jueves, 19 de enero de 2017

¿QUÉ ES EL APRENDIZAJE COOPERATIVO?

Es un aprendizaje en el que requiere un esfuerzo cooperativo fuera de los individualismos y del aprendizaje competitivo.
Significa que los alumnos trabajen juntos para conseguir objetivos comunes, no es tanto un aprender a trabajar juntos sino un aprender juntos a trabajar individualmente y en grupo.

En este aprendizaje entra en juego al interdependencia positiva; los alumnos  no solo deben de aprender los contenidos propuestos sino que deben de asegurarse que todos los miembros del grupo los aprendan.
¿Cómo se logra este aprendizaje cooperativo en el aula?
  • Disponiendo de los recursos adecuados, adaptados las clases para hacerlas cooperativas.
  • Localizando aquellos alumnos que presenten problemas para trabajar cooperativamente y trabajar con ellos para solucionar el problema y adoptar conductas adaptativas
  • Creando situaciones de trabajo cooperativas, dinámicas que permitan le trabajo cooperativo
  • La selección del material y los objetivos didácticos es fundamental para crear la interdependencia.
  • Detectando el efecto polizón y evitando que se produzca.  El efecto polizón se da en los grupos grandes en los que unos alumnos trabajan y los demás se aprovechan de ese trabajo.
¿Cómo podemos evitar el efecto polizón?
  • Evaluando al grupo
  • Evaluando a los individuos
  • Evaluando el trabajo por escrito
  • Haciendo preguntas o un cuestionario final a todos los miembros o de manera aleatoria.

Por último entre las técnicas cooperativas a utilizar en clase para lograr ese aprendizaje cooperativo en el aula podemos distinguir las siguientes:
  • TGT. Juego de torneos por equipos fue creado por Devries y Edwards en 1974 es un procedimiento para comparar el nivel de rendimiento de los grupos de aprendizaje cooperativo. Este método consiste en que el profesor explica la materia a toda la clase y forma equipos que trabajan en relación al material explicado que serán heterogéneos, la materia la prepararan por su cuenta para luego participar en un torneo contra estudiantes de otros equipos.
  • Stad división de estudiantes por equipos: los estudiantes trabajan en equipo y posteriormente se interrogan individualmente.
  • JIGSAW rompecabezas. Se dividen en grupos la materias a trabajar a su vez se dividen entre los componentes del grupo para finalmente reunirse los equipos y trabajarlas de forma conjunta. Todos los miembros responderán sobre la materia a trabajar.
  • GI Investigación en grupo: cada miembro trabaja de forma individual un tema que explicara al grupo.

En cuanto a la dimensión del grupo dependerá de los objetivos de la clase, edades de los alumnos etc.
La duración dependerá del grupo de aprendizaje empleado. Los grupos de base suelen durar de un año en adelante pero los informales duran desde 5-10 minutos o un mes o un trimestre. Pero eso dependerá del docente algunos prefieren mantener los grupos hasta obtener un buen resultado.
En cuanto a la asignación de los roles dependerá del docente, para su mayor eficacia puede basarlos en el perfil del alumnado y es bueno ir variándolos y que todos los alumnos puedan
Desempeñar todos los roles, debemos de concretar claramente las funciones y evaluarlas




Por: Romina Alcaraz Alcazar
Fuente: https://revistaeducacionvirtual.com/archives/1140

viernes, 13 de enero de 2017

LOS RETOS DE LA PROFESIÓN DOCENTE

La comunidad educativa, agentes sociales, familias, administraciones públicas, entidades privadas deben transmitir confianza en el sistema educativo y en sus profesionales.

“Maestros y profesores reciben elogios, la cursilería de los discursos que exaltan la abnegada labor de los apóstoles de la docencia que amorosamente moldean con sus manos la arcilla de las nuevas generaciones; y además, reciben salarios que se ven con lupa”. Estas palabras de Eduardo Galeano pertenecen a su libro Patas arribas. La escuela del Mundo al revés, cuya primera edición es de 2005. Galeano se refiere a la enseñanza pública latinoamericana, y a la situación de la profesión docente, pero en la actualidad sería aplicable a otros muchos países de otros tantos continentes.
La profesión docente se encuentra ante una paradoja. Por un lado, muchas investigaciones indican que la calidad de la educación depende en gran medida de la calidad del profesorado. Por otro lado, los gobiernos toman decisiones políticas que provocan la precariedad laboral y profesional del colectivo docente; se aplican medidas que debilitan los saberes profesionales y se hacen manifestaciones públicas por parte de los responsables políticos que desmoralizan al profesorado, intensificando el corporativismo y desprestigiándole ante la sociedad.

En muchos países del mundo, España no es ajena a esta tendencia, se está produciendo una proletarización de la profesión docente. El caso español es ilustrativo: en la actualidad el 28,61% del empleo docente público está ocupado por personal interino y el número de funcionarios de carrera ha disminuido casi un 10%. A esta situación hay que sumar los recortes salariales, el empeoramiento de las condiciones laborales y la pérdida de derechos sociales.
Las investigaciones disponibles muestran que hay un gran malestar docente relacionado con algunos factores importantes:
-El exceso de alumnos y alumnas por escuela y aula. Sobre el cual alerta la UNESCO en el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016.

-Los recortes de plantillas y la falta de perfiles profesionales de apoyo a la docencia. En España la educación pública ha perdido 10.000 docentes al año desde la llegada al gobierno del PP. La caída del empleo ha afectado especialmente al profesorado fijo, funcionariado de carrera. En concreto en el período 2011-2016 se han destruido más de 41.000 plazas fijas, debido a la política de duros recortes ejecutadas por el PP. La ampliación de la jornada lectiva docente y otras medidas antisociales han deteriorado las condiciones de trabajo del profesorado.

-La inestabilidad de los equipos docentes, especialmente en el sector público, en ocasiones debido a la alta tasa de interinidad, ayudan poco los actuales concursos de traslados, y la dificultad de consolidar equipos en torno a proyectos pedagógicos concretos.

-La jerarquización en la escuela, que dificulta un trabajo más cooperativo y participativo.
-El aislamiento del profesorado, especialmente del nuevo, que a menudo se tiene que encargar de las tareas más difíciles en una escuela.

-La falta de recursos para abordar situaciones personales o sociales complejas.

-La gran diversidad en las aulas, y la distribución segregada por origen social y según el nivel de aptitud.

-Los bajos salarios y los recortes de los derechos sociales y laborales. El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016, indica que una remuneración competitiva y unas condiciones laborales y profesionales óptimas son esenciales a la hora de captar y retener los mejores profesionales.

-La falta de reconocimiento de las enfermedades profesionales derivadas de los riesgos psicosociales.

-La falta de negociación colectica real y efectiva que no se respeta en muchos países, incluido España. El profesorado ha que tener capacidad para influir en sus propias condiciones profesionales, en la organización del trabajo y en la organización del sistema educativo.

-El acceso cada vez más restringido a una formación continua gratuita y de calidad.
Pero no es menos cierto que el malestar docente también está asociado a la aparición de nuevos agentes de socialización y de cambio en los procesos de transmisión cultural y de adquisición de conocimientos. El fuerte impacto de los medios de comunicación de masas, y el enorme potencial de las TIC para transmitir información y adquirir conocimientos sitúan a la escuela y al profesorado casi en un lugar subalterno.

La disociación que se produce entre la teoría pedagógica (expertos), la práctica educativa (docentes) y la toma de decisiones políticas (gobiernos) provoca que el sistema educativo no esté blindado ante los vaivenes políticos, económicos y culturales. La docencia es de las pocas profesiones, tal vez la única, donde existe una gran distancia entre los contenidos de la formación y las exigencias para el desempeño que impone el día a día.

Es innegable que existe relación entre la calidad de los procesos de aprendizaje del alumnado y la calidad de la docencia, pero no existen argumentos sólidos para concluir que el ciento por cien de la responsabilidad de los resultados escolares se localizan en el desempeño de la profesión docente.
Construir una profesión docente de calidad y con vistas al futuro es un reto muy importante. Y es una tarea permanente que en la actualidad se desenvuelve en un escenario inestable, complejo y francamente desfavorable. El reto está en responder a la pregunta ¿qué docente necesita la sociedad del conocimiento y de la tecnología más avanzada?

Desde una nueva perspectiva el profesorado debe ser un profesional poseedor de un saber sobre los medios de la educación y el aprendizaje, pero desde una perspectiva complementaria será un profesional crítico. Según Emilio Tenti “constructores de subjetividades conforme a proyectos políticos que transcienden su identidad técnica. Desde esta perspectiva, el docente sería un agente clave en los procesos de construcción de una sociedad más justa, libre y democrática. Para cumplir esta función social que los transciende deben estar en condiciones de ejercer un control colectivo sobre el sentido, los objetivos y contenidos de su trabajo. En este sentido estricto no serían funcionarios y funcionarias, sino intelectuales capaces de cooperar en la distribución de ese capital estratégico en las sociedades contemporáneas, que es el conocimiento y la cultura en las nuevas generaciones.”

El reto de construir una profesión docente de calidad tiene mucho que ver con el gran consenso social sobre el papel estratégico que tiene un sistema educativo público de calidad para un país. Y aquí nos enfrentamos al reto de la confianza.

La sociedad en su conjunto. La comunidad educativa, agentes sociales, familias, administraciones públicas, entidades privadas deben transmitir confianza en el sistema educativo y en sus profesionales. Una confianza que hay que construir día a día y preservar de los vaivenes políticos y económicos. Para el buen funcionamiento del sistema educativo público y de la profesión docente, la confianza es tan importante como para los sectores económicos y financieros.

Para el profesor Pedro Ravela “no es posible educar en un contexto en el que las autoridades desconfían radicalmente de los docentes; los docentes desconfían de las autoridades educativas, sean del partido que sean; las familias desconfían de las escuelas a las que envían a sus hijos y de los docentes que están a su cargo; la opinión pública desconfía de las instituciones educativas en general”.



Por. Pedro Badía
Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/11/los-retos-de-la-profesion-docente/


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