Miguel Andrés Brenner
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Buenos Aires
Febrero de 2019
“No se puede tener éxito solo
dependiendo de nuestras facultades intelectuales,
sino que el manejo correcto de
nuestras emociones
son la piedra angular del éxito.”
Daniel
Goleman
“Las
conexiones existentes entre el sistema órbitofronal y el sistema límbico son
tan cuantiosas que algunos neurocientíficos han bautizado este sistema con el
nombre de ‘córtex límbico’, la parte pensante del cerebro emocional.”
Daniel
Goleman
SUMARIO
·
En
el inicio presentamos una problemática, la referida a la educación emocional.
·
¿Qué
es la educación emocional?
·
Elementos
de la Inteligencia Emocional.
·
Definición
de Inteligencia Emocional.
·
¿Cómo
se educa emocionalmente?
·
Perspectiva
crítica: prolegómenos.
·
Las
emociones no se enseñan: mirada crítica.
·
¿No habrá que hacer otra lectura? El
neuroneoliberalismo capitalista fascista.
·
Conclusiones.
La casi totalidad de los docentes ignora el significado de
lo que dentro del neoliberalismo capitalista se denomina “educación emocional”,
más allá del significado que cada uno, por su propia cuenta y de manera
equívoca, le otorgue a ese término. Por otro lado, ningún país, al menos hasta
la fecha, hace de la misma una práctica efectiva a nivel del sistema escuela,
independientemente de las experiencias acotadas y coyunturales que existen.
Entonces, la pregunta de inicio es la siguiente: “¿por qué abordamos el
tratamiento de la educación emocional si no se encuentra generalizada, si hay
un desconocimiento global de la misma?” Atinamos la siguiente respuesta:
“porque en los documentos del establishment,
entre otros los del G-20 del 2018, se le presta crucial importancia, sin la que
no sería posible educación alguna”. O sea, es ella la que da sentido a la
escuela pensada desde los criterios del poder hegemónico, considerando que el
mismo se asienta en un capitalismo de base financiera – especulativa y parasitaria-,
globalizado y neoliberal, colonizador y depredador. Ése es su espíritu.
En nuestro país, Argentina, varias jurisdicciones han sido
tomadas como punta de lanza en tal sentido, valga a saber:
·
La
Provincia de Entre Ríos. Ley de Educación Emocional nº
754180/2016
·
La
Provincia del Neuquén. Ley de Educación Emocional nº 11.267/2017
·
La
Provincia de Misiones. Ley de Educación Emocional VI nº 209/2018
·
La
Provincia de Corrientes. Ley de Educación Emocional nº 6398/2018
·
Otros:
a) La Provincia de San Juan no tiene ley especial, pero se encuentra en el
marco de la Ley Provincial de Educación. b) En la Provincia del Chubut se
encuentra como proyecto de ley. c) La Provincia de Mendoza se encuentra en
gestión para la elaboración de un proyecto de ley. d) En la Provincia de Buenos
Aires aún no hay proyecto, pero funciona dentro del Programa Red de Escuelas de
Aprendizaje que afecta a 2000 escuelas.
·
A
nivel nacional existe la intención de formular un proyecto de ley, auspiciado
por Lucas Malaisi, presidente de la Fundación Educación Emocional Argentina.[1]
Pero, ¿en qué consiste la educación
emocional?
¿Qué es la educación emocional?
Daniel Goleman (1998: 210), en su
libro La práctica de la inteligencia emocional afirma que, a la hora de tener éxito en la vida, la inteligencia
cognitiva tiene un impacto de entre un 10 y un 20% y la inteligencia emocional
entre un 80 y un 90%[2]. ¿Y cuáles son las emociones? En 1972, el psicólogo Paul
Ekman[3],
a quien Goleman cita varias veces, sugiere que existen seis emociones básicas que son universales a lo largo de las culturas humanas: miedo, asco, enfado, sorpresa, felicidad, tristeza. Mientras
Goleman, Daniel (1996: 242) en su obra “Inteligencia emocional” establece una
clasificación algo diferente: ira, tristeza, miedo, alegría, amor, sorpresa,
aversión y vergüenza.[4]
¿Y qué es una emoción?: Una emoción es una reacción subjetiva
que experimentamos ante algún estímulo, interno o externo, que viene acompañada
de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos
por la experiencia.[5]
La definición dentro del encuadre de
la Inteligencia Emocional, en vez de estímulo interno o externo, dice “ante un
ambiente”, porque insiste más que nada en las “demandas del ambiente”. Es que, en realidad, lo que más importa son
las demandas del ambiente a las que el individuo debe adaptarse, cuestión que
veremos a lo largo de nuestra indagación.
Para comprender qué significa la
educación emocional, ante todo, resulta relevante conocer cuáles son los
elementos de la inteligencia emocional.
Elementos de la Inteligencia Emocional
El
teórico más importante de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense
Daniel Goleman (1996: 238-239),
señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional
son los siguientes[6]:
·
1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia
emocional). Se refiere
al conocimiento de nuestras
propias emociones y sentimientos[7] y
cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado
anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y
cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se
conocen a ellos mismos. Por ejemplo, puede incidir negativamente cuando no
se toman decisiones al padecer de un estado psicológico poco equilibrado. O
bien, tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados, como si estamos
tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca
racionalidad.
·
2. Autocontrol emocional (o autorregulación). El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar
nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos
ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles
son efímeras y cuáles son duraderas. Si fuéramos esclavos de la emoción del
momento estaríamos continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y
luego nos arrepentiríamos.
·
3. Automotivación. Enfocar las emociones hacia
objetivos y metas nos permite mantener la motivación y
establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este
factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que
tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva
ante los imprevistos.
·
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o
empatía). Las
relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las
señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de
forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que
pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una
reacción fisiológica, un tic) nos
puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas
con que nos relacionamos. Las personas empáticas son las que, en general, tienen
mayores habilidades y competencias relacionadas con la Inteligencia Emocional.
·
5. Relaciones interpersonales (o habilidades
sociales). Una buena
relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad
personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño
laboral. Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con
aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con
personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones. Es una de las claves de la
Inteligencia Emocional. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a
pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten de un modo
que nos hace sentirnos de un modo determinado, en vez de empezar pensando en
cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos ante lo que
otros digan o hagan.
