Una parte muy importante de nuestra vida se organiza en torno al trabajo, podemos asumir distintos tipos de relacione con el ¿Es un trabajo, una carrera o una misión? En todos los casos, es necesario mantener una fuerte motivación ante los desafíos que presentan las prácticas docentes.
La mayor parte de la vida se organiza en torno al trabajo y,
en la actualidad, la mayoría de las personas tienen tres tipos de relaciones
distintas con su trabajo: lo pueden ver como trabajo, como carrera o como
vocación/misión (job, career o calling). Estas tres orientaciones generales
hacia el trabajo predicen las metas que la gente persigue en el mismo. La
distinción básica entre estas dimensiones es la siguiente: la gente que
experimenta su profesión como trabajo (job) se centra en los aspectos
económicos que brinda, más que en el placer o realización personal que se puede
alcanzar en el mismo.
Es decir, se contempla como un medio que permite a los
individuos adquirir los recursos necesarios para disfrutar de su tiempo fuera
del trabajo. Los que lo ven como carrera (career) se centran primeramente en el
avance profesional dentro de la estructura ocupacional, pues suele ofrecer
poder y alta autoestima para el trabajador. Aquellos que lo definen como
vocación (calling) se centran en el disfrute que acarrea su realización y en
que el trabajo sea socialmente útil. Se caracterizan por su amor al trabajo
pensando en que contribuye a hacer del mundo un lugar mejor. Esta última
orientación se puede decir que es “la marca” de ciertas profesiones como la de
profesor. Existen estudios que avalan el carácter altamente vocacional de la
profesión docente, ya que para los profesores su principal motivador son los
propios alumnos. Ejercen la docencia porque les gusta trabajar con los jóvenes
y ayudarles en su formación y sienten gran satisfacción viendo como con su
asistencia aprenden, desarrollan su potencial y se preparan para conducirse
como adultos responsables.
Los profesores, al percibir su trabajo como vocación,
llamada o misión, son conscientes de que éste tiene una dimensión ética. Un
valor central para ellos es la idea de que son moralmente más que legalmente
responsables de sus alumnos y experimentan un deseo de cuidar de ellos. Esta es
una de las características esenciales de su identidad, de lo que es ‘sentirse
como profesor’.
Lo que motiva y
mantiene la moral de los profesores
Lo que se observa en la profesión docente, si nos atenemos a
las teorías de la motivación, es que suscita una alta motivación intrínseca. La
conocida teoría de la motivación de Maslow (1954) sobre la ‘jerarquía de
necesidades’, señala que las personas tienen diferentes necesidades que
necesitan satisfacer para lograr sentirse motivadas en el trabajo [necesidades
fisiológicas (comida, vestido, descanso), necesidades de seguridad física y
psicológica (salario, seguridad social, paro, acogida de los colegas),
necesidad de autoestima (promoción, prestigio), necesidad de autorrealización
(trabajo creativo, desarrollo de los propios talentos y cualidades)]. Según la
‘teoría bifactorial de Herzberg’ en la satisfacción e insatisfacción en el
trabajo intervienen dos factores: a) factores de higiene o mantenimiento,
también llamados periféricos (seguridad laboral, supervisión, política de la
compañía…), los cuales por sí mismos cuando están cubiertos no motivan a
trabajar con entusiasmo pero desmotivan si no se satisfacen y b) factores
propiamente motivacionales o relativos al propio trabajo, que se refieren a las
posibilidades que entraña de crecimiento personal, desafío, progreso,
responsabilidad, creatividad.
La motivación de los profesores está basada en elementos
intrínsecos del trabajo como son el reto intelectual, la autonomía, la libertad
para probar nuevas ideas, el desarrollo de la competencia profesional y la
oportunidad de crecer personalmente, el sentir que benefician a la sociedad
influyendo en la educación de niños y jóvenes, el desarrollo de la creatividad. En
general, de acuerdo con Maslow, toman el trabajo como centro de
autorrealización. Parece claro que la enseñanza es una de las profesiones que
en sí misma puede ser de un alto reto y satisfacción al ser vivida como
‘calling’, viendo el trabajo como inseparable de la propia vida.
¿Cómo sostener la
moral de los profesores?
Para mantener la moral de los profesores que se ha
conceptualizado como ‘el interés profesional y el entusiasmo que una persona
muestra hacia el logro de metas individuales y de grupo en una situación de
trabajo’, es necesario atender a la figura del profesor, al entorno académico
en el que se trabaja y a la relación que se establece entre ellos. De acuerdo con
la ‘Teoría de
la Autodeterminación’ una alta implicación en el trabajo está asociada con la
medida en que se satisfacen tres necesidades humanas básicas: las necesidades
de competencia, autonomía y conexión afectiva. La satisfacción de estas
necesidades promueve la conducta auto determinada y la motivación intrínseca lo
que favorece la expansión de cualidades altamente valoradas en el trabajo como
la creatividad, la autorregulación y la flexibilidad.
A través de procesos de formación y de desarrollo
profesional se pueden inducir percepción de autoeficacia, pues el mejor medio
de mejorar el sentimiento de eficacia es mejorando la eficacia real. Otro
camino más indirecto consiste en propiciar un cambio de perspectiva a la hora
de enfocar los problemas, pues siempre podemos optar por percibir los problemas
como un reto más que como una amenaza, los fracasos como lecciones que nos
ayudan a crecer y las dificultades como trampolín de aprendizaje. Las personas
no somos seres reactivos sino proactivos con capacidad de auto motivación por
lo que uno mismo tiene que aprender a sostenerse incluso en situaciones
adversas.
Extraído de
BASES EMPÍRICAS EN PRO DEL CONSTRUCTOR DE BIENESTAR COMO
PERSPECTIVA DE INVESTIGACIÓN EN EL AGENTE EDUCATIVO
Verónica Isabel Ac Avila Universidad Anahuac Mayab
Pedro Sánchez Escobedo
Universidad Autónoma de Yucatán.
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