Camino López García, profesora de
universidad; Cristina Nogales, gestora de proyectos de Inter-Ingenia; y María
Isabel Polo del Río, profesora de la Universidad de Extremadura, forman parte
del equipo directivo y docente de LiCloud. Analizan en este artículo cómo ha
sido la docencia durante las semanas de confinamiento y por qué no puede
considerarse docencia online, sino sólo una forma de docencia mediada por las
TIC. Además, dan las claves para lograrla con éxito.
Quizá ser docente hoy día es más
complicado que nunca. Con la llegada de la pandemia por la Covid-19 y el cierre
de los centros educativos como una de sus consecuencias, son muchas las
responsabilidades docentes que se han visto afectadas e, incluso, modificadas.
Profesores y profesoras de todos los niveles educativos, cuya labor se ha
desempeñado siempre de manera fundamentalmente presencial, se han visto ante el
reto de lanzarse a la educación a distancia.
Aquí no usaremos el término de docencia online porque desgraciadamente no ha
sido ésta la que se ha desarrollado, sino una forma más primitiva de docencia
mediada por las TIC. Lo que actualmente se conoce como docencia remota de
emergencia o docencia no presencial de emergencia (UOC).
La razón de por qué esta docencia
online de calidad no se ha podido alcanzar no ha sido ni mucho menos por el
ímpetu de los docentes sino por su baja capacitación en esta modalidad
educativa. Durante muchos años se ha confundido la docencia online con el
conocimiento de las TIC y, aunque una depende de la otra, no son lo mismo. De
hecho, el gran reto está en reflexionar acerca del paradigma educativo que se
está transportando a los estudiantes, y así evolucionar hacia un cambio de
pensamiento. Todo esto tiene un sentido y una evolución histórica.
Un poco
de historia
En 2013 vivimos el ‘boom’ de las
TIC en educación. Las empresas de tecnología se iban posicionando en el sector
educativo ofreciendo diferentes tipos de hardware. Recordemos aquí el auge de
los mini portátiles, las tabletas digitales, las smartboards, la realidad
virtual, aumentada… y después, llegó la impresión 3D. Pero el interés por las
TIC no se limitó al hardware, sino también al conocimiento del software. En los
siguientes años se alcanzó un interés tremendo por aprender diferentes
aplicaciones que podrían utilizarse en Educación. Todo ello desde el mismo
enfoque: integrar las TIC en la educación presencial movidos por lograr la tan
ansiada innovación educativa, mejorar de la competencia digital, aumentar de la
motivación para luchar contra el absentismo escolar…
Poco a poco nos fuimos dando
cuenta de que las TIC en la Educación sin una metodología adecuada no llegaría
muy lejos. Las metodologías activas, en concreto, nos han ofrecido un vínculo
con las TIC desconocido hasta el momento, logrando alargar su tiempo de vida
más allá del primer momento ‘sorpresa’ que disparaba la motivación del
alumnado.
Todo este proceso de evolución de
la Educación en nuestro país se ha visto reflejado en las propuestas de formación para el profesorado. Enfocadas
en su mayoría hacia el aprendizaje de determinadas herramientas y/o
metodologías, pero… ¿esto es suficiente para lograr una alta competencia como
docente virtual? El caso es que no, y la realidad así lo ha evidenciado.
Tenemos a muchos profesores muy preparados pero no en los conocimientos
específicos que esta transformación educativa requiere. Profesores que hoy día
se han visto abandonados por la administración pública y
desbordados en su tarea docente. Afortunadamente, sigue habiendo iniciativas de
formación del profesorado, enfocadas tanto desde el centro educativo a través
del contrato de empresas de eLearning como por parte de organismos públicos
como es el INAP. No obstante, si analizamos esta formación sigue
teniendo un alto componente en herramientas TIC y metodologías, todo ello
descontextualizado de lo que una formación en docencia online íntegra debería
ser.
Claves de
la formación online
Ante la posibilidad de rebrote
debemos pensar en una formación del profesorado diferente, enfocada a la
docencia online atendiendo a todas sus especificaciones y con una base de
diseño de experiencias educativas en línea potente para poder readaptarnos a la
modalidad que se requiera cuando sea necesario.
Y, aquí llega la gran pregunta:
¿cómo debería ser esta propuesta para la formación del profesorado en docencia
online de calidad? Desde nuestro punto de vista académico y profesional, y
reduciendo la información para crear una lista de conocimientos clave,
consideramos que ésta formación docente debe basarse en 4 fundamentos:
1. Formación específica en e-moderating
La interacción entre
estudiante-profesor, profesor-estudiante, estudiante-estudiante,
estudiante-contenido y profesor-profesor cambia de manera significativa en un
espacio virtual. De hecho, a estas interacciones, sumaríamos la de
estudiante-interfaz al contar con un entorno virtual que media entre la figura
del docente, el estudiante y los contenidos. No solo depende de si se trata de
un entorno síncrono o asíncrono, sino también de las características de las
herramientas TIC que van a mediar esta comunicación.
Existen determinadas estrategias
que además están vinculadas directamente con la metodología de trabajo que se
va a desarrollar en cada fase de la experiencia educativa. Este es un asunto
complejo donde hay una gran cantidad de factores que deben ser tenidos en
cuenta para prever errores y maximizar la experiencia. Porque en la virtualidad
se dan problemas o dificultades que no existen en la presencialidad y que deben
ser tenidos en cuenta. En este apartado existe una tarea fundamental del
profesor online, que es la Planificación de la Docencia a través de las
diferentes Presencias Docentes: cognitiva, social y didáctica. En este apartado
se está hablando de la evaluación, del feedback formativo. Este está vinculado
directamente a la presencia didáctica y cognitiva, así como la inteligencia
emocional lo está a la presencia docente social.
