Charles Pierce sistematiza en cuatro los métodos a los que se recurre cuando se pretende afirmar la validez de las afirmaciones: tenacidad, autoridad, intuición y ciencia.
El método de tenacidad está referido a un procedimiento por el cual el individuo se aparta de todo aquello que pueda conducirlo a un cambio de opinión. Este método resulta admirable por su fuerza, simplicidad y franqueza.
En el segundo método, al que Pierce le adjudica superioridad moral y mental con relación al primero, es aquel en que se recurre a las autoridades (religiosas, tribales, eruditas y expertas) para sostener sus creencias. Hay que mantener una prudente confianza en las conclusiones establecidas aunque existe el problema de diferenciar quién es realmente una autoridad de quien no lo es y cuál es su grado de pericia (Noah y Eckestein , 1969).
El tercer método es el de las verdades evidentes por sí mismas. Resulta necesario estar alertas ante los sesgos que provienen de, por ejemplo, caracterizar a lo que queremos analizar con aquellos atributos que previamente se les asigna porque sólo se hallará, al fin de nuestra investigación aquello que fue colocado en un principio. Para evitar caer en interpretaciones erróneas resulta necesario –sostienen Noah y Eckestein- que las formulaciones intuitivas se convaliden empíricamente.
Finalmente el método de investigación científica es aquel que reduce las posibilidades de distorsión, aumenta la de validez de los datos y permite el examen público de las conclusiones. Es sobre esta base desde la cual debería abordarse la educación.
Conocer estos métodos podría contribuir a preguntarse ¿qué método predomina a la hora de tomar decisiones? ¿En base a qué criterios optamos por una u otra fuente, por una u otra clasificación?
Extraído de
Planificar, enseñar, aprender y evaluar por competencias
2010 © by Marta Tenutto, Cristina Brutti, Sonia Algarañá
El texto completo puede hallarse en:
http://www.scribd.com/doc/26819779
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