Los docentes en nuestro país tienen
ingresos de hasta menos de un salario mínimo. Sí, parece mentira pero es
real.
Existen muchísimas razones por las que 35 de 38 estudiantes, (cifras
obtenidas en mis grupos de clase, aulas no tan grandes, la realidad es otra)
deciden no ser docentes: quizá una de las principales es por lo económico. Los
docentes en nuestro país tienen ingresos de hasta menos de un salario mínimo.
Sí, parece mentira pero es real.
Cuando se está buscando empleo recibes ofertas que oscilan entre los
$500.000 a $600.000 pesos, y peor aun cuando lees el perfil que buscan. Un día
encontré una oferta de docente de básica con énfasis en inglés, con dirección
de curso, jornada laboral de 6:30 a 4:30 pm, 2 sábados al mes hasta el
mediodía, con estudios de maestría preferiblemente y con un sueldo de $600.000
pesos.
Sí, con ese sueldo. La verdad, me sentí terrible al leer dicha oferta
porque cómo es posible que te ofrezcan un sueldo con ese valor, con todas las
exigencias posibles, con un horario y carga académica difíciles, en fin. Pero
infortunadamente es así. Aunque, pensándolo bien, no sé qué es peor: quien hace
la oferta o quien la acepta.
Es comprensible que frente a tanta necesidad muchos profesionales en
nuestro oficio por desespero económico acepten algo así y dejen de lado tanto
sacrificio que se tuvo que pasar durante 5 años o más para obtener el título.
Lastimosamente, cuando alguien acepta esas condiciones, todos quedamos
vulnerables a recibir una oferta así y por eso muchos de nosotros tardamos en
obtener un empleo que se ajuste a nuestra necesidad económica y perfil
profesional.
No obstante existen ofertas muy buenas pero los obstáculos para
adquirirlas son los años de experiencia que se debe tener, la edad, el nivel de
estudios que exigen como tener una publicación, una especialización, maestría,
haber vivido en un país extranjero, manejo de una o dos lenguas, jefatura
de área o coordinación.
Cuando digo obstáculos no exagero, es la palabra apropiada porque
volvemos a lo mismo, muchos de nosotros no podemos tener acceso a todo esto por
cuestiones económicas, algunos o en su mayoría tenemos un hogar, una familia
que mantener, hijos, entonces son factores que retrasan el poder obtener
un título o reconocimiento aún mejor aunque del todo lograrlo no es imposible.
Muchos dirán puede que tenga razón aunque esos no son los únicos
obstáculos que se presentan en nuestra profesión, también hay otros
detalles, por ejemplo, cuando por fin se encuentra un trabajo que más o menos
se adapta a lo que necesitamos, hay factores como el ambiente laboral que de
una u otra manera afectan el desempeño de una comunidad educativa que sólo
quiere ejercer su trabajo apropiadamente, ya que muchos de los colegas con los
que trabajamos por el hecho de hacer más, hacerse notar hacen menos, dañan la
imagen del otro, están pendientes de lo que el compañero hace y si no es de su
agrado comienzan a manifestarlo con comentarios que no son de un profesional,
juzgan su quehacer docente, en eso no son críticos constructivos, hacen
críticas destructivas, que tristeza; también cabe anotar que muchas voces son
silenciadas por la presión de grupo, quién lo creyera, adultos profesionales
que prefieren callar, algunos para evitar inconvenientes ya que pese al estar
rodeados de colegas a veces es mejor no entrar en discusiones que no llegarán a
ninguna parte, otros simplemente deciden mantenerse alejados de malos
entendidos, suele ser la mejor opción muchas veces pero no deberíamos optar por
la indiferencia.
Colegaje por lo visto en muchos lugares no existe, qué tristeza que en
lugar de trabajar en común por una educación mejor, se vaya a trabajar por
criticar quién trabaja mejor o peor para dar quejas a los directivos de lo
sucedido.
Ya que hablamos del ámbito económico y laboral, hablemos del social
conformados por los padres de familia y cercanos que tienen otras profesiones.
Atender a padres de familia sí que es un desafío, es muy complicado
poder entablar un diálogo con alguno ya que usualmente hay por menores de por
medio; cuando se cita a un padre de familia es porque algo no anda bien con su
hijo o hija y aquí aparece la indisposición para esa citación.
