"No hay ningún indicio de
infelicidad generalizada entre los estudiantes con alto rendimiento escolar"
Su
discurso no casa muy bien con los recientes entusiastas de la nueva educación,
la que cree que los niños se aburren en clase por culpa de un sistema que no ha
cambiado tan rápido como la tecnología. O sea, muchos de los
acólitos del educador británico Sir Ken Robinson, los que piensan que los niños ya no
pueden permanecer sentados en clase, los que creen que
los colegios matan la creatividad, los que abominan de una mínima memorización.
Además,
para los que confían en que un pacto educativo de todos los partidos es la
panacea para los problemas de fracaso escolar que padecemos, Inger Enkvist no trae buenas noticias: quizás es más cuestión de lo que se
respira en el ambiente, en casa, que en la letra pequeña de una nueva ley, como
han demostrado los distintos estudios de los que ella se hace eco en La
buena y la mala educaciónsobre
distintas comunidades de inmigrantes por todo el mundo. Es incómodo pero, ¿por
qué los descendientes de chinos lo hacen mejor que los de mexicanos en
California con exactamente el mismo sistema educativo?
En España,
hace años, la llamaron para escuchar su opinión
sobre la ley catalana de Educación. Allí, en el Parlament, habló de resultados de la educación diferenciada entre niños y
niñas. Pero un
parlamentario de Esquerra le dijo que los colegios femeninos y masculinos en
este país eran un símbolo de la Iglesia y de la dictadura. Quizás por eso,
porque sabe lo fácil que se embarra aquí el debate, Enkvist
se muestra cauta a la hora de abordar algunos asuntos. De los otros... aquí está ella.
Cuando lee o
escucha que hay que cambiar la educación porque seguimos dando clase como en el
siglo XIX, antes de que existiera Google, una de las frases más recurrentes
entre los gurús de la nueva educación, ¿qué piensa?
Eso lo dice alguien que no es
educador. En la educación de base, fundamentalmente la obligatoria hasta los 16
años, lo que necesitan aprender los alumnos no tiene que ver con
Internet. Necesitan lengua, matemáticas, geografía, historia...
Necesitan convertirse en buenos lectores con un amplio vocabulario y una sólida
base de conocimientos generales sobre el mundo. Para conseguir esto, Internet es más una distracción que una ayuda. Internet
les va a servir después de conseguir esa formación de base. Es magnífico para
la persona que ya tenga conocimientos y necesite comprobar un dato o la
ortografía de un nombre. Para sacar provecho de la Red, el usuario debe saber
formular una pregunta y evaluar la respuesta, y eso no es el caso del alumno
promedio. Se podría hablar también de un error de percepción. Hay mucho
material en Internet, es cierto, pero el problema del educador de hoy no es
tanto tener acceso a materiales para ilustrar lo que deben aprender los alumnos
como el problema de la voluntad de hacer un esfuerzo prolongado para aprender.
En muchos
países occidentales, por las encuestas de Pisa sabemos que los niños de
familias sin recursos económicos apenas tienen oportunidad de llegar a la
universidad. ¿Qué está pasando? La educación ha dejado de ser un ascensor
social...
Tiene que ver con varias cosas
pero se pueden señalar unos factores. El primero sería que, en el Estado del
bienestar, los alumnos no sienten la urgencia de antes de
estudiar para sobrevivir social y económicamente, y tampoco los
padres ven así la situación. Segundo, con el Estado del bienestar se han
difundido teorías permisivas en la educación que dicen que los profesores deben
aceptar que no haya tanta disciplina en clase. Se dice que el aprendizaje debe
ser divertido y, si no es así, los alumnos están en su derecho de rechazarlo. Esas teorías son negativas para todos, pero sobre todo
para los que aprenden menos en su casa. Finalmente, esos factores han llevado a
que no sea tan gratificante ser profesor, con lo cual los estudiantes más
inteligentes e idóneos para ser profesores se dirigen hacia otras profesiones.
Los nuevos docentes quizá no tengan la misma capacidad de ganarse a los alumnos
con menos interés para los estudios.