Definición de la Inteligencia Emocional
En
términos genéricos podemos afirmar que…
·
La inteligencia emocional es la capacidad para
reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos. Algunos ejemplos pueden ser saber escuchar a los demás, ser agradable en las relaciones,
no derrumbarse ante la presión, irritarse con facilidad o tener buen humor, etc.
·
De
ahí que el Nuevo Modelo adopte una nueva asignatura: la educación
socioemocional basado en el coaching[8]:
programa de los años noventa para implementar personas emprendedoras,
resistentes al fracaso pero que se sienten plenas “socioemocionalmente”, y que
están en la mejor de las disposiciones para salir día a día con buen rostro
hacia su lugar de trabajo y aguantar todo tipo de insultos, represiones y días
de explotación monótona.[9]
¿Cómo se educa
emocionalmente?
Importa la aclaración siguiente: cuando dentro de este
encuadre se dice “educación”, no se alude a la “enseñanza”, sino al
“entrenamiento”. La educación emocional no se enseña, se entrena. Por otro
lado, hay algo que excede a un tratamiento académico, en razón de que
difícilmente puedan comprenderse lo que las “técnicas” son si no se las
vivencia. Dado ello, ya que no siempre es posible la vivencia señalada, valga
la recomendación, al menos, de percibirlas/apreciarlas en ejemplos que se
visibilizan mediante videos, por ejemplo, los de youtube, alguno de los cuales
son:
Veamos algunas técnicas.
1.
Autoestima y autoconocimiento
o
Las diferentes caras del yo: El primer paso es conocerse
a uno mismo para después aceptarse tal y como somos. Por eso esta actividad se
centra en ayudar a los más pequeños a reflexionar sobre cómo son en diferentes
ámbitos: en la familia, la escuela, la relación con los demás, etc.
o
El ovillo: Todo un empujón de autoestima, ya que consiste
en que los demás nos digan las cosas buenas que ven en nosotros. Muy adecuada
cuando nuestros estudiantes no saben valorarse o tienen una baja autoestima.
o
Los tres saltos: Una técnica para recapacitar sobre lo
poco que nos valoramos habitualmente a nosotros mismos y cómo frecuentemente
podemos conseguir mucho más de lo que nos pensábamos en un primer momento.
2.
Control de las emociones negativas
o
Técnica de la tortuga: Una interesante opción para que
los más pequeños aprendan a manejar su ira, que les ayuda a controlar el enfado
en el momento en que crean que están a punto de tener un comportamiento
negativo impulsivo.
o
Técnica del semáforo: Otra genial manera de aprender a
gestionar las emociones negativas es esta técnica, que se basa en asociar los
colores del semáforo con las emociones y la conducta.
3.
Empatía
o
El explorador de las emociones: Una actividad para ayudar
a los pequeños a desarrollar la empatía y reconocer las emociones ajenas,
planteado como un juego de pistas. ¡Lo pasarán en grande mientras aprenden!
o
El valor de la tolerancia: Este juego pretende que los
estudiantes tomen conciencia de sus propios juicios y aprendan a respetar los
de los demás, basado en debatir en torno a distintas situaciones
discriminatorias o conflictivas.
4.
Asertividad
o
Disco rayado: Con esta técnica aprenderás a comunicar tus
deseos y sentimientos de una forma tranquila, pero sin dejar que tus
necesidades se sometan a las de otras personas, siempre desde la autoconfianza
y el respeto al otro.
o
Tortuga, dragón y persona: Para enseñar a los más
pequeños a comunicarse de forma asertiva, sin dañar a los demás, trabajando así
la capacidad de perder el miedo a expresarse sin ser agresivos.
5.
Frustración
o
“No lo sé”: Técnica que pretende evitar el sentimiento de
frustración o el miedo al ridículo que podemos sentir al no saber la respuesta
a una pregunta, fomentando la curiosidad por el aprendizaje de cosas nuevas.[10]
Variados
ejemplos más para el entrenamiento (apreciar la función de entrenar)
·
Plumas
En
parejas se sientan en frente uno del otro. La persona que va a recibir el
masaje cierra los ojos y la otra toma la pluma. Pasamos con la pluma por las
distintas partes de su cara, haciendo formas y movimientos. También se pueden tomamos
las manos y acariciarlas con la pluma. Después hay que cambiar los papeles.
·
Pelotas
anti estrés
Pelotas
blanditas para apretar fuerte
cuando se está nervioso o enfadado, estrujándolas y dándoles diferentes
formas.
·
Bote
de la calma
Al
mirarme piensa que tus pensamientos son como la brillantina. Si me agitas, la
brillantina está revuelta. Si me calmo, la brillantina está tranquila en el
fondo. Hay que mover la botella de
la calma y concentrarse en cómo se mueve la brillantina y cómo pasa de un
estado de nerviosismo y exaltación a la calma y tranquilidad.
·
Vela
Se
enciende una vela y el estudiante simplemente observar su llama, enfoca su
atención y libera la mente de cualquier otro pensamiento. Cuando la llama esté interiorizada en su
cabeza que cierre los ojos y la visualice, que recuerda su color, su
forma, cómo bailaba la llama. Si se ‘pierde’ que vuelva a abrir los ojos
y se centre de nuevo en la llama.
·
Diamantes
Se
coloca una bolsita de diamantes encima de la tripa y se observa cómo sube y
baja cuando respiramos (si no se mueve es que no se está respirando bien).
Luego, hay que sacar todos los diamantes de la bolsita y volver a meternos de
uno en uno despacio, contándolos, observando sus colores, palpando su forma…
¿Falta alguno?
·
Soplador
de pompas
Hay que respirar e intentar hacer pompas con calma. Mirar cómo vuela la pompa y
seguirla.
·
Gusano
Este
gusano tiene ganas de salir, pero solo puede andar pasito a pasito y en línea
recta. Hay que ayudarle soplando y mirar cuánto es capaz de recorrer.
·
Cubo
de las emociones
¿Cómo
te sientes? ¿Estás triste, nervioso, alegre…? Hay que tirar el dado, identificar qué emoción es, recordar una situación
que te hizo sentir así y compartirla.