En mi caso no recuerdo haber contactado a un padre de familia para
felicitar a su hijo o hija, a menos que sea para entregar informe de periodo y
su hijo deba recibir elogios. En fin, es muy cierto que en nuestra cotidianidad
encontramos todo tipo de padres, como el que pese a que su hijo se distinga por
ser el no mejor estudiante ni académica ni convivencialmente, lo defiende a
capa y espada, para estos padres, siempre los docentes tenemos a su retoño
entre ojos y queremos hacerlo perder el año, nunca le permitimos el
desarrollo de su libre expresión etc.
Algunos por ejemplo, nunca atienden ni una llamada por varias razones,
nunca asisten , nunca escriben, nada de nada, siempre fueron como los
papás del chavo del 8 durante todo el año; otros por el contrario desean razón
de todo, cuestionan todo, critican todo, están encima a la entrada y
salida, bombardean de preguntas, la plataforma está llena de sus quejas,
sugerencias, reclamos de una página o más y pretenden que se les conteste
a la hora que sea, no importa si es el horario o no de atención a padres o fin
de semana, en serio , asfixian por Dios!
Por último, los pocos pero más queridos los padres que en verdad merecen
que uno saque un poco de su tiempo, aquellos que en verdad valoran lo que
hacemos por sus hijos a diario, los que con un saludo cordial y un gracias te
hacen sentir que estás haciendo lo correcto, están atentos a colaborarte así
sea por interés pero se hacen sentir de buena forma, aceptan recomendaciones y
están pendientes de sus hijos, esta clase de padres debería existir más ya que
si fuésemos un equipo la educación de sus hijos sería más apropiada.
Ahora bien, cuando en nuestro contexto social decimos que somos
docentes… Ay Dios, es como si fuéramos quién sabe qué, somos criticados y
burlados por nuestro salario, “un ingeniero, abogado, político etc. gana mucho
más y no tiene que aguantar tantas cosas” así se refieren a nosotros qué
tristeza y pues puede que tengan razón de alguna manera pero nosotros tenemos
beneficios que otros no tienen por ejemplo, nuestro horario no es tan de
oficina aunque depende del lugar donde laboremos, también los que tenemos
familia tenemos la oportunidad de compartir vacaciones con nuestros hijos
dentro del mismo periodo escolar, no terminamos la jornada con los ojos
cuadrados frente a un computador, no tenemos reuniones de gerencia que pueden
durar sábado y domingo, aunque muchas veces empleamos nuestro fin de semana en
planeación o calificaciones.
Quisiera cerrar este escrito con lo siguiente, he escrito muchas cosas
respecto a mi profesión y estoy cada vez más convencida que no me veo haciendo
otra cosa , esto es para lo que nací, lo que amo hacer, lo que soy, lo que me
motiva a diario para afrontar adversidades como las que mencioné anteriormente
, amo ser docente porque tenemos la habilidad de transformar vidas, de
darnos a querer y odiar al mismo tiempo, dejamos en nuestros estudiantes
recuerdos buenos y otros no tantos, lecciones de vida, lecciones de
matemáticas, lenguaje o filosofía que aplicaran en sus vidas quizá sin darse
cuenta.
Puedo decir firmemente que somos más valiosos de lo que muchos creen,
quizá no tengamos la mejor posición económica para vestirnos con ropa de marca
o poder manejar un auto de último modelo pero tenemos la sencillez y humildad
para tocar corazones, y en muchas ocasiones gracias a esto fuimos también
padres, madres, tíos, doctores, psicólogos, cupido…
Colegas, compañeros de lucha, sólo me queda por decir gracias porque
pese a que hay tantas cosas por las que debiéramos desfallecer o decidir
cambiar de profesión no lo hacemos, seguimos en pie anhelando un mundo mejor, y
esto no es fácil, cada día con cada avance nos espera un nuevo reto pero
podemos con todo, somos más capaces y sabios cada día.
Mis respetos y mi más fiel agradecimiento.
Fuente: https://compartirpalabramaestra.org
Por: Paola Pachón
No hay comentarios:
Publicar un comentario