucionan el problema sino que lo acrecientan.
La concentración de la riqueza ha subordinado a la
política, lo que ha conducido a una democracia sin contenido. Se ha
impuesto la prioridad absoluta de lo económico y de un único sistema de
economía y de convivencia, que es un sistema basado en la violencia.
Así se ha envilecido la cultura.
13.- Como el individuo ha sido puesto por encima
de la persona, del hombre como ser social, las élites y sus
satélites carecen de solidaridad. Se encierran en sí mismos. Emerge
así una sociedad dividida en la que no hay contacto entre la clase superior y
la clase inferior. Hay exceso de información, pero no hay
comunicación.
La asociación, el sindicato, la lucha de clases, que eran formas
de unión social, ya no son posibles porque el trabajador no sabe quién
dirige, quién manda, no sabe cómo funciona la sociedad en la que está
físicamente, pero a la que mental y espiritualmente no está integrado.
14.- Aunque débilmente, la integración social la
daba la educación pública, que transmitía valores como la nación y el
trabajo. La nación y el trabajo eran valores comunes. El trabajo
era fuente de dignidad. Pero la globalización ha roto el espíritu de la
nación y del trabajo, porque ha globalizado sólo a las élites. Las
grandes masas, las mayorías, han quedado marginadas.
15,- Las élites del mundo entero se contactan entre
sí, pero no se contactan con sus propios pueblos. Viven en los
alrededores de las ciudades en paraísos artificiales que abandonan para viajar
a los paraísos turísticos o a los paraísos fiscales que son el símbolo de la
ruptura de la solidaridad. No pagan impuestos. Quieren un Estado
débil que sólo les garantice privilegios y que reprima el desorden. No se
interesan por la educación pública, ni la salud, ni la vivienda, ni la
previsión.
No tienen idea de cómo viven sus propios pueblos.
16.- Los pueblos están excluidos, rechazados, marginados,
envilecidos, sin solidaridad hacia nada ni de nadie.
El trabajo era un medio de socialización. En
la globalización (o sociedad del conocimiento) no existe estabilidad del
trabajo ni identidad profesional. El trabajo es sólo mercancía. Ha
perdido su dignidad. Por tanto, en los lugares de trabajo no se generan
formas de solidaridad. Ya no hay derechos sindicales. Y al no haber
dignidad del trabajador, los jóvenes quedan sin referencia de valores.
17.- Hoy no existe éthos cultural. Este
estaba en el inconsciente de la sociedad, constituyendo el alma de la cultura,
el fondo desde donde proceden las normas y los valores, los cuales se
transmiten por el testimonio, a través de símbolos, mitos, sabiduría popular.
Es la base de la ética. Una ética sólo
racional, sin transmisión testimonial, no penetra en la vida, ni en los actos,
ni en los comportamientos. Estos hoy obedecen al mercado. Luego,
los comportamientos ya no son éticos, sino que obedecen al mercado: hago no lo
que debo hacer, sino lo que me conviene.
18.- La educación concebida como formación de la conciencia ética,
tiene como fin la transmisión del éthos cultural, del espíritu del pueblo.
La educación pública era preparación para realizar
un trabajo, para realizarlo como ciudadano de una sociedad democrática.
Pero en la era de la globalización neoliberal ya no
hay éthos cultural, no hay ética, no hay espíritu. Por tanto, no hay
educación.
La familia no educa porque los padres no saben qué
transmitir a los hijos. Los abandonan a si mismos. Les dan cosas e
instrucción, pero no valores.
19.- Las escuelas son centros de preparación para el
mercado. Pero todos los niños y jóvenes de clase baja saben desde el
comienzo que en esa competencia son “perdedores”. La
educación de hoy es para los que van a vencer en el mercado del trabajo.
Para la mayoría es inútil lo que la escuela enseña. No se otorga
preparación para la vida que verdaderamente se tendrá que vivir.
Se ha logrado así el objetivo de la despolitización
y uno de sus principales medios han sido las pruebas
internacionales estandarizadas. En consecuencia, hoy no hay educación y menos
aún hay educación pública.
20.- El Estado ha
dejado a la educación pública en decadencia porque no le ve sentido. Los
técnicos que las empresas requieran son preparados por instituciones privadas
más integradas al mercado. El único conocimiento que se valora es el
conocimiento en torno al mercado. Toda la información que transmiten los
medios se refiere al mercado, para seleccionar y orientar la producción y dar a
los capitales mejores rendimientos.