·
Ruleta
posturas de yoga
Girar
la ruleta y practicar sus diferentes posturas.
·
Comecocos
emocional.
Un juego de papiroflexia para jugar a trabajar las emociones
y a expresarlas de manera muy divertida. [11]
Como aparece en variados textos[12],
siempre hay que tener en cuenta las siguientes pautas:
¿Cómo
se pueden controlar las emociones?
1.
Intentar
no pensar en lo que te preocupa. ...
2.
Relajarte
y respirar hondo… ...
3.
Liberar
la tensión por otras vías. ...
4.
Presionarte
para tener pensamientos positivos. ...
5.
Intenta
recordar tus virtudes y éxitos. ...
6.
Distrae
tu atención hacia un asunto concreto. ...
7.
Piensa
en tu futuro más inmediato.
Perspectiva
crítica: prolegómenos
Cuando Esteban Bullrich (2016) fue Ministro de Educación y
Deportes de la Nación Argentina afirmó la importancia de “…crear argentinos que sean capaces de
vivir en la incertidumbre y disfrutarla.” [13] A tal efecto,
aunque Bullrich en este caso no lo aclara explícitamente, se requiere de la
educación emocional. Paradójicamente, el capital a efectos de la inversión
requiere de certidumbre económica, jurídica, social y política.[14]
Es decir, la educación emocional apunta al individuo, mientras que el
“fundamento” del mismo sería “el capital” bajo connotaciones de “certeza”.
Dicho capital sería como una especie de “absoluto”, que ni ameritaría
encontrarse bajo la crítica de la “muerte del Absoluto”. Esta apreciación
implica una crítica a todas las filosofías contemporáneas que signan, sin más,
nuestra época como de incertidumbre, pues en última instancia son ideológicas,
como “falsa conciencia”, desde la que se producen discursos sugestivos,
persuasivos, en tanto, a la vez, ocultan las relaciones de opresión del
capitalismo vigente.
En el plano mundial, el G-20 se reunió en la Provincia de
Mendoza, septiembre de 2018, para trabajar el capítulo específico de educación.
A su vez, hacia fines de noviembre, en la Ciudad de Buenos Aires, aconteció el
cierre de todas las diversas reuniones/áreas/capítulos dentro de ese marco.
Entre otros, rescatamos tres párrafos:
“…muchos estados
nacionales aún están aprendiendo a implementar las reformas y las medidas
compensatorias necesarias para crear entornos escolares adaptables, donde los
niños puedan aprender, construir y, sobre todo, aplicar habilidades cognitivas
básicas y elevadas, así como habilidades
socioemocionales[15],
para resolver problemas complejos en entornos desconocidos.”[16]
“…es relevante que los Estados miembros
lleguen a un acuerdo sobre qué marco usarán para definir, realizar un
seguimiento y evaluar las habilidades, en especial, las que se encuentran en el
dominio socioemocional[17]. Por ejemplo, entre otros asuntos,
los gobiernos deben determinar si se enfocarán en los métodos de evaluación
biométricos[18],
psicométricos y experimentales de las habilidades
socioemocionales[19], la frecuencia con que se
recopilarán estos datos, así como sus mecanismos de validez y fiabilidad.”[20]
“Fomentar la inclusión de
habilidades no cognitivas, tales como las habilidades
socioemocionales[21] a lo largo del currículo.”[22]
Obviamente,
los “entornos desconocidos” no debieran serlo para el capital, en particular el
financiero. Pero, dejemos para más abajo las críticas prioritarias a esta
concepción.
Las emociones no se
enseñan: mirada crítica
Las
cualidades más significativas de la educación emocional tienen que ver con lo
siguiente:
-
“Las emociones no se enseñan.” Predomina,
aquí, el adiestramiento, tan criticado por el filósofo de la educación de
origen norteamericano John Dewey. Dewey, John (1967: 39)[23]
explicita lo siguiente: “Cuando las cosas tienen un sentido para nosotros… sabemos
lo que hacemos; cuando no lo tienen, actuamos de un modo ciego,
inconsciente, ininteligente.” “…en la respuesta simplemente ciega, la dirección
es también ciega. Podrá haber adiestramiento, pero no educación.” Valga la
argumentación por cuanto al decir que las emociones no se enseñan, es porque se
entrenan.
-
“Las emociones se entrenan, en principio
hay que controlarlas para manejar las propias pulsiones.”[24] Predomina,
aquí, una visión psicologista de toda la realidad, donde el “individuo” sería
la base de todo constructo[25]
social, político y económico.
-
“Conocer y manejar las propias emociones a
fin de lograr el éxito en los propios objetivos y a su vez, conociendo las
propias emociones poder manipular las emociones ajenas en función de la
adaptabilidad meritocrática dentro del perfil emprendedurista. La manipulación puede
suceder en espacios familiares, escolares, laborales, amorosos.” Predomina,
aquí, la negación de la responsabilidad por el otro[26], sin responsabilidad ético/ política/ social, en
tanto se manipula a los otros para conseguir fines personales que, en última
instancia, acreditarían el mérito individual.
Las
emociones no deben considerarse como meramente individuales, se encuentran
dentro de entramados ideológicos e intersubjetivos. Las emociones se encuentran
cargadas se significados, de sentidos sociohistóricos. La pura emoción no existe, hay una
organización ideológica que le da sentido.
Importan la competencia moral,
profesional y la emocional en el modelo del buen gestor. El buen gestor de una
empresa o una institución es el buen gestor de su propio yo. El imperativo es
controlar y controlarse. Pero, un interrogante crucial es el que nos inquieta:
¿quién controla, por qué, a favor de quién y para qué?
El
concepto de “inteligencia emocional”, ha venido en ayuda del capitalismo
emocional: “aquello que uno siente” es la base misma desde la que uno conoce.
