UNESCO/ 6
de abril de 2020
Por
Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, y
Anne-Birgitte Albrectsen, Directora Ejecutiva de Plan International.
A medida
que COVID-19 obliga a cerrar escuelas en 185 países. Plan International y la
UNESCO advierten acerca del posible aumento en las tasas de deserción escolar,
que afectará de manera desproporcionada a las niñas adolescentes, arraigará las
brechas de género en la educación y llevará a un aumento en el riesgo de
explotación sexual, embarazo precoz y matrimonio precoz y forzado.
Del total
de la población de estudiantes inscritos en la educación en todo el mundo, la
UNESCO calcula que más del 89% está actualmente fuera de la escuela debido al
cierre de la COVID-19. Este porcentaje representa a 1.54 millones de niñas,
niños y jóvenes que están inscritos en la escuela o en la universidad,
incluidas casi 743 millones de niñas.
Más de 111
millones de estas niñas viven en los países menos desarrollados del mundo,
donde obtener una educación ya es una lucha. Se trata de contextos de pobreza
extrema, vulnerabilidad económica y crisis, donde las disparidades de género en
la educación son las más elevadas. Los cierres en Malí, Níger y Sudán del Sur —
países con los niveles más bajos de escolarización y finalización de estudios en
el caso de las niñas— han dejado sin clases a más de cuatro millones de niñas.
En el caso
de las niñas que viven en campos de refugiados o que son desplazadas
internamente, los cierres de las escuelas serán los más devastadores, porque ya
se encuentran en condiciones desventajosas. Las niñas refugiadas que cursan el
nivel secundario tienen solo la mitad de las probabilidades de
acceder a la educación en comparación con sus pares varones.
Recién
empezamos a comprender los efectos económicos de la COVID-19, pero se espera
que sean masivos y devastadores, en particular para las mujeres y las
niñas. En el Sur Global, donde hay medidas de protección social limitadas, las
dificultades económicas ocasionadas por la crisis tendrán efecto de derrame a
medida que las familias consideren los costos financieros y de oportunidad de
educar a sus hijas.
Si bien
muchas niñas seguirán adelante con su educación cuando se abran las puertas de
la escuela, otras nunca volverán a la escuela. Las respuestas educativas deben
priorizar las necesidades de las niñas adolescentes, a riesgo de retroceder 20
años en los avances en pos de la educación de las niñas.
Lecciones
aprendidas de la crisis del ébola
“Las
escuelas están vacías, como un nido abandonado. Estoy tan triste. La escuela
ayuda a proteger a las niñas del embarazo y el matrimonio. Muchas de mis amigas
están embarazadas y me doy cuenta de que muchas han sido forzadas a casarse”.
—Christiana,
de 17 años de edad, de Sierra Leona (durante la crisis del ébola de 2014)
Si bien la
magnitud de la crisis por la COVID-19 no tiene precedentes, podemos tomar las
lecciones aprendidas de la epidemia del ébola en África. Durante el pico de la
epidemia, cinco millones de niños fueron afectados por los cierres de escuelas
en Guinea, Liberia y Sierra Leona, los países más afectados por el brote.
Además, los niveles de pobreza aumentaron considerablemente con la interrupción
de la educación.
En muchos
casos, el causante de la deserción escolar fue el aumento en las
responsabilidades domésticas y de cuidado, sumado al cambio para priorizar la
generación de ingresos. Esto quiere decir que había muy pocas niñas recibiendo
educación en sus hogares, según el análisis de Plan International. En
las comunidades con “clubes de niñas” e iniciativas de sensibilización
establecidos para promover la educación de las niñas, menos niñas vivieron
efectos adversos y tenían más probabilidad de continuar con su aprendizaje.
En
varios estudios se concluye que el cierre de las escuelas
produjo un aumento en la vulnerabilidad de las niñas al abuso físico y sexual
tanto por parte de sus pares como de hombres mayores, dado que a menudo las
niñas se encontraban solas en sus hogares, sin supervisión. También se
informaron varios casos de sexo transaccional, dado que las niñas vulnerables y
sus familias luchaban para cubrir sus necesidades básicas. Debido al
fallecimiento de los sostenes de familia y a la destrucción de los medios de
vida, muchas familias optaron por casar a sus hijas, esperando equivocadamente
protegerlas.
