lunes, 2 de noviembre de 2020

“La mujer educadora tiene un papel clave en el prestigio de la docencia”

 Montserrat del Pozo, Carmen Pellicer, Ana Juliá, Arancha Cendoya, Mar Martín o Rosa Casafont son algunas de las protagonistas de ‘Mujeres líderes en la educación del siglo XXI’, el libro escrito por Ana María Farré, directora del Campus Ibercaja, que tras conversar con todas ellas (22 en total) concluye: “Hay que considerarlas unas visionarias en los cambios que necesita la educación hoy en día”.

 


Muchos de los grandes profesionales que hoy lideran el mundo están en deuda con alguna maestra que creyó en ellos y les ayudó a desarrollar su potencial. ¡Son auténticas ‘influencers’! Ana María Farré, autora del libro ‘Mujeres líderes en la educación del siglo XXI’, que ha conseguido reunir a 22 mujeres educadoras, visionarias del cambio que se merece la educación en la actualidad, cree que el papel actual de la mujer educadora ha cambiado tanto que hay que considerarlas como mentoras, facilitadoras del aprendizaje, líderes de proyectos educativos de toda índole, y lo más importante: “Cuentan con un papel clave en el prestigio de la profesión educativa”.

 

Pregunta: En su libro recalca el papel de 22 mujeres referentes en la educación de este siglo, pero para usted, ¿cuál el papel que la mujer desempeña en la educación actual? 

Respuesta: Muchas mujeres han sido pioneras a lo largo de la historia en innovación educativa y este siglo no está siendo una excepción. Lideran proyectos verdaderamente excepcionales y, sin embargo, la  mayoría permanecen en el anonimato. Se dice que ‘un ejemplo vale más que mil palabras’: Alejandra Vallejo-Nágera, Ana Pérez Saitua, Montserrat del Pozo, Carmen Pellicer, Ana Juliá, Arancha Cendoya, Mar Martín, Rosa Casafont, Alicia Bastos, Nuria Sánchez Povedano, Miriam Reyes, Luz Rello, María Jesús Frígols, Tania Santiago, Susana García Mangas, Garbiñe Larralde, Charo Fernández, Rocío Lara, Sofía Temprado, Heike Freire, Rosan Bosch y Roser Batlle, todas ellas, con su vida y mensaje, hablan del papel que desempeña la mujer en la educación actual. 

Son referentes en la educación de nuestro país, no solo inspiran: su liderazgo está más que consolidado y dirigen proyectos educativos de muy diversa índole, siempre desde una gran humildad y vocación de servicio. Son visionarias de un cambio de modelo educativo que sin duda la pandemia ha acelerado. Todas merecen que se les ponga un gran altavoz que amplifique su mensaje.

 

«Actualmente el rol de la mujer educadora ha cambiado y ha pasado de ser ‘gurú del conocimiento’ a facilitadora de aprendizaje, una mentora»

 

P: ¿Qué es lo que ha cambiado entre la mujer educadora de antes y la de ahora?

R: La mujer, como generadora y guardiana de vida, ha sido a lo largo de la historia ‘la gran educadora’ y en este momento también lo está siendo. Su presencia y experiencia en las aulas y también como madres de familia las convierte en interlocutoras excepcionales, aportando esa otra visión de la educación.

Actualmente su rol ha cambiado y pasa de ser ‘gurú del conocimiento’ a facilitadora de aprendizaje, una mentora. Las protagonistas del libro dan mucha importancia a prestigiar la figura del docente y definen su perfil actual, como: ‘sherpas’, ‘nómadas del conocimiento’, ‘diseñadores de espacios aprendizaje’ o ‘catalizadores del proceso de interiorización que tienen que realizar los alumnos’. 

Rindo homenaje a miles, millones de mujeres en el mundo dedicadas a la educación como madres, maestras, licenciadas o catedráticas. Ojalá se reciba con una actitud de sororidad, como una iniciativa para mostrar al mundo el ejemplo de mujeres que están construyendo la sociedad del futuro. Sin duda, muchos de los grandes profesionales que hoy lideran el mundo están en deuda con alguna maestra que creyó en ellos y les ayudó a desarrollar su potencial. ¡Son auténticas ‘influencers’!

 

«Educamos para transformar y cambiar el mundo»

 

P: Este año, la vuelta al cole ha sido muy distinta a años anteriores, ¿es el mejor momento para cambiar el modelo educativo? ¿Por dónde habría que empezar?