Mediante la afirmación de que existen diversos tipos de inteligencias, y no
sólo diversas estrategias para analizar un problema, en realidad lo que se ha
logrado no es democratizar la inteligencia, sino crear una nueva
estratificación social. Hoy los tests en psicología laboral pretenden medir
“científicamente” las capacidades emocionales de los candidatos a acceder a
determinados tipos de trabajos y se multiplican los “talleres de habilidades
emocionales”, que sirven para dar trabajo a miles de psicólogos y para producir
ideología destinada a cientos de miles de maestros y profesores en todo el
mundo. Que sirven para culpabilizarles si no dan los resultados estandarizados
que de ellos se esperan. Así la racionalización del mundo conquista el que (por
el momento) era el último bastión de la subjetividad y las emociones han sido
“normalizadas”; ya son aptas para ponerlas a trabajar en cualquier aspecto de
la vida. Las emociones serían una mercancía más, así, al decir de Illouz, Eva
(2007:138-139) “…la salud emocional se convierte en una nueva mercancía que se
hace circular y se recicla en lugares económicos y sociales que adoptan la
forma de un campo.”[27]
. Los
problemas emocionales se gestionan según una lógica económica, de inversión,
una pérdida o ganancia (ajeno al ideal romántico: gratuidad y pasión). Sin
embargo, desde Daniel Goleman, tanto la inteligencia como la acción social
tendrían una base emocional, y de ahí el requerimiento de su educación, la
educación emocional.
Y
en cuanto a la normalización de las emociones, valga el párrafo citado más
arriba, producido en el marco del G – 20, Buenos Aires 2018: “…los gobiernos deben determinar si se
enfocarán en los métodos de evaluación biométricos, psicométricos y
experimentales de las habilidades
socioemocionales, la frecuencia con que se recopilarán estos datos, así
como sus mecanismos de validez y fiabilidad.”
La consideración neoliberal de las
problemáticas sociales se desplazan al ámbito de las emociones. En el
neoliberalismo la cuestión de la vulnerabilidad afectiva se resuelve en la
“gestión de los afectos”. En tanto “el Mercado” predomine en la constitución de
la subjetividad, se debilitan la cohesión social y las solidaridades. Ante
ello, para el aprendizaje, el Estado descentraliza su responsabilidad en las
emociones de los individuos.
Y en cuanto al adiestramiento, consideremos que en
el discurso educativo hablamos con metáforas, en este caso la del
“entrenamiento”. Entrenar, definición de la RAE.: como transitivo, 'preparar [a personas o animales] en una
práctica, especialmente deportiva'. Se entrena mediante la repetición mecánica. El entrenamiento de
tipo físico, por ejemplo, es casi mecánico ya que consiste en llevar a cabo
series de ejercicios previamente establecidas para desarrollar ciertas
habilidades o aumentar la musculatura. Como lo habíamos anticipado, según
John Dewey (1967) en “Educación y Democracia”, la diferencia entre adiestrar y
educar es que en el adiestramiento no se comprende el sentido de la acción,
mientras que sí se comprende en la educación. Dicho sentido, en última
instancia, para el pensador norteamericano, involucra al fin de la educación,
que es la plena participación de los ciudadanos en la democracia. Y, desde la
perspectiva de Paulo Freire, dicho sentido quiere decir una comprensión
crítico/creativa/liberadora, que se muestra en una opción significativo-práctica:
“la educación para qué, la
educación en favor de quiénes, la educación contra qué”, pues “a las clases
sociales dominantes no les gusta la práctica de una opción orientada hacia la
liberación de las clases dominadas.”[28] O,
dicho de otra manera, en el último libro que publicó algunos meses antes de
morir en 1997, dedicado a los profesores de la escuela secundaria, “Pedagogía
de la Autonomía”: “Nadie puede estar en el mundo, con el mundo y con los
otros de manera neutral. No puedo estar en el mundo, con las manos enguantadas,
solamente comprobando. En mí la adaptación es sólo el camino para la inserción,
que implica decisión, elección, intervención en la realidad.” Y de ahí la
negación del estudiar sin compromiso. Es por ello la relevancia de preguntas que
inspiren la praxis educativa: “¿En favor de qué estudio? ¿En favor de quién?
¿Contra qué estudio? ¿Contra quién estudio?” (Freire, P.: 2004, 24-25)[29]
Lo
que importa, como se reitera en tantos discursos del neoliberalismo pedagógico,
son las “habilidades” y no tanto los contenidos, bajo el argumento que los
contenidos en un mundo cambiante dejan de ser útiles al poco tiempo. El
problema radica en que el “solo ejercitar es ciego”, mientras que su finalidad,
dentro del neuroneoliberalismo capitalista fascista, se impone desde los
intereses mercantiles que establecen los contenidos a partir de plataformas
digitales que se comercializan. Parafraseando libremente una expresión
kantiana, podemos decir que “el solo ejercitar es ciego, y los meros contenidos
son vacíos”. Pero, lo más grave es que se disocian las emociones de la ética,
por lo que desaparece el perfil ético político de la educación.
¿No habrá que hacer otra
lectura? El neuroneoliberalismo capitalista fascista
El fascismo.
Este
tópico amerita un conjunto de aclaraciones. En primer lugar, el apelativo
fascismo en el contexto de la educación emocional.
El fascismo puede definirse de
muchas maneras, todas ellas parciales. Según la época y el lugar, ha consistido
en el secuestro del Estado por parte de intereses privados, o en el
encuadramiento de la sociedad dentro de un esquema cuartelario, o en la
creación de mecanismos más o menos brutales para eliminar el disenso frente al
poder (es conocida la expresión: el mejor enemigo es el enemigo muerto). A
veces estas características se combinan. En general, el fascismo requiere de un
líder carismático, pero no siempre. Es una reacción agresiva de la mayoría
contra las minorías, que no se basa en ideas, sino en sentimientos que hay que
azuzar al máximo. El miedo, la raza, la patria, la bandera, la religión, la
frustración, el pasado, que pueden suscitar violentas emociones colectivas. El
fascismo que viene cuenta con la capacidad de destruir la democracia en nombre
de la democracia.[30]
Thomas Hobbes, en el siglo XVIII, hace hincapié en el
“miedo”, tan vigente en regímenes totalitarios o pseudodemocráticos. Sostiene
que, ante el miedo, el individuo cede toda su voluntad al Leviatán a cambio de
seguridad. Cada individuo, por miedo, se somete al Leviatán. Mirado desde el
fascismo, este último requiere del “miedo”, y de ahí las políticas del miedo
que, en última instancia son “miedo al otro”.
