El acoso escolar o
bullying, ha estado presente siempre, y en estos tiempos ha adquirido mayor
visibilidad ¿Cuántas formas de acoso se registran? ¿Qué consecuencias traen? Es
necesario conocer sobre el tema, y reforzar la vigilancia.
Las acciones de acoso pueden clasificarse en físicas y
psicológicas. El acoso físico se presenta cuando el niño es golpeado, en
general en la cabeza o cuando se le tira del cabello o se imitan sus gestos.
También pueden manifestarse en forma indirecta a través del destrozo de
materiales personales o de pequeños hurtos.
La intimidación que, generalmente, se ejerce mediante
amenazas de violencia, asignación de apodos o sobrenombres, exigencia de dinero
o de bienes materiales, utilización de lenguaje sexualmente ofensivo,
ridiculización y humillación, forman parte del acoso sicológico. Este tipo de
acoso se manifiesta también a través de la exclusión y el aislamiento en las
actividades escolares como trabajo en grupo, actividades recreativas y/o
deportivas o, por ejemplo, no invitándoles a las fiestas que se organizan.
También forman parte del acoso sicológico la expansión de rumores tendientes a
generar malestar a los estudiantes acosados.
Los estudios muestran que los adolescentes que son
acosadores o víctimas tienen una experiencia social y un bienestar emocional
reducido y participan en comportamientos de riesgo para la salud, en general,
reportan mayores tasas de consumo de alcohol y drogas, de peleas y de porte de
armas, que los estudiantes que no son víctimas. Asimismo, los estudiantes que
son víctimas de acoso escolar a menudo experimentan una mala adaptación social
y emocional, baja autoestima, y mayores niveles de soledad, ansiedad, depresión
e ideas suicidas, que los que no participan en la intimidación.
Una forma de acoso psicológico se da a través de los medios
tecnológicos: El cyberbullying. En esta sección nos basaremos en el artículo de
Maidel para describir el uso de las tecnologías para agredir. maltratar,
intimidar o amedrentar a estudiantes por parte de sus compañeros y para alertar
sobre los riesgos físicos y psicológicos a que están expuestas las víctimas.
Dos de las características del cyberbullying que lo hace muy agresivo es la
posibilidad del anonimato y el hecho de actuar sobre espacios escolares y
extraescolares. Este tipo de acoso se da, por ejemplo, a través de las redes
sociales, emails, mensajes de texto en los celulares, sitios web personales,
comunidades virtuales, entre otros, y en ese sentido se extienden al entorno
extraescolar.
Consecuencias del
acoso escolar
Los niños víctimas de acoso escolar presentan, en general,
bajo rendimiento escolar, su autoestima decrece a tal grado que llegan a
aceptar las diversas formas de acoso aún siendo conscientes de que los están
sometiendo a altos niveles de agresión física y psicológica. Esta es la
situación de estudiantes que son rechazados por sus compañeros en las
actividades escolares y que son víctimas de acciones crueles, frecuentes por
parte de los mismos, sin que ni en su colegio ni en su familia se detecte dicha
situación. La vida de estos niños se hace más difícil cuando también son
víctimas de reproches por parte de sus padres y de sus profesores debido a su
bajo rendimiento académico.
Los efectos negativos del acoso escolar son bien reconocidos
a nivel mundial. La agresión constante efectuada por pares en la escuela genera
problemas de salud y de bienestar, con efectos duraderos. También se ha
encontrado que el comportamiento de intimidación está asociado con el aumento
de síntomas psicosomáticos; los intimidadores tienden a ser infelices en la
escuela; los estudiantes intimidados se sienten solos, teniendo todos ellos un
mayor número de síntomas psicológicos y psicosomáticos.
En un estudio realizado en Chile en el cual participaron
8131 estudiantes de educación media, 47% de ellos reportaron haber sido
matoneados en el último mes y de éstos el 30% reportaron sentimientos de
tristeza y desesperanza durante dos o más semanas en el último año. Los
estudiantes de séptimo y octavo reportaron más probabilidad de matoneo que los
de noveno, pero los de noveno reportaron más altos niveles de soledad,
dificultades para dormir y pensamientos suicidas que los estudiantes de séptimo
y octavo grado. Los hombres tienen más probabilidades que las niñas de reportar
acoso escolar, pero las mujeres tienen más probabilidad que los muchachos de
reportar síntomas de depresión, como sentimientos de tristeza y desesperanza,
soledad, dificultades con el sueño y pensamientos suicidas.
Estudios, como el realizado por Rigby, indican también que
la tendencia a victimizar a otros o a otras en la escuela, predice con certeza
la conducta antisocial y violenta del adulto. Así, los agresores también
necesitan ayuda para el desarrollo de su autoestima, de su autoconfianza y la
internalización de límites en sus comportamientos.
Los estudiantes que son víctimas de acoso escolar se
encierran cada vez más en sí mismos y se deprimen llegando a presentar altos
niveles de rechazo a la escuela (por temor a los compañeros, al trabajo escolar
o a algún profesor), sin que en general sean detectadas las causas de su
rechazo a la escuela e incluso llegando a ser víctima de violencia
intrafamiliar por esta actitud. Así mismo, en múltiples ocasiones, el acoso
escolar puede conllevar a conductas de agresividad y de violencia. Maidel
indica que un niño víctima de acoso escolar puede, como consecuencia,
manifestar ansiedad, tristeza, estrés, miedo, apatía, angustia, rabia
reprimida, dolores de cabeza o estómago, disturbios del sueño, pérdida del
apetito o aislamiento, y que muchas de estas consecuencias persisten por el
resto de la vida.
Otros estudios muestran contundentemente que las víctimas de
acoso exhiben profundo malestar psicológico, del cual la tendencia suicida es
una manifestación. Muestran que, en general, los adolescentes que están más
expuestos a este tipo de conductas presentan más síntomas depresivos que
quienes no son víctimas de las mismas.
La actitud intimidatoria decrece con la edad pero es posible
que cuando el niño o niña ha crecido ya se le haya hecho un daño irreparable en
su personalidad y ya no tenga reverso, dándole trabajo adicional al sector
salud desde la escuela, en la cual se están aumentando significativamente los
problemas de estrés que ya la sociedad en sí genera, debido a los retos que les
impone desempeñarse en ella con competencia.
Autores
EDILBERTO CEPEDA-CUERVO Profesor Asociado. Departamento de
Estadística. Universidad Nacional de Colombia
GLORIA CAICEDO SÁNCHEZ Asesora. Viceministerio de Educación
Preescolar. Básica y Media. Ministerio de Educación de Colombia
En Revisto Iberoamericana de Educación n." 61/3-
15/03/13
Organización de Estados Iberoamericanos poro la Educación la
Ciencia y la Cultura
No hay comentarios:
Publicar un comentario