martes, 14 de julio de 2020

Francisco Mora: “Nada puede sustituir la humanidad del maestro en el aula”

Para el doctor en medicina y Neurociencia, los docentes son insustituibles y su labor presencial en la escuela como transmisores de emociones es clave para un acompañamiento y aprendizaje efectivos. Francisco Mora llama a la reducción de cualquier tipo de confinamiento que precise de una formación a distancia ya que, en su opinión, debilita la onexión emocional entre docente y estudiante.


“Sólo el ser humano puede transmitir humanidad”, afirma Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencia y catedrático de Fisiología, en relación al modelo educativo a distancia que se ha impuesto a causa de la pandemia por la Covid-19. En su opinión, nada puede sustituir al centro educativo ni al maestro y cree que de cara al próximo curso escolar no se puede justificar un hipotético modelo educativo en el que la formación online tenga más peso que la presencial.
Autor de ‘Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que se ama’, que se ha convertido en libro de cabecera de multitud de docentes y familias, Mora ha publicado recientemente ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’ sobre el proceso de aprendizaje de la lectura y qué efectos tiene en el cerebro.

Pregunta: ¿Cómo se puede procurar un aprendizaje significativo mediante la enseñanza online?
Nunca es posible sustituir al maestro, al ser humano en el proceso de enseñanza. Solo el ser humano puede transmitir humanidad. Nada puede sustituir al colegio o al maestro o profesor porque la transmisión de conocimientos académicos no vale nada si no va acompañado del sustrato emocional de quien enseña: sólo se puede aprender aquello que se ama. 

«Haz atractivo lo que cuentas y puedes llegar a captar la atención en el estudiante y activar su memoria ejecutiva»

Respuesta: ¿Es posible transmitir emoción y amor por lo que se enseña a través de una pantalla?
Es muy complicado y recala en la individualidad del docente: hay profesores que son capaces, a través de Internet, teléfono u otro tipo de conexión no personal, de transmitir un mundo emocional. Y esa es la base en la que se fundamenta la instrucción, entendida como el proceso de aprender y memorizar. Haz atractivo lo que cuentas y puedes llegar a captar la atención en el estudiante y activar su memoria ejecutiva. 

P: ¿Cómo pueden los docentes conseguir ese apego emocional en la distancia?
R: Es realmente difícil. No todos los profesores lo logran, muchísimos no lo consiguen. Por eso, de cara al futuro, uno de los principales requisitos deseables en un maestro será que tenga esa capacidad de convertir lo árido o soso en interesante y de este modo abrir los ojos de quien te escucha.

P: Sin embargo, para el próximo curso la formación on line puede volver a tener un enorme protagonismo si se producen contagios en los centros educativos… 
R: Me pregunto cómo será posible la propuesta de que sólo el 50% de los estudiantes acuda al aula y que la mitad se quede en casa con instrucción a través del ordenador. ¿Cómo se puede instrumentar y justificar eso? 

«Esa instrucción electrónica estaría ausente de los sustratos básicos que permiten aprender y memorizar bien»

P: ¿Qué impacto tendría en los estudiantes?
R: El impacto de aprender fuera del colegio sin la tutela y el amparo del maestro supondría un aprendizaje deficitario. Habría falta de atención, además de faltar la base de la interacción con los compañeros. Faltaría la emoción, el proceso inconsciente que ayuda a poder entender bien lo que queremos aprender. Esa instrucción electrónica estaría ausente de los sustratos básicos que permiten aprender y memorizar bien. 

P: ¿Qué cambios necesita la educación de cara al futuro?
R: Los principales cambios necesarios no se refieren a la instrucción, aprender y memorizar en Infantil, Primaria, etcétera… sino a la institucionalización de la relación familia-colegio. Esto no solo consiste en una llamada ocasional del tutor para hablar de los problemas que tiene el niño. Sino que supone la transmisión de valores, normas y hábitos éticos que estén en sintonía; si los valores de la familia son distintos de los del colegio pueden surgir problemas. 

P: ¿En qué consisten los hábitos éticos?
Son los hábitos que se acaban adoptando de manera inconsciente, como el hecho de no ocupar los asientos de autobús reservados a personas mayores, embarazadas, etc. No se tienen que pensar, se respetan de forma inconsciente. Es el respeto al otro que se graba en diversas áreas del cerebro y se produce de una manera automática. Los valores, normas y hábitos éticos garantizan la educación propiamente dicha. 

P: ¿Y al aprendizaje académico? 
R: Es la instrucción propiamente dicha, el proceso de aprender y memorizar que debe ser una función esencialmente del colegio, institucional, no de la casa. Y en este apartado también estarían los deberes.

P: ¿Qué efectos ha podido provocar esta época de confinamiento en los niños?
R: Depende mucho de la edad. De 0 a 3 años, por ejemplo, si es una familia acogedora y estable que respeta y potencia el juego en el niño, el confinamiento no le afectará de forma trascendente. El juego es su manera de aprender y memorizar de manera inconsciente los patrones motores, sensoriales y emocionales. Sin la duración no es excesiva, el ser humano retoma casi todo lo que dejó aparcado antes del confinamiento, y nos olvidaremos de ello. 

P: Acaba de sacar un nuevo libro: ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’…
R: Este libro trata, sobre todo, de cómo la lectura transforma el cerebro en su química y en su física a través de procesos de ‘recableado neuronal’ en los que el cerebro reinventa caminos que logran, por ejemplo, que las personas ciegas o los niños que tienen dificultades con la lectura puedan leer bien y alcancen una fluidez de lectura tan alta como la de cualquier otra persona. 




Fuente:
Por Susana Velasco

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