En este aspecto, aún puede hablarse de “necropolítica”. Achille Mbembe
(2011: 14-15)[31] acuña este término para
aludir a la “economía de la muerte”. “Se alude en Necropolitica
a la cosificación del ser humano propia del capitalismo, que explora las formas
mediante las cuales las fuerzas económicas e ideol6gicas del mundo moderno
mercantilizan y reifican el cuerpo: se estudia de que manera éste se convierte
en una mercancía más, susceptible de ser desechada, contribuyendo a aniquilar la
integridad moral de las poblaciones. Las personas ya no se conciben como seres
irreemplazables, inimitables e indivisibles, sino que son reducidas a un
conjunto de fuerzas de producci6n fácilmente sustituibles.” Es la política basada en la idea de que para el poder unas
vidas tienen valor y otras no. No es tanto matar a los que no sirven al poder
sino dejarles morir, crear políticas en las que se van muriendo. Según Mbembe
(2011: 75) “…en nuestro mundo contemporáneo, las armas se despliegan con
el objetivo de una destrucción máxima de las personas y de la creación de
mundos de muerte, formas únicas y nuevas de existencia social en las que
numerosas poblaciones se ven sometidas a condiciones de existencia que les
confieren el estatus de muertos-vivientes.”[32]
La
concepción implicada en la educación emocional es la del miedo al otro. La salud
se considera como el estado de bienestar del individuo[33].
Y de ahí que sea necesaria ese tipo de educación, bajo la forma de
entrenamiento. Y, como sostiene su conveniencia, Lucas Malaisi[34],
vale la pena “cuando el chico está sano, antes que enferme”, como si hubiera
una especie de salud primigenia, antes del contacto del individuo con el medio
social, con el otro.
De esa manera podrían llegarse, supuestamente, a manejar los
“entornos desconocidos”. En el fondo, aparece el miedo al futuro, y dicho miedo
donde el “otro” sería la fuente de la enfermedad social. Es que la posibilidad
de un mundo mejor o utopía se troca en la posibilidad de un mundo peor o
distopía, y ésta es la que habría que aprender a evitar. Esos entornos desconocidos se relacionan a la
incertidumbre que sería provocada por los cambios tecnológicos ante los cuales,
si el individuo no se encuentra preparado, la vida sería plena de no disfrute,
de infelicidad, de inadecuación, de conflictos. Ya no una incertidumbre
provocada por la inhumanidad del presente capitalismo, sino por los
vertiginosos cambios tecnológicos ante los que el individuo se encontraría sin
poder adaptarse a los mismos por mérito propio.
No por nada, Hannah Arendt (1988: 382) afirma: “…el miedo y la impotencia de la que surge
el miedo son principios antipolíticos y lanzan a los hombres a una situación
contraria a la acción política, así la soledad y la deducción lógico-ideológica
de lo peor que procede de ella representa una situación antisocial y alberga un
principio destructivo para toda la vida humana en común.”[35]
Y
mencionando al totalitarismo, no es un dato menor el significado de la
propaganda política según Joseph Goebbels, quien estableció sus once
principios, todos ellos sustentados en la afectividad
del receptor con la finalidad de movilizar su mente y cuerpo. La educación
en el fascismo partía de la adhesión de la voluntad/afecto al régimen[36],
al Führer. No es aquí el Mercado
quien digita el sentido de las emociones, sino un régimen político. Lo que más
importa es la adhesión de los afectos, base constitutiva de las creencias
acerca de la realidad.[37]
El
fascismo neoliberal capitalista.
El
temor o miedo es a la
incertidumbre en la vida cotidiana, con un sin sentido o distopía. La pregunta
“¿acaso soy yo el guarda de mi hermano?”[38]
no se troca en su opuesto, sino en ausencia de la misma pregunta y, en última
instancia, “culpabilizar al otro como chivo expiatorio, que en realidad es tan
víctima como yo”. Tal víctima es ocasionada a partir del capital financiero,
que circula imaginariamente -ficticiamente, fantasiosamente-, y cuya fantasía
es más real que la realidad misma. El “capital ficticio”[39],
“la circulación imaginaria del capital”,
donde “el más dinero” surge del mismo
dinero -movimiento que niega la plusvalía, pues parasitariamente corroe la
producción de bienes materiales-. El capital ficticio,
especulativo/parasitario, es posible a partir de la orientación otorgada a las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Precisamente, desde
ese capitalismo financiero debe comprenderse la base de despegue de la presente
incertidumbre.
En
dicho plexo aparece un nuevo tipo de alienación, alienación hiperbólica: el
valor intimidad convertido en valor de cambio o mercancía, la carne humana
(sarx, σάρξ -basar en hebreo-)
convertida en “ajena a sí misma”. Los
“big data” y la inteligencia artificial confluyen en la institución de un nuevo
panóptico, ya no el de Jeremy Bentham explicitado por Michel Foucault, sino el
“panóptico digital”, según el decir de Byung-Chul Han[40].
La intimidad se presenta como redituable al capital en dos sentidos: las tasas
de ganancias y el control de la “carne, cerebro y nervios” (sentido semita de
la expresión). Quiere decir que la intimidad ingresa subrepticiamente según
determinados algoritmos en las redes del mercado a partir de la solicitud de
una demanda cuyo requerimiento es la de una información que reditúe en la
orientación y manipulación de los gustos, de los miedos, de las frustraciones y
de las expectativas en función de la toma de decisiones, sea en materia de marketing comercial o político, sea en
materia de espionaje ideológico[41].
Así, la supuesta soberanía del ciudadano en sus decisiones políticas queda
imposibilitada desde el inicio. Nos encontramos en el período de la denominada
“pos verdad”[42].
La plataforma sofística de la antigüedad griega era la razón humana, bajo la
pretensión de verdad y persuasión, aunque ocultando la falsedad lógica. La
plataforma de la “pos verdad” son las emociones, donde ya no hay intención de
verdad y donde acontece por odio el quiebre de toda posibilidad de diálogo
-fenómeno llamado “grieta”[43]
en los medios de comunicación-. En tales condiciones,
donde acontece la manipulación de la información y la comprensión con base
emocional, difícilmente el conocimiento del mundo en la vida cotidiana
posibilite un diálogo liberador de las condiciones materiales y simbólicas de
la opresión neoliberal capitalista[44]. Y
es por ello que hacemos mención al fascismo neoliberal capitalista, para quien
la educación emocional resulta muy funcional. Es que el miedo a la
incertidumbre ante las condiciones de vida precarias y la disolución de la
cohesión social, además, entre otros, la profusa existencia del “panóptico
digital”, tienden a oscurecer las razones de la precarización y de la
exclusión. Así, Henry Giroux (2018), en su texto
“El fascismo neoliberal y el ocaso de lo social”, afirma que es característica
distintiva del fascismo neoliberal la disolución de las esferas públicas y la
reducción de todos los problemas sociales a fallas personales[45].
Parafraseando libremente a Karl Clausewitz,
podemos afirmar que el neoliberalismo de las democracias de “baja intensidad”
es la continuación del totalitarismo por otros medios. Y en tal sentido, vale la desconfianza en la
razón como base para una democracia liberal, razón tal que es reemplazada por
las emociones. El mismo Wilhelm Reich en su libro “Psicología de
masas del fascismo” nos aclara que el movimiento
nazi tiene un fuerte componente emocional “que no se sostiene con
argumentos racionales”[46].
El
neuroneoliberalismo capitalista fascista.
¿Qué es eso de “neuro”?
En la consideración del fascismo
neuroneoliberal[47], aludimos
a lo que Goleman denomina “Cerebro Emocional”[48]:
“Aún está lejano el día que se pronuncie la última palabra sobre la neurología
exacta de la emoción.”[49]
Una especie de racismo involucra toda su obra, en el que subyace el imperio del
colonialismo cultural y un fascismo cultural, por cuanto todo hombre tendría un
solo cerebro, “el cerebro universal”, más allá de su color de piel, de su clase
social, de su estilo cultural, de su posicionamiento político, de sus
condiciones de existencia en la vida cotidiana, de sus sufrimientos, angustias,
pasiones, goces, alegrías en la miseria o en la riqueza material. Además, valga
señalar, según el mismo Goleman, que la base de la inteligencia emocional se
encuentra en ese cerebro, al que nosotros denominamos “cerebro universal”: “Una
observación más detenida de la anatomía cerebral demuestra la función
reguladora de los lóbulos prefrontales. Gran parte de los datos disponibles
apuntan a cierta zona del córtex prefrontal como el asiento en el que confluyen
todos – o la mayor parte- de los circuitos corticales implicados en la
respuesta emocional.” “La neurona que conecta la amígdala con el córtex
prefrontal llega a una región denominada córtex órbitofrontal, una zona
decisiva para la valoración de las posibles respuestas emocionales y su
posterior corrección.”[50]
Por ende, la base de la inteligencia
emocional se encontraría, según Goleman, en ese “cerebro universal” que él denomina
“cerebro emocional”. Hay aquí un reduccionismo de toda realidad humana a lo
neuronal.
CONCLUSIONES
A
modo de cierre, y también de apertura, señalamos muy brevemente los siguientes
tópicos:
· Las condiciones subjetivas en nuestro presente
histórico tendrían una base emocional, sea en el problema de la inseguridad
física, en de la inseguridad laboral, como en el de la inseguridad educativa.
· Inseguridad física. En un contexto
de inseguridad física se impulsa el concepto del excluido como causa principal
del problema, propiciando un clima emocional adverso al mismo, como si fuera el
constructor de las condiciones económico políticas que, paradójicamente, lo
excluyen.
·
Inseguridad
laboral. En un contexto de inseguridad laboral, de precariedad y de altas tasas
de paro propias de la etapa neoliberal, se impulsa el concepto de emprendedor y
de gestor de las propias emociones, el del sujeto creativo que debiera
individualizar un problema colectivo y afrontarlo como “un reto”, en un marco
emocional.[51]
Así, lo que importa es no cambiar el contexto económico político, sino variar
la reacción emocional del individuo para amoldarse a esa realidad laboral que
es producida para cada sujeto. Se desactivan, entonces, las críticas en sentido
práxico, se desactiva la responsabilidad por el otro en un sentido liberador,
se desactivan los sentimientos de solidaridad. La precarización laboral
(eufemísticamente denominada “modernización” o “flexibilización”) requeriría de
reformas neoliberales, donde el mismo trabajador es quien tendría que negociar
individualmente con su empleador las condiciones de su trabajo, debilitando o
anulando la acción sindical. No es
casual que el economista argentino José Luis Espert sostenga que “hay que
flexibilizar las condiciones laborales, eliminando paritarias y convenios
colectivos por ser fascistas…”[52]. Lo que, por ende, habría que eliminar son las
“corporaciones”[53],
con lo que el trabajador se encontraría abandonado ante todas las corporaciones
neoliberales que, para Espert, no serían corporaciones. Y de ahí la necesidad
de ser emprendedor y gestor, lo que podría lograrse solamente desde una
educación emocional.
·
Inseguridad educativa. Dentro de un macro contexto de
inseguridad física e inseguridad laboral que inciden en el sistema escuela,
aparece la inseguridad educativa en lo que hace al bajo rendimiento escolar
según los requerimientos del Mercado. Es por ello que la solución a la
problemática recién mencionada sería la educación emocional. Andere, Eduardo (2017: 71) advierte que el crecimiento
socioemocional de los estudiantes es algo que se priorizará en los sistemas
educativos del mundo durante la segunda década del presente siglo. Y es que,
para la educación afectiva, “la emoción funciona como pegamento para la memoria
que detona el conocimiento”. [54]
A
partir del presente discurso puede comprenderse el por qué del título del
trabajo
“DE
LA EDUCACIÓN EMOCIONAL: EL NEURONEOLIBERALISMO CAPITALISTA FASCISTA”, y así
poder encontrar, reflexionar desde la praxis y hacia la misma, criterios
verdaderamente humanos para una educación integral donde las emociones se
impliquen dentro de un espíritu liberador. Sin embargo, la contrapartida sería,
desde el posicionamiento criticado, gestionar las propias emociones
individuales para
resolver problemas complejos en entornos desconocidos.
[1]
¿Será la educación emocional en un currículum incorporada transversalmente o
como disciplina? Por otro lado, la ley aprobada en la Provincia de Misiones,
Argentina, no involucra solamente a los alumnos. Art.5= 1.- Educación Emocional para el Manejo de las
Emociones en los Educadores. 2.- Educación Emocional en la Relaciones
Intrapersonales e Interpersonales. 3.- Educación Emocional en los educandos.
4.- Escuela para Padres de Educación Emocional. 5.- Educación Emocional en la
comunidad.
[2] http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/4A47FD8B-892C-4416-8E60-
4852DFEF384D/162698/6InteligenciaEmocional.pdf (consulta: 8/02/2019) Además, en otro texto, Goleman, Daniel (1998:
210). “La práctica de la inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós. “Mi propio análisis sobre miles de trabajos ha
puesto en evidencia que dos terceras partes de las habilidades distintivas del
desempeño laboral "estrella" descansan en las competencias
emocionales (mientras el tercio restante se basa en habilidades cognitivas o
técnicas), algo que, en el caso de los líderes más sobresalientes, llega a
cifrarse entre el 80 y el 100%.” También formula la cuestión en su libro
“Inteligencia emocional” que citamos más abajo.
[3]
Ekman, Paul y Oster, Harrieh (1979). “Expresiones faciales de la emoción.” Fuente: Annual Review of Psychology, 30,
527-554. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/65835.pdf (consulta: 9/12/2018)
[4] Goleman,
Daniel (1996). “Inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós.
[5] https://www.psicoactiva.com/blog/que-son-las-emociones/
(consulta: 10/12/2018) Ekman es citado por Goleman en varias oportunidades.
[6] Goleman,
D. (1996). Ib.
[7]
Las emociones se producen por espontáneamente y son
el gozo, el placer, el miedo, la sorpresa, el disgusto, la ira y la tristeza;
en cambio los sentimientos son respuestas desarrolladas cultural y
ambientalmente a las circunstancias, por ejemplo, la preocupación, la
frustración, el cinismo, la indiferencia y el optimismo. Guevara Niebla,
Gilberto (2018) Las emociones en el aprendizaje. http://www.cronica.com.mx/notas/2018/1091151.html
[8]
El Coaching es
un proceso en el que se ayuda a las personas y a los equipos a mejorar sus
posibilidades y facilitarles el modo de funcionar de forma más eficaz, tanto en
el ámbito personal como en el profesional. Implica ayudar a superar barreras y
limitaciones personales. Es un método que consiste en acompañar, instruir o
entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir
cumplir metas o desarrollar habilidades específicas. Un proceso de coaching es un
conjunto de sesiones, en donde un coach realiza
una serie de entrevistas a un coachee o cliente. 1. Ayuda a definir los objetivos. 2.
Más creatividad. 3. Mayor flexibilidad y adaptabilidad al cambio. 4. Mejora de
las relaciones. 5. Empoderamiento. 6. Reduce el estrés y ayuda a gestionar el
tiempo.
[9] Valga
aclarar que el discurso de quienes se especializan en la Inteligencia Emocional
y su educación es muy simple, llano.
[10] http://blog.tiching.com/10-geniales-tecnicas-grupales-para-la-educacion-emocional/
(consulta: 8/11/2018)
[13] Expresión formulada en el marco del panel "La Construcción del Capital Humano para el
Futuro", en el Foro de Inversiones y Negocios, más conocido como Mini
Davos, que tuvo lugar en el Centro Cultural Kirchner en septiembre de 2016.
[16]
Costin, Claudia y Jales Coutinho, Allan Michel (2018: 60). “Reduciendo la Brecha entre la Educación y la
Fuerza de Trabajo: estrategias para satisfacer necesidades cambiantes y mitigar
futuras desigualdades.” Documento de trabajo para el G-20.
[18] Cuantificar supone dos momentos. Primero convenir y después
medir. En primer lugar, hay una convención política y sociológica en la que
intervienen no sólo criterios técnicos, sino contextos que explican qué y cómo
se mide. Esta instancia implica generar acuerdos intersubjetivos entre actores,
nacionales e internacionales, públicos y privados. El segundo momento es de
corte más técnico, de la medición propiamente dicha. En el camino de las cifras
se suele dejar de lado u olvidar aquel principio convencional que instituye a
los datos estadísticos. Las estadísticas aparecen como objetos cerrados en sí
mismos, sin registro de la cadena de decisiones, como algo listo para usar.
Por eso se habla de fetichismo estadístico y de reificación, como
representaciones fieles de la realidad, una concepción objetiva relacionada con
el término medición. Producir estadísticas implica sacrificar las
singularidades. Daniel, Claudia. “Estadísticas: de fuentes objetos de investigación”. http://observatorio.unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2018/09/Registro-panel-en-Unipe-13.09.18.pdf
[22]
Declaración final. Reunión ministerial de Educación del G20, 5 de septiembre de
2018, Mendoza, Argentina. https://redclade.org/wp-content/uploads/declaracion_de_ministros_de_educacion_g20.pdf
(consulta: 19 de noviembre de 2018)
[23] Dewey,
John (1967). “Democracia y educación.” Buenos Aires, Editorial Losada.
[24] Goleman,
Daniel (1996: 220). “Inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós.
“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades
deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en
peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta
nuevos, es decir, cuando tienen problemas.”
[25] Si bien utilizamos el término “constructo”, lo hacemos en
virtud de su uso habitual. En realidad, merece una fuerte crítica. Es una
metáfora que proviene de las técnicas constructivas, donde entran en juego la
estática y la resistencia de materiales, sin contradicciones posibles que
pueden hacer derrumbar el edificio o construcción. Ameritaría mejor el término
“relaciones materiales y simbólicas en el ejercicio del poder”, pues favorece
una interpretación dialéctica, con las contradicciones implicadas.
[26]
Entendemos “responsabilidad por el otro” en el sentido otorgado por el filósofo
Immanuel Lèvinas.
[27] Illouz,
Eva (2007). “Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo.” Madrid,
Katz Editores.
[28]
Entrevista a Paulo Freire el 29 de mayo de 1978, publicada bajo el título “La
educación es siempre un quehacer político.” https://elpais.com/diario/1978/05/20/sociedad/264463223_850215.html
(consulta: 10/02/2019)
[29]
Freire, Paulo (2004). “Pedagogía de
la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa.” San Pablo,
Brasil, Editorial Paz y Tierra. http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/UNIDAD%207%20-%20Freire%20Paulo%20-%20Pedagog%C3%ADa%20de%20la%20autonom%C3%ADa.pdf (consulta: 10/02/2019)
[30] González,
Enric (2018). “El Fascismo que viene.” https://elpais.com/elpais/2018/11/30/opinion/1543593007_278724.html (consulta: 10/12/ 2018)
[31] Mbembe,
Achille (2011). “Necropolítica”. España, Editorial Melusina.
[32] La
diferencia entre biopolítica y necropolítica es que mientras la primera quiere
decir administra la vida y construir estilos de vida, la segunda quiere decir
administrar la muerte y destruir hábitats y pueblos.
[33] https://encontraremocional.com/tag/educacion-emocional/
(consulta: 9/02/2019); http://fundacioneducacionemocional.org/por-que-una-ley-de-educacion-emocional/
(consulta: 9/02/2019)
[34] https://www.youtube.com/watch?v=Hi90lpnSh78&t=9s&app=desktop#searching
(consulta: 9/02/2019)
[35] Arendt,
Hannah (1998). “Los orígenes del totalitarismo.” Madrid, Editorial Taurus.
[36] Según
Roberto Paxton, en su obra “La anatomía del fascismo”, los discursos
ideológicos y los imaginarios de los regímenes fascistas buscaban el apoyo de
las emociones colectivas exaltando la unidad biológica de la sangre, la
estirpe, el pueblo o la raza. http://www.publicacions.ub.edu/bibliotecaDigital/cinema/filmhistoria/2006/REVISTAS/Ensayo_Elmitofascista_1.htm
[37] Interesan,
al respecto, los once principios, pero como botón de muestra, citamos el quinto
y el décimo: 5º) “Toda propaganda debe ser
popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va
dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el
esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y
su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”; 10º) Por regla general la propaganda opera siempre
a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un
complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos
que puedan arraigar en actitudes primitivas.https://culturizando.com/los-11-principios-de-la-propaganda-nazi/
(consulta: 30/11/2018)
[38] Todas las
personas son el Mesías (…). el mesianismo no es, por tanto, la certeza de la
llegada de un hombre que detiene la historia. es mi poder de soportar el
sufrimiento de todos. es el instante en el que reconozco ese poder y mi
responsabilidad universal. (levinas 1976, p. 139 /143) “Difícil libertad”.
[39] Marx, C. El Capital. Tomo III, sección V.
Capítulo XXV. http://www.archivochile.com/Marxismo/Marx%20y%20Engels/kmarx0012.pdf (consulta: 22-02-2018)
[40] Han,
Byung Chul (2013). La sociedad de la transparencia.
Editorial Atamansha. https://editorialatamansha.files.wordpress.com/2015/12/la-sociedad-de-la-transparencia.pdf (consulta: 23-02-2018)
[41]
Todo lo que
hacemos en cualquier plataforma digital deja un registro: las compras con
tarjetas de crédito, nuestras publicaciones en redes sociales, nuestros hábitos
de navegación tanto por medio de los buscadores como de las diferentes redes
sociales.
[42] Siempre
hubieron falsedades circulando en los medios de comunicación. La particularidad
del actual fenómeno de la pos verdad es que surge a partir de las redes
sociales, donde lo que importa es la imposición de informaciones breves,
rápidas, fugaces y viralizadas (según la metáfora del virus que se propaga al
modo de una epidemia).
[43] La grieta tiene que ver con el odio, la
burla, la ridiculización del otro, el asco o la repulsión, el desprecio que se
asocia al ultraje y la calumnia. Ello incide en la xenofobia, el racismo, el odio de clase, etc. Tiene que ver con la
imposibilidad de todo tipo de reconocimiento, por ende, del mismo diálogo.
[44] Breve
relato de una anécdota. Una escuela dentro del Distrito de Almirante Brown,
Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Edificio compartido entre una
escuela primaria y una escuela secundaria. El director de la escuela secundaria
comenta que dentro del Programa Red de Escuelas de Aprendizaje en la escuela
primaria (que comparte el mismo edificio con la escuela secundaria) se está
realizando una capacitación para los maestros en educación emocional. Le
sugiero poder comunicarme con algún/a docente de la misma a fin de preguntarle acerca
de su experiencia. Como ese director conoce mi posición crítica, me responde:
“Ni se te ocurra, los docentes están todos contentos, lo viven como un juego
placentero, y hasta corrés el riesgo de que no te respondan o te respondan de
mala manera.”
[45] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288298
(consulta: 2/12/2018)
[47]
Neuroneoliberalismo se propone a partir del
término “neuroliberalismo” acuñado por Biagini, Hugo y Fernández
Peychaux, Diego (2015). “El neuroliberalismo y la ética del más fuerte.” Buenos Aires, Editorial Octubre. Se considera
el individualismo como pasaporte al bienestar común. Se asocia la libertad a
una moral semejante al código de los gladiadores: el mérito propio.
[48] Goleman
dedica específicamente al tema señalado varias páginas, desde la 249 a la 251 y
de la 259 a la 262, con un tratamiento estrictamente neurológico, al modo de:
“Las conexiones existentes en el sistema órbitofrontal y el sistema límbico son
tan cuantiosas que algunos neurocientíficos han bautizado este sistema de
‘córtex límbico’, la parte pensante del cerebro emocional.” “Pero no solo
existe una conexión estructural entre la amígdala y el córtex prefrontal sino
que, como suele ocurrir, puede hablarse también de un auténtico puente
bioquímico, puesto que la sección ventromedial del córtex prefrontal y la
amígdala presentan una elevada concentración de receptores químicos sensibles a
la acción de la serotonina.”
[50] Goleman,
D. (1996: 261) Ib.
[51] Juan Vázquez Rojo. Qué es el neoliberalismo.
17 marzo 2018. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239130
[54]
Andere, M. Eduardo
(2017). “Director de
escuela en el
siglo XXI. ¿Jardinero,
pulpo o capitán?” México: Siglo
XXI.