La privacidad de los alumnos, la
planificación de las clases o la elección de las herramientas a usar son
algunos de los aspectos a tener en cuenta para que la formación a distancia sea
un éxito. El profesor, formador e investigador Vicent Gadea reúne un conjunto de
consejos para los docentes y centros educativos que se hayan visto obligados a
implantar la enseñanza a distancia en tiempo récord como consecuencia de la
COVID-19.
A lo largo de los últimos años he
podido vivir la educación a distancia desde diversos roles: como coordinador
TIC, como docente online y con la impartición de diversos cursos online a
distancia de formación para profesores. También he vivido el ‘online learning’
desde el otro lado, como alumno de máster y, por último, he participado en
multitud de conexiones con mis alumnos, englobadas en la iniciativa Skype
in the Classroom. Sin embargo, nunca habíamos vivido una situación
similar a la actual, en la que hemos tenido que adaptar la educación presencial
al entorno virtual en tiempo récord.
La
respuesta de los centros educativos
La situación provocada por la
COVID-19 ha puesto en evidencia a muchas instituciones educativas sin un
protocolo de emergencia para la continuidad de docencia online. Y, por ende, ha
demostrado la falta de competencia digital tanto por parte de profesores (no de
todos), como de alumnos. Se ha constatado que la mayoría de los estudiantes son
competentes a nivel digital pero, en muchos casos, solo con las herramientas
que utilizan en su día a día. En cambio, algunos de ellos, no dominan tareas
tan corrientes como mandar emails con cierta formalidad, participar en foros de
debate o elaborar documentos en procesadores de texto.
Hemos visto que se han implantado
distintas estrategias ante
la suspensión de las clases presenciales, dependiendo de las decisiones tomadas
por las administraciones y los medios de los que dispone cada centro educativo.
Desde colegios impartiendo sesiones online en todas las etapas educativas hasta
centros educativos en los que los docentes preparan tareas y los responsables
familiares se las devuelven, una vez realizadas, por correo electrónico o por
servicios de mensajería instantánea.
Cómo
preparar y llevar a cabo clases online
Con la prolongación de la
suspensión de las clases, muchos docentes tendrán que sumarse a la impartición
de docencia online. Para hacerlo con éxito, esto conlleva diversos pasos a
seguir:
1. Análisis y planificación pedagógica previa.
2. Dotación de infraestructura y materiales (redes,
hardware y software).
3. Formación de profesorado, alumnos y familias.
4. Creación de material adaptado al modelo online.
5. Pruebas piloto para testear el proyecto.
6. Análisis de los aspectos de mejora.
7. Introducción de mejoras y volver a testear.
8.
Y todo esto se debe de hacer en
bucle, ya que se trata de un proceso continuo de mejora.
Pero ante esta situación
inesperada, ¿es viable seguir todos los pasos previos? Parece bastante
complicado. Aun así, habría que tratar de saltarse solo los necesarios,
derivados de esta situación extrema.
Estrategia
del centro educativo para la docencia online
Voy a plasmar algunos consejos
generales a tener en cuenta, antes de lanzarnos a la impartición de clases
online:
1. En cuanto a la administración educativa de la que
depende el docente: si pertenece a un centro de titularidad pública, debe
seguir las instrucciones marcadas por la administración ya que, dependiendo de
la comunidad autónoma, la Consejería pertinente habrá puesto a disposición del
profesorado unas herramientas u otras.
2. En cuanto al claustro de del centro educativo:
elección de herramientas disponibles dependiendo del contexto concreto, según
alumnado, medios disponibles, niveles educativos, competencia digital tanto del
profesorado como del alumnado y las familias. Por otra parte, deberemos
consensuar las estrategias educativas a poner en marcha, necesidades de
formación del profesorado, planificación de tareas a realizar por los
estudiantes para evitar el exceso de deberes, comunicación a las familias,
adaptación de criterios de evaluación, etc.
3. En cuanto a la privacidad del alumnado: buscar el
equilibrio entre no perjudicar a nuestro alumnado a nivel educativo pero
tampoco hacerlo a nivel de privacidad de datos. Debemos revisar las
herramientas digitales antes de introducirlas en el aula. Es muy importante que
comprobemos las políticas de privacidad y, además, podemos hacer uso del
buscador de Common Sense que
muestra las evaluaciones de privacidad que han hecho de muchas apps educativas.
Otra opción interesante es, siempre que podamos, utilizar apps mediante la
opción de usuarios sin registro, mediante enlace o código de invitado.
Clases
virtuales de cada profesor
Una vez tengamos establecidas las
estrategias a seguir a nivel colectivo y con la elección de las herramientas a
utilizar ya concretada, podremos pasar a centrarnos en los aspectos a tener en
cuenta para que nuestras clases a distancia tengan éxito:
1. Planificar la sesión con antelación, teniendo clara
la estructura a seguir durante la misma.
2. Silenciar los micrófonos de los alumnos por
defecto. Los abrirán únicamente durante sus intervenciones puntuales.
3. Grabar la sesión, por una parte, para ofrecer la
posibilidad de visualización a alumnos que hayan podido sufrir problemas
técnicos o de otro tipo y, por otro lado, porque puede haber alumnos que
necesiten revisar algún punto de la sesión para entenderlo mejor.
4. Aprovechar la opción de compartir pantalla, lo que
nos posibilitará mostrar lo que nosotros estamos viendo durante las
explicaciones, hacer tutoriales, corregir tareas, proyectar vídeos o incluso
que los alumnos puedan realizar exposiciones compartiendo su propia pantalla.
5. Participación variada del alumnado, situándolo en
diversos roles: escuchando, leyendo, mirando, hablando, jugando y trabajando,
en unas ocasiones de manera individual y en otras de manera colaborativa. De
este modo, conseguiremos que mantengan la atención durante la mayor parte de la
sesión.
6. Es muy positivo generar debate, eso sí,
estableciendo bien los turnos de palabra.
7. Los materiales utilizados deben asegurar la
participación activa del alumnado.
8. La retroalimentación cobra especial relevancia, ya
sea interactiva, interviniendo durante la sesión o postactiva, de manera
general mediante foros en abierto o vía mensajería instantánea/email para casos
individuales.
9. Adaptar la evaluación al contexto particular y
realista en que vivimos, estamos ante una magnífica ocasión para poner en
práctica la evaluación auténtica, la que premia el proceso y la adquisición de
competencias.
Cabe remarcar que, por una parte,
deberemos seguir utilizando herramientas de gestión de aula para garantizar el
correcto desarrollo de las mismas, y por otra, como docentes, nuestra labor de
acompañamiento a alumnos y familias es más importante que nunca.
Para finalizar, me gustaría
añadir que existen multitud de herramientas digitales que nos pueden ayudar en
la docencia a distancia, pero serán efectivas dependiendo del contexto concreto
en el que nos encontremos. Lo que funciona en un centro puede que no tenga
éxito en otro, debido a los medios de los que se dispone, la competencia
digital de los miembros de la comunidad educativa, la experiencia previa, etc.
Las administraciones deberán trabajar en un futuro a corto o medio plazo para
tratar de garantizar que ante futuras situaciones similares a la actual, nadie
se quede atrás.
Por
EDUCACIÓN 3.0
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