2. Metodologías activas con TIC
Como hemos comentado
anteriormente, las TIC sin una buena metodología que las integre tienen poca
vida útil a nivel educativo. La metodología también debe ser adaptada a las
características de los estudiantes y a su nivel competencial y de autonomía
personal, sin olvidar los entornos virtuales a través de los cuales queremos
crear experiencias de aprendizaje en línea.
3. Creación y selección de materiales educativos
online
Una de las diferencias más
evidentes entre la docencia online y la presencial son los materiales. Una
buena selección de los mismos así como el conocimiento de los criterios básicos
a tener en cuenta para su creación, son clave en el acceso y manejo de los
contenidos por parte de los estudiantes. Es importante tener en cuenta las
características de los estudiantes que van a disfrutar de estos contenidos para
adaptarlos a ellos personalizando al máximo la experiencia educativa.
Actualmente en las aulas tenemos a los llamados Millennials, Centennials y
Alfa, generaciones digitales con características muy diferentes a las de aquellos
profesionales que les están impartiendo docencia. La edad y el momento vital de
los discentes son factores clave en el diseño de materiales. Estos contenidos
no deben ser el centro de atención en la docencia online, ya que es
imprescindible crear experiencias de aprendizaje que los trabajen de manera
íntegra y transversal. Aquí, la experiencia de usuario es fundamental, y ésta
debe ser diseñada de acuerdo a todo lo anterior.
4. Diseño tecnopedagógico para el e-learning
Y, por último, pero no por
ello menos importante, se encuentra la base de toda experiencia educativa, la
arquitectura del diseño de aprendizajes, el diseño tecnopedagógico. A través
del mismo podemos tomar las decisiones más acertadas para crear experiencias de
aprendizaje de alta calidad. Además, es la única llave que nos permite
reajustar toda la formación si las condiciones cambian, como es nuestro caso,
ya que todavía son inciertas. En este apartado es donde se tienen en cuenta los
3 puntos anteriores de manera integral, creando una estructura piloto que debe
ser revisada y mejorada una vez puesta en práctica.
Existe una gran cantidad de
modelos de diseño tecnopedagógico que pueden ayudar en este proceso de diseño
de la experiencia educativa. Un mal diseño contribuye a una carga temporal desproporcionada
tanto para el docente como para el estudiante, problema generalizado que se ha
observado durante la docencia digital de emergencia. En este espacio debe ser
considerado el tiempo de trabajo del estudiante y del profesor, para crear un
equilibrio posible de abarcar y coherente al diseño. Es aquí donde se establece
qué momentos pueden ser síncronos (de haberlos) y cuáles asíncronos, otro de
los temas realmente controvertidos en esta etapa de docencia a distancia de
emergencia, donde las clases presenciales se pasaron al formato virtual a
través de reuniones en plataformas de conferencia. El diseño tecnopedagógico
nos ayudará a planificar de manera exacta cada fase de trabajo para crear el
curso.
La
formación del profesorado como clave
Para reducir el impacto negativo
que la Covid-19 está teniendo en la educación es necesario contar con equipos
directivos responsables en la capacitación de su profesorado, ya que éste es el
que tiene la misión de formar a estudiantes activos y autónomos. Necesitan
tener esta visión amplia del concepto de docencia online de calidad para saber
cribar entre la inmensa oferta educativa actual y así desbrozar hasta localizar
aquella que es de calidad.
Dominando estas 4 claves de la
docencia en línea los profesores serán capaces de gestionar su docencia en esta
etapa tan incierta, ya que lograrán tener el control sobre su materia y
actividad docente tanto para trasladarla a un entorno presencial, online o
mixto.
Un futuro
de esperanza educativa
Como se puede observar, aquí no
se ha hablado de herramientas TIC ni tampoco de la competencia digital docente
en sí misma. En este listado de claves de la docencia online se abordan
cuestiones del aprendizaje en línea prácticas y vinculadas directamente a la
calidad educativa, más allá de los medios tecnológicos que se pueden
usar.
La necesidad de transformación de
la enseñanza no presencial en situaciones excepcionales (como ha ocurrido con
la emergencia sanitaria provocada por COVID19) al aprendizaje en línea, brinda
oportunidades para la innovación en educación, pero también desafíos ligados al
proceso de planificación, diseño, elaboración, implementación, gestión y
evaluación de la formación.
Para finalizar este artículo,
queremos parafrasear a Cristóbal Cobo (2020) quien dice “el
desafío no está en usar el dispositivo tecnológico, sino en aprender a pensar
distinto”. La educación virtual ha venido para quedarse y por
tanto, es la mejor oportunidad para conocerla, dominarla e incluso, transformarla.
Las autoras de este artículo
forman parte del equipo docente de LiCLOUD, curso de especialista universitario
de la Universidad de Extremadura cuyo objetivo es formar a expertos de alto
nivel en experiencias educativas completas de alta calidad en ambientes de
aprendizaje online, a través de metodologías activas, cloud computing y modelos
de diseño tecnopedagógico.
Por
EDUCACIÓN 3.0
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario