lunes, 27 de julio de 2020

La dictadura del Coaching

Desde hace algún tiempo, habitamos la automodernidad, una sociedad donde el individualismo se fortalece con la construcción del Yo dejando el Nosotros al borde de la extinción. La tendencia es el asesoramiento, para ser mejores, para tener más, para alcanzar la felicidad que, al parecer, obstaculizamos nosotros al ignorar quiénes carajos somos. 

Para ayudarnos se desencadena toda una maquinaria de desarrollos y crecimientos personales que vienen a enseñarnos como debemos gestionar emociones, necesidades y sueños. En realidad, nos domestican y condicionan, pero la publicidad nos lo vende como se positivo y disfruta de la chispa de la vida. Ya es innecesario que el patriarcado, mano derecha del capitalismo, muestre una de sus caras más groseras: obligar a sus hijos a hacer lo que él manda. La relación de dominación es tal, que los hijos se autoimponen alegremente lo que el padre quiere que hagan, creyendo, sin sospechas, que han elegido libremente.

Ante esta realidad, afirmamos que habitamos en la dictadura del coaching. Una suerte de Estado, donde el generalísimo coach, nunca preguntará si la insatisfacción que nos aqueja es o no estructural, si no que nos llevará a sustituir el conocimiento y la instrucción por habilidades y competencias que logran acallar la voz de razón, y nos arrastran al olvido de que todas somos iguales. Desde el Mundo Yo que ayuda a construir el coach, solo queda sacrificarse lo suficiente para conseguir la salvación en un mundo en decadencia. La satisfacción que reporta el mercado del coaching, es la bestialización del carácter, la construcción de una subjetividad que adolece inhumanidad, incapaz de empatizar y rebelarse ante las injusticias.

El objetivo de la sociedad que habitamos es la globalización de la cultura coaching, es decir, la universalización de un mundo de zombis automodernos. El nuevo zombi es apuesto, viste de colores, irradia alegría, va al gimnasio y al terapeuta, cada cual, según su capacidad de sacrificio. Esta construcción de sujeto, ajena a lo colectivo, a la comunidad, primero se coló en las empresas para aumentar los rendimientos del capital, luego en las personas como forma de buscar un paliativo ante la angustia y la pena de sentirse vacías y pérdidas. Hoy se cuela en las aulas de las escuelas de diversas maneras para incidir en pequeñas y jóvenes. Con este libro tratamos de identificarlo y denunciar el peligro ante el que nos encontramos. ¿Nos acompañas?




En publicación compartimos el prólogo de Miguel Mazzeo y el epílogo de la autora. Descargar PDF
Vanessa Pérez Gordillo
La perseverancia (Bogotá, Colombia), 24 de mayo de 2020
 Publicado en Debates estratégicos


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