En algunas
comunidades de Sierra Leona, el embarazo adolescente aumentó hasta un 65 %
durante la crisis del ébola. En un estudio, la mayoría de las niñas denunció que el aumento
estaba directamente relacionado con el hecho de no contar con el entorno
protector que brindan las escuelas. Muchas de estas niñas jamás regresaron a
las aulas, en gran medida, por una ley recientemente revocada que impedía que
las niñas embarazadas asistieran a la escuela.
Aplicación
de las lecciones aprendidas durante el brote de ébola frente a la COVID-19
Para las
niñas como Christiana, que han vivido o viven una crisis, la educación es una
vía de escape: las protege de la violencia y la explotación, y les ofrece
aptitudes y esperanza para un futuro prometedor.
A medida
que los Gobiernos se preparan para cerrar las escuelas por períodos
indeterminados, los especialistas y encargados de formular políticas aprenden
de las lecciones de crisis pasadas para atender los desafíos específicos de las
niñas. Por lo tanto, instamos a los Gobiernos a proteger los avances en pos de
la educación de las niñas mediante las siguientes seis acciones con base
empírica, sensibles al género y acordes al contexto:
- Multiplicar la capacidad
de los docentes y las comunidades: Trabajar en estrecho contacto con los
docentes, el personal escolar y las comunidades para garantizar la
adopción y comunicación de métodos inclusivos para la enseñanza a
distancia de modo de exigir inversiones sostenidas en la educación de las
niñas. Todos los programas de enseñanza a distancia deberían seguir
incluyendo la concienciación comunitaria sobre la importancia de la
educación de las niñas.
- Adoptar prácticas
adecuadas de enseñanza a distancia: En aquellos lugares donde las
soluciones digitales sean de difícil acceso, evaluar la adopción de
enfoques sensibles al género con un desarrollo tecnológico bajo. Enviar al
hogar material de escritura y lectura, y empleo de programas radiales y
televisivos para llegar a los grupos más marginados. Garantizar la
flexibilización de la programación y las estructuras de aprendizaje, y
permitir el aprendizaje al propio ritmo de modo de no desalentar a las
niñas, quienes a menudo soportan la carga de los cuidados de manera
desproporcionada.
- Evaluar la brecha
digital de género En aquellos lugares donde la internet y las soluciones
digitales para la enseñanza a distancia sean accesibles, garantizar que
las niñas reciban formación en las competencias digitales necesarias,
incluidos los conocimientos y las aptitudes que necesitan para mantenerse
seguras en línea.
- Preservar los servicios
básicos: Cuando las escuelas están cerradas, las niñas y los niños y
jóvenes más vulnerables se ven desprovistos de servicios básicos, en
especial, de la alimentación escolar y la protección social. Convertir a
las escuelas en puntos de acceso para apoyo psicológico y distribución de
alimentos, y trabajar con todos los sectores para garantizar servicios
sociales alternativos y apoyo por teléfono, mensajes de texto u otras
formas de comunicación.
- Implicar a los jóvenes:
Otorgar espacio a los jóvenes, en particular, las niñas, para moldear las
decisiones sobre su educación. Incluirlos en el desarrollo de estrategias
y políticas sobre el cierre de las escuelas y el aprendizaje a distancia
en base a sus experiencias y necesidades.
- Garantizar el regreso a
la escuela: Proveer enfoques de aprendizaje flexibles para que las niñas
no se vean impedidas de regresar a la escuela cuando reabran las
instalaciones. Entre estas, se incluyen las niñas embarazadas y las
jóvenes madre, quienes a menudo enfrentan el estigma, además de leyes
discriminatorias de reinserción escolar que les impide acceder a la
educación. Permitir la promoción automática y oportunidades adecuadas en
procesos de admisión que reconozcan los desafíos específicos que enfrentan
las niñas. Podría resultar necesario que las niñas que regresan a la
escuela tomen cursos de recuperación y de aprendizaje acelerado.
Para
consultas de los medios sobre la UNESCO, comuníquese con:
Cynthia Guttman
Correo electrónico: C.Guttman@unesco.org(link sends e-mail)
Teléfono: +33 1 45 68 08 56
Cynthia Guttman
Correo electrónico: C.Guttman@unesco.org(link sends e-mail)
Teléfono: +33 1 45 68 08 56
Para
consultas de medios sobre Plan International, comuníquese con:
Miranda Atty, Oficial de prensa global
Correo electrónico: miranda.atty@plan-international.org(link sends e-mail)
Teléfono: +44 (0) 7989065738
Miranda Atty, Oficial de prensa global
Correo electrónico: miranda.atty@plan-international.org(link sends e-mail)
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