¿En qué consiste el
“aprendizaje docente”? ¿Debe el docente investigar sus propias prácticas? ¿Cuál
es el rol de la investigación? ¿Qué papel le cabe a todo esto en el desarrollo
profesional?
Si se acepta que el aprendizaje del docente es situado, es
decir, que tiene su origen en prácticas concretas, la investigación que
mayormente responde a tales condiciones es la cualitativa.
El gran debate al respecto es si el docente debe o no
realizar investigación. Hay quienes argumentan que investigar y enseñar
corresponden a dos lógicas diferentes y que se puede ser un buen maestro sin
relacionarse con la investigación.
No obstante, el quehacer del docente se inscribe en un campo
de conocimiento particular –la pedagogía– y para su crecimiento y acumulación
requiere de la investigación, y quién más idóneo para realizarla que el mismo
docente. La investigación del docente no solo contribuye a que exista un mayor
conocimiento pedagógico, sino que agrega profesionalismo a su práctica y
orienta sus acciones de manera reflexiva y fundamentada.
La investigación contribuye a un ejercicio reflexivo,
sistemático, crítico, riguroso e innovador que ayuda a que el docente haga
mejor su tarea. Posibilita la indagación, sistematización y reconstrucción de
su saber pedagógico tal y como se definió al inicio de este capítulo. La
relación investigación-saber pedagógico contribuye al aprendizaje del docente y
a su desarrollo profesional, ya que permite avanzar en el conocimiento de
enfoques, escuelas, paradigmas, teorías, modelos, metodologías y didácticas que
orientan las prácticas pedagógicas cotidianas de los docentes.
De igual forma, apoyan los procesos de reflexión sistemática
que necesitan desarrollar los maestros para poder identificar logros y
dificultades asociadas a la compleja tarea de enseñar y aprender.
La investigación que realiza el docente contribuye a la
búsqueda del sentido de la acción educativa, inscrita en un contexto
institucional y enmarcada en unos lineamientos de política que la orientan. En este
orden de ideas, la investigación sobre la práctica docente es un medio para
generar y poner a prueba nuevas maneras de enseñar y aprender conducentes a
mejorar los estándares de calidad, a dinamizar las instituciones educativas y
sus procesos y a lograr que la educación contribuya a la construcción de
nación.
La investigación que realiza el docente sobre su práctica lo
lleva a cualificar su manera de enseñar, ya que un maestro investigador estará
atento a que sus estudiantes involucren los procesos de la investigación en su
aproximación al conocimiento. De esta manera, no solo privilegiará las
metodologías de la pedagogía activa, sino que llevará a que sus alumnos
desarrollen procesos de metacognición y en general logren aprendizajes
significativos.
Si se acepta igualmente que el aprendizaje cooperativo
contribuye sensiblemente al desarrollo profesional docente, la investigación
que realizan los maestros, y primordialmente aquella derivada de los enfoques
cualitativos, permitirá la participación de varios docentes en un mismo
proyecto de investigación; o bien la posibilidad de analizar un mismo problema
de investigación a partir de la reflexión sobre diferentes perspectivas
curriculares; o bien involucrar como observadores de su propia práctica a
varios colegas, como en las experiencias pedagógicas mediante la investigación
acción.
La investigación orienta muchas de las propuestas de
formación continua. Si se mantienen como características del aprendizaje
docente ser situado y compartido, los procesos de reflexión sobre la práctica
necesitan tomar distancia para la objetivación de lo que allí sucede, pero
también necesitan llevarse de nuevo a lo cotidiano para transformarse. Los
programas de formación permanente en Bogotá, por ejemplo, involucraron tanto
actualización de conocimientos pedagógicos, como investigación y propuestas
para modificar las prácticas pedagógicas tanto en el aula como en la
institución educativa.
Así, en dichas experiencias se partía de lo cotidiano, pero
se compartían las reflexiones con los colegas y se apostaba a la transformación
institucional. Estas propuestas también acompañan los planteamientos de cambio
y mejora en las escuelas efectivas.
Algunas iniciativas reportadas por Terigi a propósito del
aprendizaje docente y la búsqueda de su desarrollo profesional hacen presente
el privilegio del aprendizaje cooperativo, tales como talleres centrados en la
reflexión crítica sobre las situaciones educativas; el apoyo de los pares que
orientan el trabajo pedagógico y que llevan incluso a resignificar el rol de
los supervisores, como en el caso de los microcentros rurales en Chile; la
ampliación de las experiencias de aprendizaje docente más allá de las
propuestas institucionales y que tienen un claro ejemplo en las redes de
maestros, sean ellas temáticas –redes de maestros que enseñan matemáticas,
español o ciencias–, para llegar a procesos que involucran propuestas
colectivas tales como los maestros expedicionarios que llevaron a cabo varias
rutas pedagógicas en el caso de la Expedición
Pedagógica Nacional (EPN) en Colombia durante los últimos
diez años.
Ø
El aprendizaje docente y su desarrollo
profesional conforman un proceso continuo y no, como sucedía antes, una mera
colección de eventos de formación.
Ø
El aprendizaje docente y su desarrollo
profesional implican un trabajo conjunto entre investigadores, formadores y
docentes dentro de los centros de formación e investigación. Tal interacción
requiere condiciones de política educativa que la favorezcan.
Ø
El desarrollo profesional tiende cada vez más a
incluir variedad de experiencias formales e informales a través de iniciativas
que son sensibles al contexto y que, por lo tanto, guardan ciertas
especificidades.
Ø
En clara concordancia con los aprendizajes
situados que caracterizan el aprendizaje de los docentes, el aula se constituye
en la fuente principal de experiencias para documentar y analizar con el fin de
lograr nuevos conocimientos que apunten al desarrollo profesional.
Ø
El desarrollo profesional se asocia cada vez con
mayor frecuencia a procesos sistemáticos de formación sostenidos en el tiempo,
tanto los programas de postítulo como las maestrías y los doctorados.
Ø
El aprendizaje docente cuenta con un terreno
propicio cuando el maestro participa en propuestas innovadoras.
Ø
El desarrollo profesional de los docentes necesita
ir acompañado de propuestas institucionales que garanticen tiempo y
oportunidades para el aprendizaje de los maestros.
Ø
Existe la tendencia a alinear las actividades de
desarrollo profesional con metas de desempeño. En estos casos, la evaluación
docente suministra los insumos necesarios para el diseño de propuestas,
generalmente desde el mismo sistema educativo. El desarrollo profesional de los
docentes es en estos casos una política educativa y para su logro se recurre a
diversas propuestas, desde cursos de actualización hasta procesos de formación
con maestros de excelencia, es decir, aquellos que han tenido los más altos
puntajes en las evaluaciones de desempeño.
Como puede verse, el aprendizaje docente y el desarrollo
profesional son un campo abierto a la innovación y a la incorporación del
“saber acumulado” por la investigación en aras de garantizar la calidad de
quienes se muestran como un factor esencial en los procesos de
enseñanza-aprendizaje: los maestros.
Extraído de
Innovación e investigación sobre aprendizaje docente y
desarrollo profesionalGloria Calvo
En Aprendizaje y desarrollo profesional docente
Consuelo Vélaz de Medrano
Denise Vaillant
Coordinadoras
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