En su libro
de La buena y la mala educación, describe la educación en barriadas francesas
como aterradora, con adolescentes que apenas se sitúan en el mundo. ¿Cómo se ha
llegado a eso?
Mi explicación es que grupos de
intelectuales han machacado a políticos y profesores diciendo que Occidente sería opresora y que su cultura sería
"excluyente". Esto ha creado una duda de si es legítimo
enseñar lo que se enseña desde siempre y en particular si es legítimo exigir
que personas de otro origen étnico aprendan lo que típicamente contiene el
currículum en una escuela occidental. El resultado es que los
profesores no exigen un esfuerzo, los alumnos no aprenden y, a pesar de esto,
obtienen el aprobado, y los políticos no intervienen porque no se
sienten seguros de su mandato para intervenir. Se invierte un dineral en las
escuelas pero no se obtienen resultados y se convierten en guarderías
para adolescentes. Tras la edad escolar, estos jóvenes están
desamparados ante la vida en una sociedad moderna.
Estudiantes aislados
Cuando dice
que en esas barriadas de París están desamparados y perdidos en el mundo,
¿podría explicar en qué sentido? Y no pasa tanto con las chicas musulmanas.
¿Por qué cree?
Si los alumnos del origen que
sea no adquieren en la educación primaria un vocabulario amplio, unos
conocimientos del mundo y una conducta socialmente aceptable, nunca llegarán a
«entrar en el mundo del libro». No se acostumbran a ver el mundo desde
diferentes perspectivas, como la de un adulto o la de un anciano, de alguien de
otra cultura, de otra región geográfica o de otra etapa histórica. Así corren
el riesgo de adquirir menos flexibilidad mental... Sin conocimientos previos
sobre el mundo y sin un vocabulario que vaya más allá de
las 500 palabras e incluya las abstractas, los chicos no entienden ni el
telediario. No sólo es que se sientan aislados del resto de la
sociedad, es que lo están. A su vez, eso lleva a que todas las noticias les
lleguen de sus compañeros en el barrio y eso da por resultado una tendencia a
juzgar todo desde la perspectiva del círculo inmediato de amigos y conocidos.
Así pueden crecer Estados dentro del Estado, sociedades paralelas. Se trata de un círculo vicioso. El desarrollo descrito
es más frecuente entre los chicos que entre las chicas porque las familias
tradicionalistas suelen acostumbrar a las chicas al trabajo y al
autosacrificio. Además, para ellas, el estudio suele verse como una manera de
escapar del control de la familia y, por eso, se esfuerzan más. Finalmente, en bastantes ambientes machistas, suele estar más aceptado que
estudie una chica porque suelen considerar que estudiar es algo femenino.
Ahora en
España mucha gente fía la solución de los problemas de la educación a que se
alcance un pacto de partidos políticos pero, en su libro, describe a
comunidades de chinos que lo hacen muy bien en China y también en California.
¿Hasta qué punto el desempeño académico depende de los valores familiares más
que del sistema educativo?
La cultura de la casa es muy
importante y más importante que el nivel socioeconómico. El ejemplo de los
chinos en Occidente no cuaja con la visión de algunos partidos políticos de que
todo depende del nivel económico y no del respeto por la educación y de la
voluntad de los alumnos y de sus padres.
Si alabamos
la educación de los niños chinos en sus familias, los hay que enseguida traen a
colación la felicidad y vienen a decir que esos niños no lo son. ¿Hay pruebas
de que así sea? ¿Qué deberían aprender en algunas casas occidentales de esa
cultura de los padres chinos?
No hay ningún indicio de
infelicidad generalizada entre los alumnos de alto rendimiento escolar. Si
antes en las escuelas occidentales existía una cultura del esfuerzo sin que
nadie dijera que los alumnos exitosos eran infelices, ¿por qué ahora lo dicen?
La empatía
es una palabra que se ha puesto de moda en la educación pero a veces da la
sensación de que, cuando se conocen las circunstancias específicas de cada
alumno, se puede caer en la tentación de sentir pena y exigirle menos de lo que
puede hacer. ¿Es así?
Hay unas corrientes educativas
que enfatizan la empatía y proponen una educación «del cuidado», terapéutica. Es una corriente fuerte en la educación preescolar y en la
educación primaria. Esta empatía puede ser negativa si no se
combina con un enfoque en el aprendizaje porque, aunque protege al joven al
comienzo, podría dejarle sin conocimientos para la vida adulta.
Suecia es
modelo en la introducción del cheque escolar, con el que los padres eligen el
colegio que quieren para sus hijos, ya sea privado o público. Y los resultados
se ven con cierto escepticismo. ¿Cómo cree usted que ha funcionado?
El cheque escolar fue
introducido en una situación muy especial, y por eso lo que ha pasado en Suecia
no se puede tomar como un ejemplo general de cómo funciona este sistema. El
cheque escolar significa, en el caso sueco, que toda la educación se paga con
el dinero de los contribuyentes pero la gestión de una escuela puede ser
privada. Sin embargo, los currículos, la ley escolar
y las reglas administrativas son iguales para todas las escuelas.
Cuando se introdujo al comienzo de los años 90 había un gran descontento con la
educación pública, y lo que sucedió fue que se crearon cadenas de escuelas
gestionadas por empresas más que por profesores idealistas. Estas escuelas
atraen cada vez a más alumnos porque, desde entonces, la situación general de las escuelas públicas ha seguido
empeorando debido a varios factores. La situación no se ha
arreglado y una de las causas es que la energía del sistema escolar se dirige
hacia la integración de los nuevos grupos de refugiados asiáticos y africanos.
La politización
Según
explica usted, la educación, al menos en algunos sitios, se ha mezclado con la
ideología, sobre todo de izquierdas, como cuando se pone en cuestión el papel
de Occidente en el mundo. ¿Cree que también ha desempeñado un papel el
nacionalismo como ideología en Cataluña, región que usted conoce bien?
Sí, obviamente. La educación ha
sido el instrumento principal para el nacionalismo.
En ambientes
tecnológicos ahora no se ve machista poner a las niñas en clases diferenciadas,
sólo para ellas, para aprender a programar, por ejemplo. ¿Cree que en España el
debate de la educación diferenciada está contaminado por prejuicios de la
dictadura y de la Iglesia?
Creo que el tema se ha
politizado en España y que se ve conectado con la Iglesia
católica. No se toma en consideración lo propiamente educativo.
Si el Estado
de bienestar ha conseguido un nivel mínimo en el que no se incita a los más
perjudicados a luchar por la excelencia académica, ¿eso cómo se arregla? ¿Cómo
se puede motivar a los de más abajo a ser excelentes y, así, en cierta manera,
acortar la brecha de la desigualdad?
Haría falta más tiempo para
contestar a la pregunta pero, en resumen, sería preciso hacer lo contrario de
lo que se hace ahora. No tener promoción automática, ofrecer itinerarios
interesantes para los alumnos que se esfuercen, y atraer a excelentes
profesores en todos los niveles, y sería muy importante
especialmente en la educación primaria.
Ahora parece
que andamos todos un poco obsesionados con Finlandia como modelo educativo,
pero, si tuviéramos que imitar lo mejor de un país, ¿con qué modelo se quedaba
usted?
Mejor que mirar hacia cierto
país es asegurarse de que funcionen cuatro factores: los alumnos deben aceptar que estudiar significa esforzarse,
los profesores deben estar cuidadosamente seleccionados y tener una formación
sólida, los padres deben apoyar la educación escolar de sus hijos y tener
confianza en los profesores y el Estado debe establecer
currículos y tipos de exámenes adecuados para asegurar la
calidad del sistema educativo.
NOMBRE: Inger
Enkivst ESTADO CIVIL: Casada,
dos hijos y cinco nietos EDAD: 68 años (2 de diciembre de 1947,
Värmland, suecia) SU FRASE:"De un buen profesor no te
olvidas jamás" SU LIBRO: Es autora,
entre muchos otros libros, de 'La buena y la mala educación'
·
Por BERTAG.
DE VEGA
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