miércoles, 18 de septiembre de 2013

La autorregulación y la metacognición


Sin duda alguna, cuando nos referimos a “Aprendizajes de Calidad”, o bien a la “Calidad Educativa”, entre otros, nos podemos referir a “Aprender a aprender”, esto nos lleva al metaaprendizaje ¿Cómo aprendemos? ¿Qué importancia tienen estas actividades? Los siguientes párrafos reflexionan sobre el tema.

El preciosismo de las palabras no debería volver misterioso un tema tan antiguo como es el hombre: la conciencia reflexiva sobre lo que él hace y piensa. Desde que Sócrates dejó esculpida para la historia su máxima metacognitiva, "sólo sé que nada sé", los filósofos no han dejado de tematizar el conocimiento humano como objeto de reflexión. Ello configuró un campo de saber denominado Teoría del Conocimiento, que en el siglo XX fue desplazado por la prestigiosa Epistemología, está ultima más dedicada al análisis de la producción del conocimiento científico que al conocimiento en general.

Fueron los fenomenólogos y existencialistas franceses quienes definieron la conciencia espontánea o "irreflexiva" como aquella que es absorbida por las cosas cuando me dedico a observarlas, como cuando me detengo en el cielo azul o me quedo absorto contemplando el horizonte o embebido en la construcción de un mueble o de una receta de cocina. Es también conciencia afectiva, nuestros sentimientos y rechazos. En cambio, por la conciencia reflexiva ponemos atención a lo que hacemos o pensamos como tema de reflexión, para indagar en qué estamos, cómo vamos, cómo lo estamos haciendo y cómo podríamos continuar en adelante.

La conciencia explícita sobre lo que sabemos, pensamos o hacemos podría llamarse metaconciencia, y cada acto de conciencia intencional y reflexiva sobre algún conocimiento podría denominarse en general "metacognición", como lo vienen haciendo durante los últimos veinte años numerosos investigadores y psicopedagogos dedicados al estudio ya no sólo del conocimiento, sino del aprendizaje como proceso cognitivo, bajo dos aspectos principales (Brown):
1. Como conocimiento "declarativo" que obtiene el sujeto aprendiz de sus procesos cognitivos sobre lo que sabe, sobre lo que entiende menos o lo que entiende mejor, lo que es claro o confuso, quién le explica y argumenta mejor, con más claridad y persuasión, qué tarea o materia le es más difícil de aprender, de solucionar o de recordar.
2. Como regulación "procedimental" de los procesos cognitivos, es decir, cuáles procedimientos y estrategias adopta conscientemente el aprendiz para facilitar su proceso de aprendizaje y culminar con éxito su tarea de comprender un texto, solucionar un problema, recordar una fórmula, etc. Estas estrategias autorreguladoras pueden ser de tres órdenes:
De planificación, anticipándose a las dificultades y previniendo posibles tácticas para enfrentar las dificultades; de control, monitoreando de alguna manera el desarrollo de la tarea mediante revisiones, rectificaciones y constataciones sobre la marcha; y de evaluación de resultados, al final de la tarea, chequeando la eficacia de las estrategias utilizadas (Brown).

Ambos aspectos de la metacognición, así tan genéricamente enunciados, son categorías tan abstractas que parecen un menú más apto para filósofos y epistemólogos de la Pedagogía que para educadores propiamente hablando. Sobre todo, habrá que empezar a distinguir con precisión qué será lo cognitivo y qué lo metacognitivo, o cuál es la naturaleza y función de las actividades cognitivas. Pues como ya dijimos, la idea de la metacognición que nos ocupará se refiere más a los conocimientos que las personas tienen sobre su propia cognición, motivándolas a prever acciones y anticipar ayudas para mejorar su rendimiento y resolver mejor los problemas. Así por ejemplo, un estudiante de escuela primaria puede dominar las tablas de multiplicar (capacidad cognitiva) y, sin embargo, no ser capaz de utilizar ese recurso para resolver un problema sencillo de aritmética elemental, porque no reconoció la situación planteada como un campo de aplicación de la multiplicación (capacidad metacognitiva).

Lo que más interesa en el estudio de la metacognición es ver la relación entre lo que el sujeto sabe y lo que logra realizar en la solución del problema o de la tarea propuesta, es decir la regulación de la cognición y del aprendizaje, qué actividades, procedimientos y procesos permiten al aprendiz culminar con éxito la solución de los problemas escolares o vitales. La explicación última que encuentra Piaget al desarrollo progresivo y constructivo de la inteligencia del niño no es biológica ni hereditaria, sino principalmente interna al sujeto, un factor interior sin plan preestablecido, ni determinista, pero que estimula la innovación a partir del avance precedente. Tal mecanismo interior no es otro que "un proceso de equilibración en el sentido cibernético de una autorregulación, es decir, una serie de compensaciones activas del sujeto en respuesta a las perturbaciones exteriores y de una regulación a la vez retroactiva (feedback) y anticipadora" (Piaget).

Obsérvese que Piaget no se refiere simplemente al mundo de los estímulos externos, o a la transmisión exterior que se conecta según los conductistas con la conducta del sujeto, sino que lo importante es que ese estímulo exterior "perturbe" la interioridad cognoscitiva y genere el "desequilibrio", el conflicto cognitivo, para que el sujeto se movilice, evalúe la situación creada y busque interiormente nuevos niveles y reorganización de equilibrio mental, mediante el juego activo de compensaciones y de "información de retorno", que permite que el sujeto vaya procesando las aristas, contradicciones e incoherencias en un proceso de autorregulación y ajuste interior más o menos consciente, hasta restaurar el equilibrio perdido. Así, toda nueva acción tiene la doble posibilidad de reproducir el pasado y de innovar e inaugurar nuevas posibilidades no previstas en la acción anterior. La acción presente inaugura el futuro, y éste no está destinado a repetir el pasado, sino a abrirse a la innovación, a la creación, al aprendizaje.

Para Piaget las actividades y compensaciones que autorregulan la cognición, que son parte sustancial de la metacognición, ocurren de manera consciente y como actividad planeada cuando el pensamiento superior, lógico formal ya se ha desarrollado. En los estadios inferiores de desarrollo cognitivo las autorregulaciones pueden ser menos concientes.

Ahora bien, como el proceso de desequilibrio reequilibración no tiene fin en la vida de un sujeto, las regulaciones implementadas hoy, mañana podrían ser reconsideradas y ser objeto de revisión mediante nuevas autorregulaciones, y así sucesivamente; es decir, lo que hoy consideramos "metacognitivo" luego será cognición subordinada a nuevas estrategias metacognitivas.

Precisamente porque en el constructivismo todo está en reconstrucción permanente, no tiene tanta importancia esta contraposición entre cognición y metacognición, aunque la distinción entre ambos conceptos se haya convertido en rica fuente de elaboraciones psicopedagógicas.




Autor
Rafael Flórez Ochoa
Universidad de Antioquia, Colombia

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