Es evidente la importancia de la formación inicial docente, para ingresar en el camino que lleva a la Calidad Educativa. En esta publicación, trascribo reflexiones sobre la formación inicial docente, realizadas por el organismo regional para América Latina de la Unesco.
La elaboración del estado del arte ha permitido identificar
que, en las últimas décadas, la evolución de la formación inicial en la Región,
salvo excepciones, se ha encaminado hacia la educación superior o terciaria. La
duración de los estudios pedagógicos fluctúa entre tres y cinco años. En
algunos países, existe una oferta de profesores superior a las necesidades,
pero en otros casos se observa escasez de profesores especialmente para ejercer
en zonas rurales, con grupos indígenas y/o en disciplinas del área científica.
Se señalan debilidades importantes respecto de las habilidades básicas al
ingreso a las carreras pedagógicas y, fundamentalmente, en relación con la
calidad de la formación docente. Esto último se expresa, entre otros aspectos,
en la ausencia de especializaciones disciplinarias para la formación de los
docentes de educación primaria o básica. También se observa una ausencia de
formación práctica en las habilidades necesarias para el ejercicio efectivo de
la profesión que permita producir aprendizajes para todos, situación que
atraviesa la formación en todos los niveles de enseñanza. Aunque las
regulaciones para la formación pedagógica son débiles, en los últimos años comienzan
a instalarse sistemas de acreditación, pruebas de egreso o habilitación para el
ejercicio profesional, y estándares y lineamientos que, junto con servir a los
procesos anteriores, podrían orientar los currículos y procesos evaluativos de
las instituciones formadoras.
Asimismo, en el estado del arte se identificaron los
siguientes nudos críticos en relación a la formación inicial: a) bajo nivel de
formación de quienes ingresan a los estudios pedagógicos; b) débil calidad de
los programas de formación incluyendo la situación de los formadores y la
presencia de lógicas escolarizantes; c) formación universalista y no
diferenciada para grupos sociales desfavorecidos; y d) insuficiente regulación
de la calidad de los programas de formación vinculada a una débil presencia de
estándares y evaluaciones de egreso.
A continuación, se presentan criterios u orientaciones para
abordar estos temas críticos en las políticas y prácticas de formación inicial
docente en los países de la Región.
1. Promover el
ingreso de mejores candidatos a la docencia elevando el nivel de exigencias
para ingresar a los estudios pedagógicos
Un problema central a enfrentar es que los esfuerzos de la
política educacional y de las instituciones formadoras se dirijan hacia
candidatos a la docencia que reúnan las condiciones mínimas adecuadas para
poder transformarse en buenos educadores. Al respecto, es importante tener
presente que tales mínimos deben tener un alcance nacional, lo cual demanda el
involucramiento del Estado tanto en su determinación como en su aplicación. El
éxito en la búsqueda de estos buenos candidatos está indudablemente relacionado
con la existencia de una carrera docente atractiva y con salarios similares a
otras profesiones, temas que se abordan en la tercera sección de esta segunda
parte. Con la finalidad de avanzar en la dirección señalada, se proponen las
orientaciones siguientes:
a) Elevar las exigencias en los procesos de selección para
el ingreso a la formación inicial docente, considerando criterios como las habilidades
básicas de lectoescritura, pensamiento matemático, resolución de problemas,
destrezas interpersonales de comunicación y motivación para aprender y enseñar.
b) Considerar los rendimientos escolares de la enseñanza
media o secundaria, los resultados obtenidos en los exámenes nacionales de
ingreso a la educación superior, en los países que corresponda, y aspectos
vocacionales, a la vez que instituir procedimientos de admisión orientados a
seleccionar candidatos que congreguen las características necesarias para tener
un buen desempeño como docentes. Estos procedimientos pueden incluir exámenes
de ingreso e instrumentos pertinentes para evaluar habilidades personales, como
entrevistas a los candidatos.
c) En el afán de mejorar la calidad de quienes ingresan a la
formación docente, es importante no descuidar la búsqueda de fórmulas que
aseguren la participación de candidatos de pueblos indígenas, cuyas culturas
son parte del patrimonio de cada nación.
d) Asimismo, es importante evitar un sesgo que pueda
significar elitizar la formación docente y cualquier tipo de discriminación en
contra de estudiantes provenientes de niveles socioeconómicos bajos. En este
sentido, conviene explorar experiencias de universidades que seleccionan
estudiantes con los mejores rendimientos en sus establecimientos de educación
secundaria, con independencia del promedio de rendimiento de estos (que pueden
ser bajos), puesto que hay evidencias de que los estudiantes de mejor
rendimiento en su grupo, tienden a lograr buenos resultados académicos durante
el proceso de formación inicial.
e) Para asegurar la permanencia de estudiantes indígenas y
provenientes de niveles socioeconómicos bajos, es recomendable que las
instituciones de educación superior cuenten con programas especiales efectivos
de apoyo a través de cursos o talleres de nivelación de las habilidades básicas
y sistemas de tutorías.
En América Latina, algunos sistemas están estableciendo
requisitos de entrada a la
Formación Inicial más demandantes. Perú aumentó el puntaje
mínimo en el examen de ingreso requerido para ser admitido a los Institutos
Superiores Pedagógicos. México ofrecerá recursos extraordinarios a las Escuelas
Normales que regulen y mejoren las exigencias para la admisión a sus programas
de formación. Chile ha implementado un programa de becas para candidatos con
buenos resultados en la prueba de selección universitaria y, al mismo tiempo,
ha vinculado dicha beca al aumento de las exigencias para el ingreso a los
estudios de formación docente.
A su vez, en algunos países surgen experiencias interesantes
de nivelación de destrezas básicas para estudiantes que presentan debilidades
por sus condiciones previas de escolaridad y capital cultural, entre los que
puede destacarse un programa de nivelación establecido en Perú para carreras de
educación cultural bilingüe.
Extraído de:
Estrategia Regional sobre Docentes
OREALC / UNESCO Santiago
Antecedentes y Criterios para la Elaboración de Políticas
Docentes en América Latina y el Caribe
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