sábado, 17 de septiembre de 2011

De cómo la manipulación mediática nos convierte en una manada de búfalos en estampida

A veces me pregunto ¿Por qué hay tanta preocupación por la “inseguridad”, y tan poca por los accidentes viales? Día tras día, la televisión muestra víctimas de asalto, y lo repite histéricamente, dando la impresión que son muchos. En lo personal conozco una sola persona que murió mientras era asaltado, y eso fue hace unos cuarenta años, y docenas que han fallecido en “accidentes” de tránsito ¿Son los medios de comunicación que nos manipulan? Si, pero creo que hay algo más.

La televisión busca emocionarnos, y de esa manera nos ha “formateado”, somos seres preparados para “razonar con el corazón”. Hoy circula por los medios, incluyendo Internet, la idea que existen bandas, que a modo de ejércitos invasores, secuestran a jóvenes, para someterlas a una esclavitud sexual ¡Todas las jóvenes corren peligro! Como agua en catarata, mensajes en las redes sociales de Internet, con advertencias, y el aparato de TV hace referencia, con música que produce escalofríos.

Esto me recuerda a lo sucedido hace unos veinticinco años. En Argentina había retornado un gobierno surgido de elecciones, y allí apareció el mismo fantasma, con otra cara. Se decía, “secuestran a niños, y los devuelven al cabo de cierto tiempo ¡Con un riñón menos! O con una córnea faltante, o cualquier órgano duplicado que se le pudiese sacar” ¡Dicen que en tal lugar desapareció un niño, que fue encontrado días después con una cicatriz!, ¡le habían robado un riñón! Esos órganos serían usados con posterioridad en futuros trasplantes.

Las noticias periodísticas contaban sobre intentos fallidos de secuestros a niños, protagonizados por individuos que se movilizaban en una camioneta de color blanco. Ese vehículo existió, y se movilizaba en el país “fracasando” en secuestrar un niño al voleo, queda claro que no le interesaba llevárselo, sino agitar el fantasma.

La función de esos individuos fue la de estimular esa sensación de inseguridad, jaqueando a la incipiente democracia. Si permite que le pase eso a mis hijos, entonces ¿Sirve? Contra esto, era necesario poner un manto de tranquilidad.

Soy profesor de Matemática, en ese entonces hablé con un curso, con alumnos de unos catorce años, y en un momento, tomando distancia de las mates, les pregunté ¿Creen que existen los secuestros para robar órganos?, aprovechando que habíamos retomado la costumbre de votar, y para asegurar una respuesta libre de influencias, hicimos una votación secreta.

El resultado fue contundente. De aproximadamente veinticinco alumnas, solo una afirmó que no creía en esos secuestro, y el resto, estaba convencido de su existencia. Ante esto decidí propiciar una acción en conjunto. Cada uno debía averiguar en su entorno, preguntando a médicos conocidos si esas operaciones eran posibles, a abogados, si existía alguna denuncia firme, con casos comprobados, lo mismo a algún policía, o a cualquier persona que pudiera hacer algún aporte.

Durante varias semanas, unos minutos antes de terminar la clase, debatíamos sobre el tema, con las novedades aportadas. Todas ellas marcaban un solo rumbo, señalando lo insensato del temor, hasta que una vez finalizada la etapa de aportar pruebas, volvimos a “dictar sentencia”, nuevamente la votación, y el resultado fue… ¡Exactamente el mismo!

¿Qué pasó? ¿Todo fue inútil? Lo cierto es que cuando sentimos temor, no razonamos, el miedo es un arma poderosa, atraviesa todos los sectores. Ahora asume la cara de la “trata de blancas” y hasta se cree ver gente fotografiando niños en las plazas públicas, haciendo inteligencia para futuros secuestros, planeados por pedófilos ¿Qué pasó? ¿De repente el país se llenó de esa clase de gente?

No es bueno actuar como manada de búfalos, tras una estampida provocada por perros salvajes, el temor provoca aislamiento, desalienta la solidaridad y convierte los hogares en bunkers. Debemos mejorar nuestro sistema inmunológico, vacunarnos mediante una buena alfabetización audiovisual para que podamos usar los medios, sin ser usados por ellos.

4 comentarios:

  1. Pensamiento crítico, esa es la vacuna. No dar por sentado ni aún lo que como profes les decimos. Poner en duda, investigar y pensar. Si logramos eso -más allá del contexto del área en que trabajemos- cumplimos nuestra misión.
    Feliz día, profes

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  2. Realmente este artículo esta descontextualizado de la realidad venezolana. A todas luces intenta manipular una verdad con la finalidad de justificar al gobierno haciendo ver que se exagera con el problema de la delincuencia y los asesinatos. Realmente estoy de acuerdo con aquello de ser críticos pero sinceramente. No se puede ser crítico bajo la adulancia y la parcialidad política e ideológica.

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  3. Muy interesante el artículo. Cuánto esfuerzo va a llevar hacer críticos a nuestros alumnos y ni hablar de los mayores que ya no van a la escuela, cómo podremos vacunarlos contra los "MIEDOS DE COMUNICACION" (miedos es a propósito)

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