La tecnología y la ciencia benefician a los
que las aprovechan económicamente, haciendo de ellas nuevas mercancías.
No se transmiten valores éticos, porque estos perturban el juego
del mercado.
21.- Para los estudiantes, más importantes que los
mensajes de la escuela son los que difunde la TV. La TV difunde la forma
de vida de la clase alta. El éthos de la clase alta es el
narcisismo: el individuo no se refiere a sí mismo, sino a la imagen que
proyecta. De ahí la necesidad de consumir para existir.
22.- Los Estados no pueden desarrollar la educación
pública ni respetar los derechos humanos mientras los gobiernos están asociados
a The Goldman Sanchs Group, acusado del fraude de las
hipotecas subprime y de ser parte del origen de la crisis
financiera griega al haber ocultado cifras del déficit público.
Y J.P.Morgan, acusado de prácticas delictivas en su gestión
de bonos hipotecarios durante la crisis subprime de 2008 al no informar a los
organismos controladores de sus prácticas. O el HSBC Securities,
una de las primeras empresas financieras del mundo y que en 2012 un informe
del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de USA
reveló que durante años el HSBC había lavado dinero de los cárteles mexicanos y
de otras organizaciones criminales, cuestiones que se vio obligado a reconocer.
23.- ¿Qué hacer para reconstituir una ética
enraizada en un nuevo éthos cultural?
Las iglesias no convencen con sus discursos moralizantes y
anacrónicos. La Iglesia Católica está asociada a la
clase alta, está “inculturada” a esa clase exceptuando a sectores muy
reducidos que no tienen mayor ingerencia en las decisiones ni en las líneas
pastorales.
La solidaridad la han confinado a obras
asistenciales a las que la clase alta otorga ayuda para corregir los defectos
que creen ser transitorios del sistema económico, el cual “chorreará” a
todos. Piensan que el Estado es el problema. Por su parte, el
Estado está presionado por el FMI, el BM, la OMC,
los TLC y las transnacionales. Se denuncia la corrupción de las
instituciones del Estado, pero nunca la corrupción de las empresas
privadas.
24.- Sin embargo, el Estado fue el creador de
la economía, del trabajo, de los servicios sociales. Fue el principal
agente de la educación y no se le puede reemplazar en relación a la
posibilidad de un nuevo éthos cultural para difundir y universalizar valores.
Hoy el Estado es
débil, por lo que debe apoyarse en la organización de los movimientos
populares.
25.- ¿Cómo recrear
la educación enraizada en los derechos humanos?
Es a lo que insta el Papa Francisco en
el Encuentro Mundial de Movimientos Populares (27-29 de octubre de 2014) al
decir que “los pobres no sólo padecen la injusticia, sino que también luchan
contra ellas. No se contentan con promesas ilusorias, excusas o
coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs,
planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal
manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar”. La solidaridad
“es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos
sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es
luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta
de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y
laborales. Es enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero:
los desplazamientos forzados, la emigraciones dolorosas, la trata de persona,
la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de Uds.
sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad,
entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que
hacen los movimientos populares”. Y agrega: “No se puede abordar el
escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente
tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e
inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas,
se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y
ambiciones personales”. Y continúa instando a las organizaciones
populares a luchar contra el desempleo, el trabajo informal y la falta de
derechos laborales, frutos de un sistema económico que descarta niños, ancianos
y jóvenes, por lo que “es necesario crear una cultura del encuentro, síntesis
entre lo local y lo global, porque la lucha de los movimientos populares nos
hace bien a todos”.
26.- Siguiendo este razonamiento, el profesor (a
diferencia del tecnócrata) tiene conciencia del significado político de su
profesión. Frente a la sociedad, promueve la cultura. Frente a la
persona, construye en sí cultura.
Esto lo hace promoviendo utopías, sentido de la
vida, humanizando, integrando, cohesionando al pueblo al que pertenece.
Dice Santo Tomás que, para educar a los jóvenes, “tres
cosas debe hacer el maestro: ordenar rectamente hacia el fin, a lo que se llama
dirigir; emplear toda cautela para que no se extravíe, lo cual tiene por nombre
regir: reducirlo al recto camino si se hubiera apartado de él, a lo cual se
llama corregir”.
27.- La intencionalidad es en la conciencia del
profesor, adquirida por la razón y la experiencia, lo que da paso a la
sabiduría. La sabiduría permite discernir entre las posibilidades hacia
el educando y que dependen del profesor: ascender a la plenitud de la
humanización o descender a la nihilidad o el sin sentido.
