¿Centrarnos
en el currículo o en el alumno? ¿En procesos o en resultados? ¿Qué competencias
podemos desarrollar? ¿Qué puede hacer la escuela?
Para
empezar debemos mejorar nuestro método de trabajo, dejar de centrarnos en el
currículo para hacerlo en el alumno, en sus intereses, inquietudes, necesidades
y sacar el potencial que todos llevamos dentro. Demostrándoles que todo es
posible y alcanzable, motivándoles y haciendo que sus aprendizajes sean
prácticos, reales y útiles para su vida cotidiana. Enseñarles que todo lleva un
proceso, unos pasos, un entrenamiento. Un método donde el maestro se centre en
el proceso y no únicamente en el resultado, donde sepa alentar al alumno en sus
avances por pequeños que sean, donde errar no es negativo. Enseñar que el
fracaso existe y que el éxito depende de saber afrontarlo. Hacerles ver que la
diferencia es enriquecedora y nos aporta nuevas perspectivas, que todos tenemos
algo que aportar.
Según
Anna Forés “Aprendiendo desde, en y para
la vida”. Alguien dijo: “educar es
mostrar que es posible”.
Podemos
empezar a producir el cambio en el aula integrando los dos apartados que vamos
a detallar a continuación: cambios a nivel metodológico y el entrenamiento en
habilidades para un aprendizaje social y emocional.
A) Cambios metodológicos: el docente
utilizará estrategias que tendrán como eje principal la participación activa
del alumnado en la toma de decisiones sobre sus procesos de aprendizaje,
adaptando estos a sus intereses y motivaciones, haciéndolos más atractivos para
ellos y que no estén alejados de su contexto real y social. Unos procesos que
produzcan resultados visibles y que sean evaluables por el propio alumno
(autoevaluación) mediante una reflexión activa de su propio aprendizaje.
Una
forma de hacerlo es mediante actividades lúdicas y cercanas a la realidad
social del alumno por ejemplo con la integración de las tecnologías, el trabajo
cooperativo y la gamificación. La gamificación consiste en utilizar una actividad
lúdica para aprender o llevar al aula la organización y las reglas de un juego,
con el objetivo de implicar a los alumnos y ofrecerles una forma diferente de
aprendizaje. Para ello, se recompensa la realización de ciertas tareas
establecidas con puntos, niveles o rankings, fomentando el esfuerzo, la
autoafirmación y la colaboración. Cada alumno se ve premiado por sus progresos
todo ello en un entorno lúdico de aprendizaje. Los criterios para la
adquisición de puntos son consensuados por el propio alumnado y son ellos
mismos los que ponen sus objetivos y metas a cumplir en cualquier momento del
proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la autoevaluación del mismo. De la
misma manera establecen las recompensas por los puntos adquiridos.
B) Entrenar en habilidades de aprendizaje
social y emocional: una forma de gestionarlo en el aula es formar al alumnado
en destrezas y habilidades en aprendizaje social y emocional, en otras
palabras, enseñarles a gestionar sus emociones. Todo ello a través de cinco competencias
según los programas SEL (aprendizaje social y emocional en inglés). Esta frase
fue acuñada en 1993 por Daniel Goleman, Eileen, Rockefeller Growald y otros
para describir la enseñanza sistemática de las competencias sociales y
emocionales en el contexto escolar.
Las
competencias serían:
Autoconciencia:
valorar de forma precisa los propios sentimientos, intereses, valores y
fuerzas.
Autogestión:
regular las emociones propias para lidiar con el estrés y el impulso de control
y para perseverar ante los obstáculos; ponerse metas personales y académicas y
monitorizar su progresión; expresar adecuadamente las emociones.
Conciencia
social: ser capaz de ponerse en el lugar del otro y de empatizar con los demás;
reconocer y apreciar la semejanzas y diferencias individuales y de grupo;
reconocer y utilizar los recursos familiares, escolares y comunitarios.
Habilidades
de relación: Establecer y mantener relaciones saludables y gratificantes
basadas en la cooperación; resistir la nociva presión social; prevenir,
gestionar y resolver los conflictos interpersonales; buscar ayuda si es
necesario.
Toma
de decisiones responsable: tomar decisiones basadas en la consideración de las
normas éticas, las preocupaciones de seguridad, las normas sociales apropiadas,
el respeto por los demás y las probables consecuencias de las acciones; aplicar
la habilidad de tomar decisiones en situaciones académicas y sociales,
constribuir al bienestar en la escuela y en la comunidad.
Las
enseñanzas de estas competencias deben hacerse de manera integrada en el
currículo, deben formar parte del proceso enseñanza aprendizaje y no de manera
aislada.
Los
dos apartados tratados de manera integrada nos llevarían a las siguientes
ventajas: fomentar la autoconciencia donde el alumno valora sus propios
intereses y los expresa de una forma concreta y a lo largo de las actividades.
La autogestión, regulando sus emociones mediante una actividad que le permite
gestionar sus progresos a través de la autoevaluación y la autogestión de sus
logros mediante puntos. La conciencia social donde el alumno es capaz de
ponerse en lugar del otro y empatizar con los demás a través de participar en
trabajos en grupo y así conocer diferentes puntos de vista y opiniones sobre un
mismo tema. Las habilidades de relación donde el alumno establece una una
relación de cooperación con sus compañeros y aprende a gestionar los posibles
conflictos que aparezcan en el grupo. Y por último a tomar decisiones
responsables sobre su evolución en el proceso de enseñanza y la autoevaluación
que va a realizarse.
Para
poder implementar el cambio en las escuelas podemos basarnos en las siguientes
finalidades y necesidades:
- Finalidad y necesidad del cambio a
nivel personal para:
- Adquirir conciencia de nuestra
vulnerabilidad frente lo que estamos haciendo. Ser capaz de ver la realidad
desde diferentes perspectivas para que se pueda actuar de manera diferente:
reflexionar, observar e interpretar todo aquello que le rodea. Ampliando
nuestra percepción del mundo y nuestra forma de experimentar esa realidad y
vivirla (autoconciencia). “Solo puedo controlar aquello de lo que soy
conciente.
La
conciencia lleva a la habilidad” (Whitmore).
Desarrollar autoconfianza para ser capaz de tomar decisiones y asumir
responsabilidiades de manera que a partir de ello alcanzar los objetivos y
metas propuestas.
- Desarrollar la responsabilidad
personal que nos permita resolver por nosotros mismos nuestro conflictos ya que
la conciencia que se tendrán de ellos será mucho mayor así como el autoconcepto
y autoestima.
- Desarrollar el feedback para tomar
conciencia de nosotros mismos, de nuestras acciones y tener una mayor
percepción de la realidad.
-Finalidad
y necesidad del cambio a nivel profesional para:
- Adquirir el aprendizaje de técnicas y
estrategias de desarrollo personal, el manejo de habilidades en la comunicación
y habilidades en el control de las emociones. En definitiva, adquirir capacidad
de comunicación, diálogo y sobre todo de introsprección (autoconciencia) sobre
su labor directiva y docente para producir un cambio de actitud en su acción y
reiventarse como docente.
- Finalidad y necesidad del cambio a
nivel del alumnado para :
El
desarrollo del alumno en todos los ámbitos de la vida. Desarrollo integral.
Desarrollar la toma de conciencia de
las diferentes realidades que les rodea ampliando la forma que tiene de
percibir el mundo y sus propias experiencias. Para poder reflexionar y actuar
en consecuencia a sus propias capacidades y habilidades para que se den cuenta
de todo su potencial (autoconciencia). Todo ello creando un clima de confianza,
abierto y positivo.
Mejorar el autoconocimiento de los
alumnos para provocar cambios en ellos, aumentando su autoestima y potenciando la
comunicación consigo mismos y con los demás (trabajo cooperativo)
Aumentar su autoestima y autoconfianza,
desarrollando un autoconcepto positivo de si mismo y fomentando así la
seguridad en su persona. Manifestando al alumno que lo que hacen lo hacen bien.
Asesorar, inspirar y orientar al alumno
para que busque sus propias respuestas y dejar que sea el mismo el protagonista
de su aprendizaje y de la toma de sus propias decisiones para alcanzar sus
metas
(responsabilidad
personal y feedback)
-
Motivar al alumno, trasmitirle valores y actitudes positivas y no únicamente la
transmisión de conocimientos.
Importancia
del papel de la familia en aprender en emociones.
Estudiar
la inteligencia emocional se ha convertido en algo necesario en el ámbito
educativo y bien acogido por familias y docentes que consideran que el dominio
de estas destrezas y habilidades es primordial para el desarrollo evolutivo y
socioemocional de sus hijos y alumnos.
Así lo pone de manifiesto la encuesta que se
realizó en Estados Unidos en 2007 que hizo pública la Partnership for 21st
Century Skills, donde informó que el 66% de los encuestados creía que los
estudiantes necesitan saber algo más que leer, escribir y matemáticas. El 80%
afirmó que las habilidades que los estudiantes necesitan para afrontar los trabajos
de la sociedad actual son muy diferentes de las que se necesitaban hace 20
años.
Como
consecuencia de lo anterior afirmamos que la aplicación de programas para el
desarrollo y entrenamiento de habilidades sociales y emocionales en las
escuelas requerirá de la participación de las familias ya que estos son, en
primera instancia, los referentes fundamentales en la madurez afectiva de los
niños y al mismo tiempo supondrían un recurso de feedback para el centro
educativo. Por ello, las familias tendrán que conocer lo que sus hijos aprenden
para poder comprenderles y seguir estimulándoles en casa.
Extraído
de:
LA
IMPORTANCIA DE GESTIONAR LAS EMOCIONES EN LA ESCUELA: IMPLICACIONES EN EL
PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.
ANDRÉS
ALAGARDA MOCHOLÍ.
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