Unicef
advierte que la pandemia "está amenazando seriamente" a la primera
infancia
La Oficina de Investigación
de Unicef afirmó en un informe que al menos 40 millones de chicos y
chicas de todo el mundo no recibieron este año educación preescolar por
el cierre de centros de cuidado infantil y educación temprana como consecuencia
de la pandemia del coronavirus. Según afirmó la directora ejecutiva del
organismo, Henrietta Fore, la educación durante la primera infancia es la base
de todos los aspectos del desarrollo y “la pandemia está amenazando seriamente
esa base”.
El informe, titulado
“Cuidado infantil en una crisis global: el impacto de la Covid-19 en la vida
laboral y familiar”, destaca que más de 35 millones de niños menores a 5 años
se quedaron alguna vez sin la supervisión de un adulto. En este sentido, de los
166 países analizados, menos de la mitad cuenta con opciones de educación
preescolar que no exijan matrícula de al menos un año, cifra que desciende en
un 15 por ciento en los países de bajos ingresos.
Según consigna el
documento, de los países de ingresos bajos y medios en donde los chicos y
chicas no acceden a la educación preescolar, alrededor del 40 por
ciento de los niños de entre 3 y 5 años tampoco reciben estimulación
socioemocional y cognitiva por parte de ningún adulto en su hogar.
Esta situación ya
existente se agravó por la crisis mundial, consecuencia de la pandemia. Según
remarcó el informe de Unicef, el esfuerzo que deben hacer los padres para
equilibrar los tiempos entre el trabajo remunerado y el cuidado infantil se
profundizó durante el confinamiento. Eso generó “una crisis aún más profunda”
para las familias con niños pequeños, especialmente aquellas que, desde antes,
no accedían a servicios de protección social.
Además, esta
situación afecta especialmente a las mujeres, sobre quienes recae “una carga
desproporcionada”, ya que, en promedio, dedican tres veces más tiempo al
cuidado de los hijos y a las tareas domésticas que los varones. Según
el informe, más del 90 por ciento de las mujeres en África y casi el 70 por
ciento en Asia y el Pacífico trabajan en el sector informal y no tienen acceso
a ninguna forma de protección social, lo cual, sumado a la falta de opciones
educativas para la primera infancia, deja a las madres “sin otra opción que
llevar consigo a sus hijos pequeños al trabajo”.
En los casos en que
esto no sucedía, los servicios de educación inaccesibles o de mala calidad
"obligaron a muchos padres a dejar a los niños pequeños en entornos
inseguros y poco estimulantes en un punto crítico de su desarrollo",
señala el informe. Sin embargo, la pandemia no hizo más que profundizar la
crisis que, a nivel global, sufría la educación en esta etapa del crecimiento,
ya que el cierre de los centros educativos "está impidiendo que
los niños inicien su educación lo mejor posible", afirmó Fore.
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