Si revisamos la escasa producción en relación con la
evaluación del desarrollo profesional docente, podemos llegar a identificar
algunos elementos, componentes o principios en los que coinciden diferentes
estudios. Hawley y Valli llegaron a sistematizar nueve principios que deberían
orientar la práctica del desarrollo profesional, que sintetizamos a
continuación.
El contenido del
desarrollo profesional determina su eficacia
Los contenidos del desarrollo profesional docente deberían
centrarse en lo que los alumnos han de aprender y en la forma que ellos tienen
de enfrentarse a diferentes problemas. El contenido del desarrollo profesional
debería tratar directamente sobre lo que se espera que los estudiantes aprendan
y sobre aquellas estrategias didácticas que la investigación y la experiencia
han demostrado que son eficaces. En este sentido existen abundantes datos
empíricos que muestran que los programas eficaces de formación docente son
aquellos centrados en la sustancia (lo que los profesores aprenden) y no en la
forma (la forma como aprenden). Este principio supone en buena medida un
cuestionamiento al fuerte énfasis que durante mucho tiempo se ha puesto en los
procesos o en la estructura de las actividades de desarrollo profesional.
El eje articulador es
el análisis del aprendizaje de los estudiantes
El desarrollo profesional que se basa en el análisis del
aprendizaje de los estudiantes ayuda a los profesores a acortar la distancia
entre el aprendizaje actual de los estudiantes y el aprendizaje deseado. Estas
metas de aprendizaje de los estudiantes también proporcionan el fundamento para
definir lo que los profesores necesitan aprender. Este principio destaca la
importancia de diseñar el desarrollo profesional docente haciendo centro en los
datos y las necesidades de aprendizaje de los estudiantes. En este sentido, el
empleo de indicadores de aprendizaje de los estudiantes ha demostrado ser un
instrumento útil cuando se formulan los objetivos de la formación docente.
Los profesores deben
identificar lo que necesitan aprender
Cuando los profesores participan en el diseño de su propio
aprendizaje, su compromiso crece. Es más probable que los profesores utilicen
lo que aprenden cuando el desarrollo profesional se centra en la resolución de
problemas referidos a sus propios contextos particulares. Esto supone un cambio
respecto de lo que ha sido la tradición en la formación docente, organizada
principalmente en torno a la participación de profesores en cursos. Esto no
significa que los cursos y conferencias no sean necesarios, sino que deben
considerarse como puntos de partida de un proceso de cambio más amplio. Se sabe
que el aspecto clave de todo proceso de desarrollo profesional está en la
implantación.
La escuela es el
telón de fondo
El desarrollo profesional debería estar basado en la escuela
y construirse en torno al trabajo diario de enseñanza. Los profesores aprenden
de su trabajo. Para aprender a enseñar de forma más eficaz se requiere que ese
aprendizaje se planifique y se evalúe. Es preciso que el aprendizaje ocurra en
un contexto específico. El desarrollo del currículo, la evaluación y los
procesos de toma de decisiones siempre representan ocasiones propicias para el
aprendizaje.
La resolución
colaborativa de problemas es un pilar
El desarrollo profesional debería organizarse en torno a
formas colaborativas de resolución de problemas. Sin resolución de problemas de
forma colaborativa es posible que ocurran cambios individuales, pero esto no
garantiza que cambie
El desarrollo
profesional debería ser continuo y evolutivo
Adoptar e implementar prácticas eficaces requiere de un
aprendizaje continuo, lo que implica seguimiento y apoyo para posteriores
aprendizajes a partir de fuentes externas a las escuelas. Por lo tanto, el
diseño del desarrollo profesional debe otorgar tiempo suficiente para aplicar
nuevas ideas. El seguimiento y el apoyo aseguran que el desarrollo profesional
contribuya a un cambio real y a la mejora continua.
Hay que garantizar la
incorporación de múltiples fuentes de información
El desarrollo profesional debería incluir información sobre
los resultados del aprendizaje de los estudiantes, así como sobre la enseñanza
y el resto de los procesos implicados en la implementación de los aprendizajes
adquiridos a lo largo del desarrollo profesional. El desarrollo profesional
debería incluir su propia evaluación, utilizando a tales efectos diferentes
recursos: portafolio, observaciones de profesores, evaluación de compañeros,
resultados de los estudiantes.
Es necesario tener en
cuenta las creencias
El desarrollo profesional debería proporcionar oportunidades
para mejorar la comprensión sobre las teorías que subyacen al conocimiento y a
las habilidades para aprender. Puesto que las creencias actúan como un filtro
del conocimiento y orientan la conducta, el desarrollo profesional no puede
dejar de abordar el análisis de las creencias, experiencias y hábitos de los
docentes. Además, cuando los profesores poseen una adecuada comprensión de la
teoría que subyace a las prácticas docentes concretas, entonces se encuentran
en mejores condiciones para adaptar sus estrategias de aprendizaje a las
circunstancias en las que se aplican.
El desarrollo
profesional integra un proceso de cambio
Las actividades de desarrollo profesional deberían
conectarse con un proceso de cambio más amplio y comprehensivo, centrado en la
mejora de los aprendizajes de los estudiantes. Mejorar las capacidades de los
profesores sin cambiar las condiciones que influyen en la posibilidad de
aplicar estas capacidades puede incluso resultar contraproducente. Estas
condiciones incluyen el tiempo y oportunidades de practicar nuevos métodos, una
adecuada financiación, el necesario apoyo técnico y un seguimiento sostenido.
De esta forma, a menos que el desarrollo profesional se diseñe como una parte
inseparable de un proceso de cambio, es probable que demuestre no ser eficaz en
definitiva.
Ingvarson, Meier y Beavis se formularon la siguiente
pregunta: ¿Qué componentes de la formación tienen un mayor impacto en la mejora
de la enseñanza del profesorado? Buscando responder a esta interrogante
indagaron en cuatro grandes programas de formación continua de profesores en
Australia. Los hallazgos de esta investigación arrojan considerable luz sobre
el tema que nos ocupa.
Se trata de programas que ofrecen a los profesores
oportunidades para centrarse en el contenido que los estudiantes deben
asimilar, y que apuntan a resolver las dificultades que los estudiantes
encontrarán para aprender dicho contenido. Además utilizan el conocimiento generado
por la investigación acerca de cómo aprenden los estudiantes, e incluyen
oportunidades para que los profesores de forma colaborativa puedan analizar el
trabajo de los estudiantes.
Extraído de
La evaluación del desarrollo profesional docenteCarlos Marcelo
En: Aprendizaje y desarrollo profesional docente
Consuelo Vélaz de Medrano
Denise Vaillant
Coordinadoras
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