La importancia del juego para el desarrollo de los más pequeños es una idea bien asumida por la sociedad, especialmente entre el profesorado. Pero ¿realmente conocemos los motivos por los que es importante y sabemos cómo sacarle el máximo provecho?
Centrándonos en el
ámbito educativo, se observa muy positivamente el interés que emerge en las
maestras y maestros por incluir el juego y la motivación del alumnado en sus
aulas. Tanto es así que se lee y escucha mucho términos como “gamificación” o
actividades tipo “Escape Room“. Sin embargo, ¿qué garantías de éxito nos
proporcionan estas prácticas? ¿Qué cualidades desarrollamos en ellas y en qué
medida?
Si acudimos a los
más destacados y referenciados autores encontramos, por ejemplo, que
Vygotsky hablaba del juego en su libro “El desarrollo de los procesos
psicológicos superiores” resaltando interesantes apuntes a tener en cuenta,
como la seriedad con la que el niño y la niña toma el juego (al contrario de
como solemos pensar). También señalaba cómo este es útil en cuanto a que para
la infancia es una forma de adoptar el rol de otra persona (fingiendo ser
alguien concreto) y así el niño o niña comienza a adquirir habilidades
de otras personas que todavía no domina y trata de imitar, poniéndose en su
lugar. Además, el autor indica que el juego facilita el autocontrol en
niños y niñas y les ayuda a moderar sus conductas, privarse de
egocéntricos deseos y seguir normas. Estas pinceladas ya nos dejan ver que el
juego es una herramienta a tener en cuenta de forma más profesional y
seria.
Si nos vamos a
las evidencias más actuales, el Centro de desarrollo infantil de
Harvard (Center on the Developing Child, Harvard) recientemente nos ha
proporcionado una guía de gran utilidad sobre el juego,
indicando diversos ejemplos concretos (y su motivo) para las distintas edades.
En esta publicación
vemos ejemplos desde los primeros meses con juegos como el cubrirse la cara (el
“cu-cu” o “peak-a-boo” en inglés), importante por el esfuerzo que hace
el bebé por recordar qué cara se esconde tras las manos, lo cual trabaja
su memoria, a juegos en edad más avanzada y adolescente, de equipo, que
fomentan la colaboración mutua para conseguir objetivos compartidos.
De esta guía se pueden
extraer claramente algunas conclusiones sobre el juego que coinciden con lo que las
investigaciones de máximo impacto ya venían publicando. El juego útil
es el que :
1: tiene como base las
interacciones con los más capaces, incluyendo a adultos. Esto ya lo sugerían autores de
relevancia como Vygotsky, Bruner o Rogoff, así como también se publicó este
mismo centro de investigación de Harvard explicando el “serve and return” (ese intercambio, feedback y
respuesta al niño por parte del adulto, esa intersubjetividad);
2: tiene altas expectativas y supone retos como
elaborar estrategias y reflexionar, como ocurre en el ajedrez;
3: favorece la
colaboración mutua, que supone llegar a
acuerdos y la necesidad de interactuar con compañeros y compañeras para cumplir
los objetivos.
Gracias a esta
sencilla y clarificadora publicación de Harvard, tanto profesorado como
familiares podemos hacernos una mejor idea de qué tipo de juegos incluir
con garantía de resultados y por qué, sin dejarnos llevar por las modas
y productos comerciales que nos llegan desde la prensa, las redes
sociales o incluso la formación del profesorado.
Por Sergio Miralles
Maestro de educación
primaria y especialista de inglés
Fuente: https://periodicoeducacion.info/2023/02/26/que-juegos-inciden-mas-en-el-desarrollo-infantil/
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