La educación tiene como fin la humanización,
la dignidad humana, a través del diálogo con el mundo. Ello desemboca
en la libertad, esto es, “cuando se descoloniza la mente del oprimido de
la presencia del opresor”. (Freire-Frei Betto, “Esa escuela llama
vida”).
La preocupación prioritaria de los cristianos y, en
particular, de los educadores cristianos, debe ser la restauración de la
educación pública, porque es la única que puede alcanzar a la gran masa de los
pobres e impedir la intensificación de la degradación de las nuevas
generaciones populares que están en situaciones sin salida, sin refugio, sin
socialización, sin dignidad.
28.- El porvenir está en los movimientos y organizaciones voluntarias,
abiertos a todos, dominados por una preocupación ética, capaces de liberarse de
las estructuras económicas imperantes.
Ello implica una visión crítica del mundo actual y
de la economía de mercado. La gran masa no tiene capacidad de darse
cuenta de lo que está sucediendo.
Hay que suprimir las fronteras al interior de las
sociedades para que las élites vean lo que pasa en el infierno que dejaron
formarse al lado de sus paraísos.
Hay que seguir la dinámica de los trabajos
voluntarios, de campañas de alfabetización, de Médicos sin Fronteras,
del Movimiento por el Cierre de la Escuela de las Américas, de las
radios y TV comunitarias, etc.
29.- El valor fundamental de una nueva ética es la relación
humana: ser capaz de relacionarse, de comunicarse personalmente, de crear
convivencia.
No es la comunicación de la red de medios
tecnológicos, porque esa es la comunicación del mercado. Esa
despersonaliza. Lo que vale es la comunicación personal y que posibilita
la socialización, la organización para una vida en comunidad. Porque la
globalización sólo permite la competencia y la lucha de todos contra
todos. Hoy triunfa sólo el que actúa sin ética.
30.- Sólo las organizaciones sociales democráticas,
el pueblo organizado, informado, educado y unido pueden transformar el sistema
imperante.
En la organización social y política está la tarea
de la educación en derechos humanos.
Debemos exigir una reforma universitaria que reivindique la misión de la
universidad como centro de creatividad y de irradiación del saber para el bien
de la humanidad, lo que implica la presencia de académicos solventes
intelectual y éticamente.
Crear talleres de reflexión buscando precisar la
conceptualización y, a la vez, denunciar la corrupción de las instituciones de
educación.
Sistematizar y difundir las experiencias inéditas,
de tal manera de que toda la sociedad se entere de la labor extraordinaria y
bella del profesor.
Participar de organizaciones sociales, culturales y
políticas, estableciendo vínculos internacionales.
Enfatizar la formación de buenos hábitos, como educación humana básica.
Desarrollar la formación ética en el sistema
escolar y a través de medios de comunicación locales.
Denunciar la impunidad de los delitos de lesa
humanidad y prevenir las violaciones de DDHH a través de la difusión del
Derecho Internacional.
31.- Los DDHH los han reducido a no ser molestados
por nada ni nadie, lo que se expresa en el egoísmo. Es así como la
situación actual es de barbarie. No hay alternativa: educación en
derechos humanos o barbarie.
La gratuidad es lo único que puede restaurar la relación humana
entre personas. La gratuidad se opone a la ideología del mercado.
Pero no debemos olvidar la tarea más directa de los
educadores: la educación humana básica para transmitir la responsabilidad
personal. Enseñar lo que es útil para la vida. Y lo que es útil
para la vida es saber relacionarse y pensar por sí mismo.
32.- Hay múltiples ejemplos que ratifican lo antes
señalado, como el siguiente: el 1º de enero de 1994, los conceptos de dignidad,
identidad y memoria rompieron el silencio de los “condenados de la tierra” a
través de la aparición del movimiento zapatista. Más tarde se gestó el
Primer Encuentro Internacional por la Humanidad y contra el neoliberalismo en
1996, en Aguascalientes, en la selva Lacandona y
que ha sido continuado en diversos lugares del mundo. Porque la humanidad
tiene derecho a vivir humanamente y un paso básico es que los pueblos digan su
palabra, porque “para el poderoso, nuestro silencio fue su deseo.
Callando nos moríamos, sin palabra no existíamos. Luchamos para hablar
contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida.
Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido. Hablando en su corazón
indio, el pueblo sigue digno y con memoria”.
Por: Hervi
Lara B.
Fuente: http://www.elciudadano.cl/columnas/la-educacion-es-formacion-de-la-conciencia-etica/07/21/
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