Las clases están enfocadas el conocimiento y
desarrollo académico, artístico y físico. Abarcan el 99 % del tiempo que los
estudiantes pasan en la escuela. Pero, ¿qué hay del recreo? ¿Tiene alguna otra
utilidad además de solo permitirle un necesario descanso a los estudiantes?
Expertos sostienen que su propósito podría ser tan crucial como el de las
clases formales.
Según una investigación realizada por la universidad de
Oregón,
el recreo ofrece beneficios para la formación de los niños ya que les da la
oportunidad de desarrollar habilidades sociales, solución de problemas
concretos, diálogo y resolución de conflictos interpersonales con sus
compañeros.
En el salón de clases, el maestro lleva un control
más cercano de las interacciones entre los alumnos, acción necesaria para poder
inculcar una disciplina que permita llevar la clase en una forma eficiente, el
receso es valioso porque es el único momento en que los niños están a cargo de
sus propias interacciones con sus compañeros.
Sin
embargo, también se trata del momento en el que los docentes deben estar más
atentos, como lo explica William Massey, profesor de la Universidad de Oregón y
autor principal del estudio.
“Los
niños juegan y necesitan el recreo, pero no podemos pensar en función de
tenerlo o no tenerlo. Este rato de ocio puede ser muy bueno para el desarrollo
del niño o, por el contrario, algo desastroso si no se organiza bien”
Massey destaca la necesidad de docentes empáticos y
vigilantes que se aseguren que el tiempo invertido en el descanso sea
productivo y libre de conflictos graves, peleas, agresiones verbales o bullying.
Si el recreo es ese tiempo en el que el niño deja
de estudiar, el trabajo de los maestros es estar atentos y ofrecer una guía
oportuna para que ese niño tenga las herramientas sociales y emocionales para
ser la mejor versión de si mismo.
¿Cómo lograr esto? Es necesario reevaluar la manera
en la que vemos el receso y cómo puede aprovecharse en conjunto con los alumnos
como un espacio de aprendizaje diferente, en el que los niños se desarrollen en
sus propios términos.
Una nueva armonía entre maestros y alumnos
El recreo es el principal espacio en el que los
niños están a cargo de sus interacciones, pero esto no significa que los
maestros no puedan encontrar la manera de participar sin obstruir la
convivencia entre pares.
El primer paso es dejar de entender el recreo como
una recompensa y empezar a verlo como la ocasión de democratizar el
aprendizaje, gestionando oportunidades en las que los alumnos puedan convivir
entre ellos y con los maestros en un ambiente relajado y divertido.
Peter
Wilson, director de la Escuela Primaria Burbank, en California, comentó
haber reducido su número de detenciones anuales de 118 a 44 tras haber
implementado un programa de juegos en el recreo que impulsaba el juego con
alumnos y maestros.
“Prefiero
salir y estar presente, activo e involucrado todos los días en 15 minutos de
juego, en vez de pasar de 30 a 45 minutos en detención con un alumno. Ahora
parte de mi trabajo es jugar con niños y enseñarles en vez de castigarlos”
Wilson expone lo necesario que es un cambio en la
conversación con respecto a la utilidad del recreo en el desarrollo infantil.
Con la guía y organización correcta, puede convertirse en el espacio para
divertirse y aprender, tanto para alumnos como para docentes también.
El mejor lugar para practicar la empatía
El recreo puede ser una zona de peligro para
situaciones como peleas y bullying, o un espacio para
sensibilizar a los alumnos, ayudarlos a gestionar autoconocimiento y
desarrollar las habilidades para una convivencia sana.
La escuela primaria John F. Kennedy, también en
California, tenía un problema de constantes peleas en el recreo. El director
Matthew Harris, entendió que lo que sucedía en el recreo no era el problema,
sino su consecuencia, por lo que recurrió a una consultoría de recesos y
comenzó a implementar talleres para cambiar de raíz la cultura escolar en su
plantel.
Con ayuda de un coach, la escuela
comenzó a dirigir juegos inclusivos diseñados para enseñarles a compartir el
espacio y resolver conflictos, de la misma forma se trabajó con estudiantes de
grados avanzados para que fueran guías y ejemplos de los alumnos más jóvenes.
Los problemas de conducta en el recreo se redujeron
considerablemente y el tiempo de transición de los estudiantes para volver a
concentrarse en la clase después del recreo bajó un 34 por ciento.
El director agregó, basado en su experiencia, que
promover la empatía en la escuela crea un ambiente en el que los estudiantes se
sienten seguros, respetados y listos para aprender.
Hay muchas maneras de aprovechar el recreo como una
experiencia de aprendizaje y ayudar a los niños a generar la inteligencia
emocional y habilidades sociales necesarias para recibir mejor el conocimiento
producido por las clases formales. Solo es necesario cambiar la imagen mental
que los maestros tienen de este tiempo, como interrupción o recompensa, y
considerarlo una clase más en la que los alumnos deciden cómo quieren aprender.
Por: Sofía García-Bullé
Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/beneficios-de-la-hora-del-recreo-educacion
No hay comentarios:
Publicar un comentario