Formamos parte de un laboratorio global de aprendizaje. A lo largo de estos meses, hemos sido testigos de cómo millares de docentes han trabajado a una con las familias, han sido protagonistas de un nuevo modelo de paradigma, sin haberlo planificado. Algo magos e ilusionistas, han sido capaces de despertar curiosidad y motivación en los estudiantes. Han sido exploradores de nuevas vías para generar contenidos, han puesto en marcha una auténtica inteligencia colectiva. En condiciones muchas veces ‘heroicas’, no han abandonado a su alumnado y se han adaptado en un tiempo récord al entorno. La digitalización ha permitido poner en marcha recursos como las aulas invertidas (Flipped Classroom), con la igualdad como reto, para impedir que la brecha digital deje a nadie atrás. Ha emergido necesariamente un nuevo método de evaluación.

 

Las 22 protagonistas de mi libro dan algunas claves para este momento de cambio. Tal y como dice Montserrat del Pozo, con el reto por delante de “saber volar mientras se construye el avión”. O como aconseja Mar Martín: “Necesitamos aprender del pasado, visualizar el futuro y centrarnos en el presente”. “No tener miedo a la incertidumbre y al fracaso”, señala Garbiñe Larralde porque “si de los errores se aprende, no debemos temer equivocarnos”, y como apunta Rocío Lara, “en ese contexto volátil educar consiste en aprender y desaprender distintas maneras de hacer”. 

Desde su experiencia, Carmen Pellicer apunta: “La pregunta no tiene que ser ‘¿qué tenemos que enseñar?’, sino cuestionarnos ‘¿qué necesitan aprender” y, como dice Ana Pérez Saitúa, hay que procurar “que ningún niño se quede atrás por no pensar en él” sabiendo como dice Alicia Bastos que “hoy es sólo parte de lo que será y su aportación cambiará el mundo”.

 

P: Comenta que la mujer es la gran humanizadora frente al transhumanismo y la aparición de la inteligencia artificial en las aulas, ¿de qué forma habría que avanzar en este campo (robótica, materias STEAM…), sobre todo, entre las estudiantes?

R: Suscribo lo que dice Rocío Lara, ingeniera y experta en robótica: “El quehacer tecnológico está cambiando a la sociedad y se necesita que los perfiles profesionales en este campo tengan una sólida formación humanística y sean conscientes de que la tecnología actualmente genera un gran impacto social y cultural en plazos de tiempo muy corto”.

 

Estamos diseñando la tecnología que conformará la sociedad de los próximos siglos. Es un reto que refleje una sociedad plural, donde se muestren las distintas habilidades, percepciones y visiones. Para ello mujeres y hombres tienen que participar en igualdad en la programación y diseño de la misma. En el libro doy voz a dos ingenieras dedicadas a la educación como son Charo Fernandez y Rocío Lara, y a Sofia Temprado experta en Flipped Classroom. Con su vida y mensaje hablan de su experiencia en este campo e insisten en la necesidad de empoderar a las niñas para que desarrollen sus capacidades científicas. 

 

P: ¿Cómo visualiza el futuro de la mujer docente de aquí a diez años?

R: La mujer tiene un papel clave en el prestigio de la profesión educativa. Creo en su capacidad para buscar respuestas nuevas, creativas e ilusionantes. Confío en su apertura, en su interés en poner al servicio del aprendizaje los avances científicos: la neurociencia, la educación emocional, la digitalización… siempre manteniendo su vocación de servicio y de amor al alumnado. Como comenta Montserrat del Pozo: “A veces nuestro mayor miedo es nuestra luz y empequeñecernos no ayuda al resto del grupo”. Visualizo a la mujer educadora liderando proyectos educativos, ocupando puestos de responsabilidad, tanto en el ámbito público como privado. 

En ocasiones observo con estupor como en un terreno donde hay una amplia mayoría de mujeres y excelentes profesionales, muchos congresos, eventos, administraciones, equipos de dirección, consejerías de educación, gobiernos y un sinfín de instituciones educativas son gobernadas por hombres. También creo en la igualdad a través de la diversidad, en la riqueza de los equipos mixtos, en la complementariedad, en el liderazgo compartido, pero es necesario mostrar al mundo y sobre todo a las generaciones futuras esos modelos de vida de liderazgo femenino en la educación.

Educamos para transformar y cambiar el mundo. Sueño junto a Roser Batlle en un nuevo modelo educativo donde “la sabiduría y la generosidad” vayan unidas y en el que la mujer educadora, sin duda, tiene un gran protagonismo.

 

 

 

 

 

 

Por

Laura Román

Fuente

https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/ana-maria-farre/

 

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